«Mi cuerpo, mis reglas», es una de las numerosas consignas del movimiento feminista contemporáneo. Sin embargo, no hay puntos de encuentro entre las diferentes vertientes, cuando se trata de explotación sexual como la prostitución. ¿Sucede lo mismo con la venta de nudes?
Las fotos íntimas suelen ser parte de juegos previos al sexo o incluso una estrategia que ayuda a recuperar las ganas. De acuerdo a la encuesta de Bad Girls Bible, una organización integrada por profesionales de la sexología, los estadounidenses envían 1,8 millones de nudes por día o 20 por segundo.
Las cifras, ponderadas para reflejar el desglose por edad de la población adulta, revelaron que 4 de cada 10 personas han enviado una foto desnudas a alguien al menos una vez en sus vidas.
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El estudio arroja que es un pasatiempo entre los jóvenes: el 60% de las mujeres menores de 30 años y el 54% de los hombres por debajo de los 30 años lo han hecho.
Plataformas
A medida que las plataformas de comunicación instantánea penetraron el mercado global, la tendencia ha crecido. Snapchat hizo esto aún más posible porque las fotos desaparecen en cuestión de segundos, algo que las mujeres solían preferir.
En 2012 personas de todas las edades utilizaban la aplicación como un medio para experimentar placer sexual. Creyeron que habría discreción.
«Los hombres tenían casi el doble de probabilidades que las mujeres de obtener un desnudo sin permiso (23% versus 12%). El método más común utilizado por ambos sexos fue tomar una captura de pantalla de una imagen temporal, por ejemplo, de Snapchat», se lee en la investigación.
Fue en esta aplicación donde se empezó a vender nudes. El cuerpo ha sido explotado a lo largo de los siglos. Por lo tanto, se adapta a las necesidades contemporáneas. Twitter (que prohibirá material pronográfico violento a partir de 2020) y WhatsApp se convirtieron en las opciones predilectas de quienes comercializan fotografías de sus partes íntimas.
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De hecho, diversas usuarios han abierto perfiles en OnlyFans, VidaTanga, FanCentro, Mermbershyp, BentBox, AdultMemberSites, ModelCentro, Reddit, entre otros sitios web. La dinámica varía pero el fin es el mismo.
La venta de nudes y el feminismo
El feminismo abolicionista niega que la explotación sexual del cuerpo sea un ejercicio de libertad de expresión. A pesar de todo, hay personas dedicadas a la industria del sexo que creen tener el control.
Una de ellas es Xiomara Fox. Conversó con Hypertexto para compartir su punto de vista. Es de Argentina, se define como poliamorosa y vive de la venta de nudes.
«Creo que el sexo siempre fue un negocio y desde la llegada de internet y las redes sociales el acceso al sexo se modificó. En esa modificación entra la venta de contenido. Además el feminismo hizo que las mujeres nos empoderamos de nuestro cuerpo y de nuestro deseo dejando en claro que podemos hacer con ellos los que nos dé la gana».
Para Simpática demonia, de 21 años, también de Argentina, el machismo y el culto al cuerpo son unas de las razones por las cuales el negocio surge. No puede criticarlo porque es su trabajo.
«El patriarcado está absolutamente en todo lo que consumimos hoy en día. Incluso las feministas también estamos consumidas por el patriarcado, así que hay un montón de ideas nuestras que tenemos que modificar porque sino estamos pensando como un hombre. Obvio que este negocio se beneficia del patriarcado, el sexo masculino es el que más consume».
Perfil de los compradores
Ambas entrevistadas coincidieron que la mayoría de sus clientes son hombres. «Tengo 2 años en esto y habrá una o dos mujeres que han comprado pero creo que es una industria que apunta al sexo masculino», manifiesta Simpática.
De acuerdo a su experiencia, el perfil de este consumidor es el de una persona abandonada y solitaria que prefiere pagar por el material explícito de alguien amateur. Pues a su juicio, es más accesible comparado con una actriz porno. «Estamos para cumplir morbos y hacer lo que nos pidan».
Xiomara indica que algunas mujeres han comprado fotos íntimas pero la mayoría de las veces los perfiles son falsos. Se trata de hombres que «creen que les vamos a hacer descuento por ser mujeres».
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Así se siente Álvaro (nombre ficticio). Le dijo a Hypertexto que es tímido, algo que le ha costado caro cuando se trata de citas. Pues no ha podido mantener una relación con éxito porque suele ser callado e introvertido.
Prefiere pagar por nudes porque no se necesita el protocolo de conquista. «Prefiero pagar por sexo con prostitutas o material pornográfico porque solo quiero masturbarme, no casarme ni mantener una relación. Además, eso sale más caro. Y me parece injusto que una obrera, enfermera o maestra ganen menos, pero qué se le hace, el sexo vende», ríe.
¿Se venderían nudes si no hubiera patriarcado?
La llegada de internet permitió la venta del contenido. Para Xiomara además de placer, el sexo es un lujo. Además, sin la sexualización del cuerpo femenino, no habría trabajos sexuales de este tipo.
Un ensayo titulado El cuerpo de las mujeres y la sobrecarga de sexualidad, de la socióloga española, Rosa Cobo Bedia, indica que la exaltación desarrolla un hilo presente «en la cosmovisión patriarcal».
«La sexualización envuelve a niñas, adolescentes y mujeres y, sin embargo, es explicada como un componente determinante de la naturaleza femenina. La atribuida naturaleza fundamentalmente sexual de las mujeres es el pilar sobre el que se edifica la cultura del sexo», señala.
De acuerdo a la autora, la hipersexualización es una realidad. Por eso cree que este fenómeno sea producto del dominio por parte del género masculino.
«Uno de los objetivos del dominio patriarcal es disciplinar los cuerpos de las mujeres, tanto para la reproducción como para la disponibilidad sexual de los varones».
Tanto Xiomara y Simpática demonia, coinciden en que si no hubiera un culto exacerbado, la venta de nudes no fuera un negocio jugoso. Por eso dedican horas a una tendencia que, parece no desaparecer.
