Después del primer debate presidencial entre Joe Biden y Donald Trump, The Washington Post y otros medios de comunicación aseguraron que Donald Trump se negó a condenar a los supremacistas blancos, cuando Joe Biden mencionó a “Proud Boys”.
Sin embargo, el periodista y republicano Joel Pollak escribió en Twitter que el presidente respondió “Sure” cuándo se le preguntó si condenaría a los supremacistas blancos.
Incluso insertó la transcripción de esa parte del debate.
Por su parte, la periodista Emily Jashinsky escribió en The Federalist que la confusión se debió a la manera en la que Trump asimiló la pregunta.
Pero que de ninguna manera se puede pasar por alto el “sure”.
Ya que más adelante, el inquilino de la White House señaló:
“Sí, estoy dispuesto a hacerlo”, desde su juicio debió ampliar la respuesta o ser más específico, pero no informar lo contrario.
El tema se volvió tendencia luego de culminar el debate, debido a que los “grupos de odio” están teniendo una fuerte relevancia en Estados Unidos en los últimos meses.
De hecho, en marzo de este año un informe de Southern Poverty Law Center (SPLC) reveló que durante la era Trump, los grupos de odio nacionalistas blancos han aumentado 55 %.
Se contabilizaron 155 grupos de odio en todo Estados Unidos durante el 2019 y tenían presencia en casi todos los estados del país. Los grupos se contaron por separado, entre ellos destacan los Ku Klux Klan groups, racist skinheads, Christian Identity groups, y neo-Confederate groups.
“Los racistas estadounidenses están preocupados porque temen a lo que sería la pérdida de su lugar de dominio en la sociedad”, aclara el informe.
Hay más supremacistas blancos
La organización de Derechos Civiles recordó el incidente del 3 de agosto de 2019, ocurrido en El Paso, Texas, en el ataque murieron 26 personas.
En otro ataque Poway, California, un hombre blanco de 19 años ingresó en una sinagoga y comenzó a disparar a todos los asistentes. Asesinó a una mujer de 60 años y otras tres resultaron heridas.
El joven más adelante confesó que su principal motivación fue sentir que “los blancos estaban siendo reemplazados”.
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En el 2019, Heidi Beirich, directora del proyecto de inteligencia del Southern Poverty Law expresó en The New York Times que “Hay más grupos de odio, más crímenes de odio y más terrorismo doméstico en la misma línea.
Es un conjunto de circunstancias preocupantes”.
Beirich alegó que “Trump ha hecho que la gente del movimiento supremacista blanco vuelva a la política y al dominio público”.
Durante el debate los “Proud Boys” salieron a relucir y se convirtió en uno de los temas más sonados, pero ¿quiénes son?
Se trata de un grupo de extrema derecha que según USA Today tiene un historial de confrontaciones violentas. En los últimos meses tanto académicos como defensores han advertido que tienen creencias muy ligadas a la supremacía blanca.
Amy Cooter, profesora titular de la Universidad de Vanderbilt que estudia nacionalismo, raza y etnia, le comunicó en el Today que el grupo tiene “un historial de tolerar el racismo entre sus filas, se asocian con figuras abiertamente racistas y están cada vez más armados a medida que se mezclan con otros grupos de derecha”.
Los Proud Boys han negado su apoyo a la supremacía blanca e incluso clasifican al grupo como una figura en contra el movimiento antifascista conocido como Antifa, afirmó Cooter.
Supremacía blanca y el COVID-19
En un año marcado por la pandemia del nuevo coronavirus, los supremacistas blancos no han dejado de hacer su trabajo. La revista Time informó que lo están aprovechando como una ventana para difundir su mensaje.
Telegram se ha convertido en la red social por excelencia de estos grupos, de acuerdo a Liga Anti Difamación, los canales de supremacistas blancos aumentaron a más de 6.000 usuarios en el mes de marzo de este año.
Algunos mensajes difundidos están alentando a las personas a infectar de COVID-19 a otras, en especial a las minorías étnicas.
“Hemos visto varios casos de personas que sugieren que deberían difundirlo deliberadamente, convirtiéndose en un arma biológica”, planteó Jacob Davey, director de investigación senior del Institute for Strategic Dialogue a la revista Time.
De hecho, asegura que en otros mensajes se quejaron de que la crisis del COVID-19 atraería más la inmigración ilegal y los mexicanos buscarían refugiarse en Estados Unidos.
Lo que sí es seguro es que los crímenes de odio han aumentado y de alguna manera la población latina se siente vulnerable. En el 2018 los acontecimientos violentos dirigidos a la comunidad latinoamericana se dispararon, según un recuento del FBI publicado el año pasado.
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“Los ataques contra musulmanes alcanzaron su punto máximo alrededor de 2016 cuando el terrorismo era la preocupación. Ahora la inmigración es el problema número uno y los latinos están siendo atacados”, declaró Brian Levin, director del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo de la Universidad Estatal de California en San Bernardino.
Durante el 2018, hubo 671 hechos violentos dirigidos a los latinos o hispanos, en el año anterior se regristraron 552.
Trump en pocas ocasiones ha mencionado algo relacionado a los grupos de odio y el miércoles después del debate mencionó que no conocía de los Proud Boys. ¿Qué pasará con este tema si vuelve a ganar la presidencia?