La soltería o singleness puede ser un excelente antídoto para reflexionar sobre las rupturas (of course), las relaciones y el dichoso “amor romántico”.
¿Por qué nos quejamos del amor romántico? Primero porque tenemos derecho y segundo porque desde que somos pequeños nos enseñan que “conocer a tu media naranja” debe ser uno de los ideales de nuestras vidas, ya que existe la creencia que los seres humanos venimos al mundo para estar con alguien. Y lo siento, pero qué equivocado ese argumento.
Revisando en Internet me topé con ciertos conceptos sobre el amor romántico que resaltaré a lo largo de este artículo, el primero de ellos es del libro “La psicología del amor romántico: El amor romántico en época sin romanticismo” del escritor canadiense Nathaniel Branden.
Al principio de la obra él plantea lo siguiente: “Para otros el amor romántico es un ideal que si no llega a alcanzarse deja la sensación de que uno no ha conocido el secreto de la vida” y señala que es una tormenta emocional inevitablemente breve que deja desilusión a su paso.
Antes de continuar debo decir que este libro no condena el amor romántico, solo ofrece distintas perspectivas sobre el tema. Para este escrito tomé aquellas frases que me parecieron pertinentes con el mensaje que intento comunicar.
Crecí y vivo en una sociedad profundamente machista y a muchas mujeres, como a mí, nos enseñan que el amor es sinónimo de “dolor” y “aguantar”, porque está mal visto tener varias relaciones e incluso no tenerlas.
¿El sufrimiento es romántico?
Nos venden el sufrimiento como algo romántico y que el hecho de que alguien quiera casarse contigo “es lo mejor que te puede pasar”. Gracias a estos falsos argumentos que escuché durante gran parte de mi vida, me equivoqué un montón.
De hecho, un estudio publicado en España en el 2019 descubrió que 20% de las españolas estaban “atrapadas” en una relación sin futuro aparente.
El perfil resultante de esa investigación es el de una mujer que se exige mucho a sí misma, la que está algo obsesionada con los estándares de belleza y siente responsabilidad de todo lo que sucede a su alrededor.
¿Es culpa de nosotras o de la sociedad? Solo es una pregunta que vale la pena recordar.
¿Del amor al odio hay solo un paso?
Una de las frases más odiosas que existen es “Del amor al odio o hay un paso”, pero esta es superada por otra “Si quieres que te preste atención, es mejor ignorarla” y a esta lista también incluyo “Si te cela es porque realmente te quiere”.
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La antropóloga española Coral Herrera, explicó en una entrevista para Publico.es que en nuestro imaginario colectivo está muy arraigada la idea de que si el niño en el colegio le pega a la niña es porque realmente está interesada en ella, ya que a los adultos esto le parece “gracioso”.
Y no, no es normal que alguien que te ama te lastime y te haga sentir triste e incluso acosada. De alguna manera la ideología patriarcal nos hace creer eso y esos mitos están adentrados en nuestras sociedades y esto es horrible.
En el libro “Manifiesto en contra el amor romántico”, la autora, Carla Castelo, expresa que “el amor romántico obsesiona” y tiene buena presa.
Critica todo lo que conlleva a la concepción del “amor perfecto” y lo que te venden a través de la poesía, las novelas y las canciones.
Nuestra lucha
Recuerdo que tuve mi primer novio a los 16 años y fue una relación tormentosa en casi todo momento. Hacía todo lo que él me pedía e incluso dejé de usar prendas para agradarle, dejé de escribirles a amigos porque “me lo prohibía” y yo acepté que todo eso era “normal”.
Durante todo ese tiempo sufrí mucho, pero en algunas ocasiones pensé que el camino hacia la felicidad era así: más dolor que amor y esa era mi justificación para continuar.
Conozco a muchas mujeres que, en algún momento, vivieron una relación abusiva, en la que se sentían poco valoradas, incluso ultrajadas, pero nunca se atrevieron a contárselo a alguien.
En mi adolescencia no tenía ningún ideal “feminista”, es que casi no se hablaba de eso y en el colegio no nos enseñan sobre relaciones humanas o noviazgos, más bien los prohíbian.
La educación continúa prefiriendo hablar temas acerca de religión, por ejemplo.
Ahora, estoy consciente que nuestra lucha debe estar orientada a eso: A educar más a nuestros niños y niñas.
Aunque no logremos cambiar el mundo, podemos comenzar persona a persona y este impacto es igual de valioso. Sé que mucha gente, colectivos feministas y LGTBQ lo están logrando y ¡eso es grande!
El amor romántico es un ciclo
Vuelvo al tema del amor romántico, porque al final ese es el tema central de esta protesta personal.
Siento que el amor romántico se puede resumir en un ciclo que empieza por la atracción, luego el “romanticismo”, es decir, la reacción de las “mariposas” y después termina en tristeza, depresión e incluso violencia.
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Y tal como aclaran en un artículo de El Clarín, el feminismo actual intenta romper esa barrera y hacer entender que el amor no es eso que una vez nos pintaron, no es eso que nos muestran las publicidades ni tampoco las películas románticas.
La filosofa feminista, Dania Maffía, plantea que “El amor romántico es pensar en dos imanes que en algún momento conforman una totalidad, un amor heterosexual en el cual un varón y una mujer se van a ver atraídos y complementados”.
Por su parte, la antropóloga Herrera recalca:
“El amor romántico tal y como lo concebimos es muy violento. Está basado en una forma de relación sadomasoquista. La cultura cristiana nos ha transmitido el placer del sufrimiento, que consisten en creer que para conseguir el amor verdadero hay que sufrir mucho, hay que aguantar mucho y hay que pasarlo muy mal”.
Comenzar por nosotros mismos
Y a medida que vamos destruyendo estos estereotipos, nos damos cuenta que de tanto buscar a alguien más… Nos perdemos a nosotros mismos.
Si alguien me pregunta, ¿qué aprendiste de tu última ruptura? Podría decir que me reconstruí.
Para amar a alguien más, aunque suene cliché, debemos comenzar por nosotros mismos. Tenemos que darnos todo ese amor que queremos darles a otros, pero nadie nos dice eso. Nadie nos dice que el amor debe ser suave, dulce y sentirse bonito como mencionan en un capítulo de un podcast que se llama “Se regalan dudas”.
Nadie nos dice que la edad es solo un número y que no importa si tienes 25, 28 o 30, porque cada quien tiene su propio ritmo.
Trabajo de dos
El amor de pareja es un trabajo de dos, se trata de ser un equipo y trabajar a diario para conciliar y aceptar sus diferencias.
Si estás sintiendo que esa persona no va en la misma dirección que tú, que no se siente listo para avanzar, que esa relación está “atascada” y no hay nada que hacer; no es tu responsabilidad, solo déjala ir.
En fin, estar o no en una relación no nos define. Tener una familia e hijos no debe ser el ideal de todos. Podemos vivir el amor de diferentes maneras y está bien, mientras eso nos haga felices.
Esta es una nota de protesta, palabras que, tal vez, ayuden a otras personas que están cansadas de “no conectar con nadie” ¿y qué importa? Te tienes a ti y solo quiero decirte que te disfrutes, te ames con locura y pasión.
Y para terminar, me quedo con la frase de la autora de “manifiesto en contra del amor romántico”: “Yo solo puedo darme la felicidad que merezco”.
