El confinamiento nos ha demostrado que podemos ser ágiles en la cocina, aprender nuevas cosas, organizar y disfrutar del tiempo a solas sin remordimiento, pero sin duda también nos ha hecho extrañar ciertos lugares y personas. Un gran número individuos coincide que sin la tecnología no hubiese sido posible “sobrevivir” y creo que es una afirmación muy cierta.
Whatsapp nos ha permitido mantener ese contacto con los que amamos y eso me lleva a mis amigos. Gracias a esta red social los he podido sentir más cerca y comunicar lo abrumadora que puede ser la experiencia de estar encerrado.
En una madrugada, pregunté en el grupo que comparto con mis mejores amigas, “¿Qué es lo que más extrañan de la “vida normal”?
Anelsy Acosta respondió entre la nostalgia y tristeza, según los emojis que envió, “de la “vida normal” solo nos quedan los recuerdos” y eso me hizo pensar que tal vez no volveremos a percibir la vida tal cual la vivimos alguna vez.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al COVID-19 como una pandemia el 11 de marzo de este año. Han pasado tres meses y las noticias no son alentadoras, de hecho la OMS informó que Sudamérica se está convirtiendo en el nuevo foco de la enfermedad.
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«Vemos muchos países sudamericanos que tienen una cantidad de casos en aumento y hay gran preocupación en estos países, pero el más afectado es Brasil”, sentenció el director del Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud, Mike Ryan.
Esta noticia solo puede significar una cosa: Las restricciones no se terminarán pronto. Todavía falta tiempo para abrazar, besar libremente, tocarnos en público y tener esa vida que añoramos.
¿Qué es lo que más extrañas?
Marivi Montero habló desde la molestia. “Estoy cansada de usar mascarilla en la vida. Entre los lentes y la mascarilla casi no se me nota el rostro, además me canso más rápido de lo normal”, escribió.
Diliannys Luna apoyó esta moción. “Es muy aburrido salir a un lugar y que te digan a cada momento que debes mantener la distancia. Ni chance le dan a uno de ver a los otros”, replicó.
Todas sabemos que las medidas de seguridad son por nuestro bien, pero nuestras niñas malcriadas internas se niegan a verlo. Queremos ser libres. Sentimos que estamos en una burbuja y que pasará mucho tiempo para poder salir de ahí, creemos que esa “normalidad” no llegará.
Mantener la paciencia debe ser un precepto que debe estar muy presente, pero esa noche nos permitimos no ser optimistas, sino aceptar que necesitamos y deseamos abrazarnos, hablar por horas y llorar la misma cantidad de tiempo para drenar todos estos estos meses de encierro.
Los primeros días de confinamiento, confieso que buscaba a cada rato los índices del coronavirus a nivel mundial y sentía gran necesidad de conocer más de la enfermedad. Se convirtió en una pequeña obsesión y estoy segura que no era la única.
A nivel mundial “Coronavirus” ha sido una de las palabras más buscadas en Internet, aparte de esta palabra también figuran “estado de alarma” y “cuarentena” entre las más buscadas.
Esta enfermedad llegó para cambiar todo lo que pensábamos y hay millones de personas que añoran cosas tan simples como ir al mar.
En un artículo de BBC Mundo titulado “Coronavirus: ¿cuándo terminará el brote y volverá todo a la normalidad?” explican que encontrar una vacuna puede tardar años y que es importante que los países trabajen en otras estrategias para combatir la enfermedad.
Aunque todavía hay confianza de que la ciencia encuentre una solución. Existe cierta certeza de que habrán cosas que nunca volverán a ser “normales”.
La palabra soledad
¿Qué es la soledad? Según el origen etimológico proviene del latín “solitas” que significa “cualidad de estar sin nadie más”. Durante décadas la sociedad se ha encargado de tildar esta palabra como negativa y hay muchas personas que el hecho de estar solos les causa temor.
Durante el confinamiento la “soledad” se ha convertido en la protagonista de muchas vidas. Hace poco Diliannys dijo en el grupo de WhatsApp que se sentía muy sola. No tiene amigos ni mucho menos familia cerca y es que comenzar de cero ha sido uno de sus mayores retos.
Es la segunda vez que emigra. Dejó Venezuela y se fue a Argentina, después aterrizó en Estados Unidos.
Entre nostalgia soltó “Si me muero ahorita nadie se entera”. Dili, como le decimos cariñosamente, extraña mucho estar afuera, siempre ha sido un alma aventurera, pero la crisis del coronavirus le ha “cortado las alas”.
Ella cree que emigrar la ha vuelto más sentimental porque a veces extraña la vida que dejó. Yo pienso que el estar lejos nos hace valorar más lo que ya no tenemos, porque a veces estamos en situaciones que nos superan.
“Soy sola”
Hace poco me topé con una entrevista que realizó el diario El Perfil a la escritora Teresita Ferrari, ella es autora del libro “Soy sola” y defiende la soledad como un elemento necesario para la salud mental.
Una de las preguntas que llamó más mi atención es esta: “Un hecho de tan increíble magnitud, como esta pandemia que parece cernirse sobre los humanos como si fuera de ciencia ficción, ¿nos hace sentir más solos e insignificantes?”
En una parte de su respuesta enfatizó que “Creo que los que no tienen a la soledad como amiga sí sufren mucho, sienten el vértigo de no tener programas sociales, de mirar televisión hasta aburrirse y de agotar el teléfono, por no tener a alguien cerca”.
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Lo que plantea es que tenemos que hacernos “amigos” de la soledad para no sentir que nos abruma. “Hay muchas cualidades y deseos desconocidos por nosotros mismos que cuando afloran nos completan. Pero para encontrarlos, se necesita de tiempo con uno mismo y este puede ser un buen momento, para tener tiempo con y para nosotros mismos”.
Pero la soledad no es la única cosa con la que tenemos que batallar. También está el miedo de contagiarte y eso lo experimenta Rosleidys Sanabria a diario. Madrid es la ciudad más contagiada de España y ella vive en el centro.
En este tiempo ha optado por acudir a todos los deliverys y confesó que hizo las paces con la cocina. Rosle es una persona que no suele demostrar mucho sus sentimientos y durante este tiempo ha escrito varias veces en el grupo que nos extraña y nos quiere, así como a su mamá que dejó en Venezuela.
Para terminar la lista de las chicas que completan este grupo está Angélica González, vive con su numerosa familia, pero en confinamiento empezó a presentar algunos problemas de salud y eso también desestabiliza un poco a nivel emocional.
Todas batallamos a diario con nuestros sentimientos, con esas ganas que teníamos de “por fin arreglar nuestras vidas” y todos esos planes que se han frustrado.
El coronavirus nos ha dado muchas lecciones y también nos ha puesto nuestros miedos de frente.
Supongo que son “pruebas” para ver qué tan fuerte somos. Y mientras el mundo continúa luchando con un virus mortal, nosotras agradecemos tener ese “grupito” de WhatsApp para contar cosas que no podemos compartir con nadie más.