El juez Merrick Garland fue confirmado por el Senado por 70 a 30 votos como nuevo fiscal general de la administración del presidente Joe Biden.
La confirmación de Garland, un jurista moderado de vasta experiencia, llega casi cinco años después de que los senadores republicanos le negaran una audiencia cuando el entonces presidente Barack Obama lo nominó como magistrado a la Corte Suprema.
Garland, nacido en Illinois y graduado en Derecho en la Universidad Harvard, es nieto de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos escapando de la persecución en Europa, según una biografía de la Casa Blanca.
Garland fue nominado por el presidente Biden al puesto de secretario de Justicia el 7 de enero. Se desempeñó como presidente del Circuito Federal de Cortes de Apelaciones para el Distrito de Columbia. El magistrado dejó este puesto en febrero del año pasado pero sigue siendo juez del circuito.
Fue elevado a juez de circuito federal por el expresidente Bill Clinton en 1997. Antes de esto, Garland fue un alto fiscal federal que supervisó las investigaciones de los ataques con bombas en las Olimpiadas de 1996, que dejó dos muertos y más de 100 heridos, así como la masacre con bombas de Oklahoma City, que dejó más de 160 muertos y cientos de heridos en 1995.
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Las tareas de Garland
El Departamento de Justicia enfrenta varios retos entre ellos varios una herencia de politización y el desafío de enfrentar la amenaza de extremistas violentos domésticos como los que protagonizaron el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero. Entre otras cosas, Garland tendrá investigaciones en curso o potenciales pesquisas con alta carga política y en las cuales republicanos y demócratas tienen intereses. En breve resumen:
Asalto al Capitolio
Garland tendrá que tomar decisiones sobre si investigar o llevar a la Justicia al expresidente Donald Trump especialmente en el caso de su implicación en la incitación a la insurrección del pasado 6 de enero, cuando una turba de seguidores del republicano irrumpió en el Capitolio violentamente lo que terminó con la muerte de cinco personas, incluido un policía.
Muchos demócratas creen que el Departamento de Justicia debe de ir tras Trump por instigar a la insurrección con el fin de frustrar la certificación del Colegio Electoral que se llevaba a cabo en favor de Joe Biden. Trump fue llevado a juicio político por su papel en el asalto a la sede legislativa, pero fue absuelto porque no fueron suficientes los votos debido al apoyo republicano al expresidente.
En su audiencia frente al Panel Judicial del Senado, Garland dijo que una de las prioridades del Departamento de Justicia sería investigar el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero.
El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, al final del juicio político, prácticamente invitó a que se investigue penalmente al expresidente, de quien dijo que era «moral y prácticamente» responsable de la violencia de aquel día (aunque él votara contra su condena).
Cientos de detenidos resultaron de las pesquisas tras el ataque al Capitolio. Cómo proseguir con esto, presentar cargos más altos o profundizar la investigación, podrían ser unas de las prioridades más apremiantes a la llegada de Garland.
Algunos otros frentes de Trump
Las finanzas de Trump son un tema caliente para el Departamento de Justicia. Trump, que ha perdido la inmunidad de la que gozan los presidentes, tiene una serie de cuestiones legales aparte del asalto al Capitolio. El expresidente está bajo investigación en la fiscalía de Manhattan, bajo el fiscal Cyrus Vance, quien lleva una pesquisa criminal sobre finanzas, impuestos y negocios de Trump y su Organización que incluye los pagos a cambio de silencio en la campaña de 2016 a dos mujeres que alegan aventuras amorosas con Trump.
Trump ha hecho numerosas demandas (terminadas luego en derrota) para evitar que sus declaraciones de impuestos lleguen a manos de investigadores de la fiscalía y también del Congreso.
También existe una investigación en Georgia por los llamados de Trump para presionar a funcionarios electorales para cambiar el resultado de las elecciones presidenciales de 2020. Se trata, entre otras cosas, de la famosa llamada en la que Trump pide «solo encontrar más de 11,000 votos» para ganar el estado.
Orígenes de la investigación sobre los lazos de la campaña de Trump con Rusia; y Andrew Cuomo
El interés de los republicanos del Congreso es que Garland permita que la investigación impulsada por el ex fiscal general William Barr sobre los primeros días de la pesquisa sobre los lazos de la campaña de Trump con Rusia continúe.
Tal como quería Trump, William Barr impulsó una investigación a cargo de un fiscal especial, John Durham, para que busque si hubo conspiraciones para investigar a Trump.
Biden ha tratado de mantener distancia del Departamento de Justicia y evitar continuar con la politización de la administración anterior. Su propio hijo, Hunter Biden, está bajo investigación fiscal, algo de lo que el presidente se ha mantenido al margen.
Biden busca marcar la diferencia con la administración Trump en la que el presidente pedía habitualmente investigaciones a rivales políticos o que se alivianen pesos sobre sus amigos o aliados detenidos. William Barr, por ejemplo, fue el artífice de los beneficios dados al asesor y amigo de Trump, Roger Stone, quien fue condenado a pena de cárcel entre otras cosas por mentir en una investigación.
Parece que los republicanos, por las posturas y preguntas que se han visto en las audiencias de confirmación de Garland, también presionarán para que el Departamento de Justicia investigue a Andrew Cuomo, gobernador demócrata de Nueva York.
De todos modos, la fiscalía de EEUU en Brooklyn y el FBI analizan ya actualmente el manejo de la administración de Cuomo de los datos relacionados con las muertes en hogares de ancianos por covid-19. La controversia viene porque muchas de las muertes de personas internadas en esos sitios fueron registradas como fallecimientos en hospitales cuando fueron trasladadas a esos centros de salud.
Con información de Univision.