Una nueva tensión entre Trump y las compañías de social media han ganado la atención de la opinión pública. No es para menos, el presidente firmó el pasado jueves una orden ejecutiva que podría reducir las restricciones en las plataformas.
Esta medida fue tomada luego de que el martes pasado Twitter etiquetara algunos de los recientes tweets del magnate de «fact-check» porque violaban los términos y condiciones de la red social donde se han registrado 340 millones de usuarios.
«There is no way (zero) that mail-in ballots will be anything less than substantially fraudulent», tuiteó Trump en referencia a un nuevo posible sistema de elección presidencial vía email tras la propagación del coronavirus.
Trump ha manifestado abiertamente su rechazo hacia esta nueva modalidad de voto. Sin embargo, no indicó el porqué. De acuerdo a la BBC, por la falta de evidencia, Twitter ha actuado al respecto.
Una portavoz de Twitter dijo a The Washington Post que los tweets «contienen información potencialmente engañosa sobre los procesos de votación y han sido etiquetados para proporcionar un contexto adicional en torno a las boletas por correo».
Trump respondió que, como presidente, no permitirá que Twitter reprima la libertad de expresión.
Según el alto mando, la nueva orden era para «defender la libertad de expresión de uno de los peligros más graves que ha enfrentado en la historia de Estados Unidos».
«Un pequeño puñado de monopolios de redes sociales controla una gran parte de todas las comunicaciones públicas y privadas en los Estados Unidos», sentenció.
¿De qué va la orden ejecutiva?
El texto busca reducir las protecciones de responsabilidad bajo la Sección 230 de la Ley de Decencia de Comunicaciones.
Según lo estipulado las compañías de Internet tienen una «amplia inmunidad» de responsabilidad por el contenido que sus usuarios publican en sus plataformas.
El proyecto de orden abriría la puerta para que el Departamento de Comercio y la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC en inglés), reinterpreten la ley y permitan a la Comisión Federal de Comercio crear una herramienta para que los usuarios informen sobre «prejuicios en línea».
Según el texto, la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información tiene 60 días para presentar una petición de reglamentación ante la FCC.
El gobierno de Trump pide reinterpretar partes de la Sección 230. De hecho, busca esclarecer el significado de «no actuar en buena fe en virtud de la disposición».
Una orden sin autoridad
La orden ejecutiva prueba los límites de la autoridad de la Casa Blanca. En una oferta legal a largo plazo, busca reducir el poder de las grandes plataformas de redes sociales reinterpretando una ley crítica de 1996 que protege a los sitios web y las empresas tecnológicas de las demandas.
Especialistas han expresado serias preocupaciones sobre la propuesta. Una de ellas es Kate Ruane, asesora legislativa principal de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos, quien argumentó que Trump no tiene autoridad para reescribir un estatuto del Congreso con una orden ejecutiva que imponga una interpretación defectuosa de la Sección 230.
Dice que puede ser inconstitucional porque corre el riesgo de infringir los derechos de la Primera Enmienda de las empresas privadas y porque intenta eludir las otras dos ramas del gobierno.
«En un país que ha apreciado por mucho tiempo la libertad de expresión, no podemos permitir que un número limitado de plataformas en línea elijan a mano el discurso al que los estadounidenses pueden acceder y transmitir en Internet», se lee en la orden.
Libertad de expresión
«Esta práctica es fundamentalmente antiestadounidense y antidemocrática. Cuando las grandes y poderosas compañías de medios sociales censuran opiniones con las que no están de acuerdo, ejercen un poder peligroso», manifiesta Ruane.
La campaña conservadora contra las compañías de redes sociales podría tener un efecto «devastador» en la libertad de expresión», dijo a la BBC Matthew Feeney, del Instituto Cato, un laboratorio de investigación independiente.
Cambiar la Ley de Decencia en las Comunicaciones para imponer neutralidad política en las compañías de redes sociales podría ver cómo las plataformas examinarían el contenido en un grado que mataría el libre flujo de información en las redes sociales.
Feeney dijo que el borrador de la orden ejecutiva era un «desastre», pero podría ser beneficioso en el período previo a las elecciones presidenciales.
¿Tendencia ideológica favorecida?
Por otro lado, la libertad de expresión es el principal argumento de Trump al llevar a cabo esta orden alegando que las fake news están esparcidas en las redes sociales.
Las noticias falsas de las que el presidente hace referencia provienen de medios de comunicación opuestos a su ideología y política.
También se ha manifestado en contra de Google, sosteniendo que el algoritmo favorece el posicionamiento de noticias provenientes de sitios de tendencia izquierdista.
De hecho, PJ Media publicó hace dos años un artículo que indica cómo resultados de Google News están sesgados contra sitios conservadores.
En un comunicado, Google rechazó la premisa de Trump: «La búsqueda no se utiliza para establecer una agenda política y no sesgamos nuestros resultados hacia ninguna ideología política».
En un estudio los investigadores Seth Lewis y Efrat Nechushtai descubrieron que las recomendaciones de Google News eran homogéneas sin importar su tendencia ni geografía.
Además, los cinco resultados principales para las búsquedas de noticias provienen de un puñado de fuentes principales: The New York Times, CNN, Politico y The Washington Post.
Facebook vs. Twitter
Pese a esto, las redes sociales están más en el ojo del huracán. El fundador de Facebook, Mark Zuckerbeg, fue sometido a una interpelación el año pasado.
La congresista Alexandria Ocasio-Cortez le preguntó si la compañía eliminaría las publicaciones que difundieran desinformación o incintaran a la violencia.
«Creo que mentir es malo y creo que si usted publicara un anuncio con una mentira, sería malo», le dijo Zuckerberg a la legisladora.
«¿Entonces no las eliminará? ¿Puede señalar que está mal, pero no las eliminará?», preguntó Ocasio-Cortez.
Zuckerbeg respondió en ese entonces que dependería del contexto. Es decir, si se trataba de publicaciones orgánicas o pagas.
Su posición no ha cambiado del todo. El también director ejecutivo de Facebook acudió a Fox News la semana pasada para criticar Twitter por verificar los tuits de Trump y dijo que las empresas privadas de tecnología «no deberían ser el árbitro de la verdad de todo lo que la gente dice en línea».
«Seguiremos señalando información incorrecta o disputada sobre las elecciones a nivel mundial. Y admitiremos y asumiremos los errores que cometamos ”, escribió Jack Dorsey, fundador de Twitter.
En diversas fanpages y perfiles de Facebook, así como cuentas en Twitter, los usuarios discuten acerca del tema.
Algunos sostienen que la libertad de expresión es un asunto de la ideología dominante, otros señalan que las empresas privadas tienen el derecho de gestionar sin sesgos políticos ni intervención estatal.