La humanidad se encuentra en una constante etapa de transformación, y la pandemia no es la excepción.
De hecho ha sido uno de los desafíos más formidables de la historia reciente para gobiernos, empresas y sociedades.
Muchos consideran que es el último punto de inflexión del siglo XXI, en especial los últimos años, cuando los procesos digitales venían ganando terreno.
Ahora el coronavirus profundiza las dinámicas en el entorno digital. Y es que todo lo relacionado con la vida diaria prácticamente se hace mediante un dispositivo.
Usuarios compran productos y servicios, consumen contenido, tienen orgías y citas, se educan, etc. Todo lo que piensas en este momento es un resultado online.
Incluso sectores tradicionales dieron el paso. Los bancos han trabajado con equipos de servicio y ventas remotos, también han tenido un alcance digital para realizar arreglos de pago flexibles, préstamos e hipotecas. Las tiendas de comestibles realizan pedidos y entregas en línea como su negocio principal.
Las escuelas en muchos lugares han cambiado al 100% de aprendizaje en línea y aulas digitales. Los médicos han comenzado a ofrecer telemedicina, con la ayuda de una regulación más flexible.
La lista continúa. A medida que algunas regiones comienzan a reabrir, las empresas están considerando cómo volver a la velocidad máxima en un entorno inestable en el que los bloqueos se aliviarán (y potencialmente se restablecerán) en oleadas.
Los comportamientos de los clientes y las interacciones preferidas han cambiado significativamente. El uso de los servicios digitales está aquí para quedarse, al menos hasta cierto punto.
Esto de acuerdo a un informe de McKinsey Digital, una consultora global. Según su investigación, las compañías deberán asegurarse de que sus canales estén a la par o sean mejores que los de su competencia para tener éxito en este nuevo entorno.
“La mayoría de las categorías han experimentado un crecimiento de más del 10% en su base de clientes en línea durante la pandemia y muchos consumidores dicen que planean seguir comprando en línea incluso cuando las tiendas físicas vuelvan a abrir”.
En otras palabras, los clientes cambiaron su comportamiento de compra: muchos consumidores probaron una marca diferente o compraron en un minorista diferente durante la crisis.
“El valor, la disponibilidad y la calidad de los productos orgánicos fueron los principales impulsores para que los consumidores probaran una marca diferente”, indica la empresa consultora.
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Avance tecnológico en medio de una pandemia
La pandemia es una llamada de atención para garantizar la continuidad del negocio. También es un momento decisivo que señalará el proceso acelerado de la digitalización en toda la sociedad.
Los avances tecnológicos y la innovación pueden jugar un papel clave para reimaginar cómo diferentes sectores, que van desde la salud, las telecomunicaciones hasta la agricultura, pueden aprovechar la tecnología para tener un impacto positivo.
Para los proveedores de atención médica y las instituciones de salud pública, los brotes seguirán siendo una amenaza, pero es posible mitigar el impacto aprovechando los macrodatos y la inteligencia artificial para predecir y pronosticar epidemias, así como para obtener suministros médicos.
En Tailandia, a través del Consejo Digital de Tailandia (DCT), C.P. Group y True Corporation han lanzado plataformas y aplicaciones digitales para obtener donaciones de suministros médicos, así como para rastrear, y contener la propagación de la COVID-19.
Hay un enorme potencial para que la tecnología ayude a conectar a las personas durante los períodos de bloqueo, el cambio al trabajo remoto y el aprendizaje electrónico probablemente se extenderá más allá de la pandemia.
Sector alimentario
En el área de las cadenas de suministro de alimentos y el comercio minorista, la integración de tecnología innovadora en la agroindustria, la agricultura y el comercio electrónico ayudará a brindar más transparencia y trazabilidad en las cadenas de valor para servir a los clientes y a la sociedad de una manera más responsable y sostenible.
Por ejemplo, los sistemas satelitales pueden ayudar a los agricultores a ubicar mejor tierras cultivables adecuadas para la agricultura. Además, el internet permite que los sistemas de riego administren mejor la utilización del agua y el blockchain aporta transparencia a las cadenas de suministro al permitir a compradores y vendedores rastrear bienes agrícolas a lo largo del proceso de producción.
La tecnología satelital, biotecnología, nanotecnología y robótica también ha demostrado que podrían ayudar a comprender mejor las enfermedades animales y el ciclo de vida de los productos básicos para garantizar que las granjas sean más productivas y sostenibles.
Esto es particularmente relevante para el sudeste asiático, que ahora se encuentra en una era dorada para el crecimiento de nuevas empresas tecnológicas a medida que mejoran los medios de vida de las personas.
La economía de internet en el sudeste asiático alcanzará los 100.000 millones de dólares este año y se triplicará hasta los 300.000 millones en 2025, según un informe emitido conjuntamente por Google, Temasek Holdings y Bain Capital.
De 2015 a 2019, la población en línea en la región aumentó de 260 millones a 360 millones, de los cuales alrededor del 90% usa internet móvil.
Según la investigación de McKinsey, en la mayoría de los países, más del 70% de los encuestados aún no se sienten cómodos reanudando sus actividades «normales» fuera del hogar.
Para más de las tres cuartas partes de los consumidores que ajustan sus comportamientos debido a la crisis de salud, la flexibilización de las restricciones gubernamentales no será suficiente.
De acuerdo a este resultado, al parecer las cosas no volverán a ser las mismas gracias a la profundización de la digitalización y al coronavirus.
¿Acaso si hay una vacuna, la gente volverá a la normalidad o estará inmersa en una nueva normalidad, en la que el distanciamiento será la orden del día?