Desde el inicio de la pandemia, los estadounidenses de origen asiático (AAPI), se han enfrentado a actos violentos.
La policía de Nueva York informó que los delitos motivados por sentimientos anti-asiáticos aumentaron un 1,900% en la ciudad de Nueva York en 2020.
Stop AAPI Hate, una organización no gubernamental fundada al comienzo de la pandemia como respuesta al aumento de la «violencia racial», recibió 2.808 informes de discriminación contra los asiáticos entre el 19 de marzo y el 31 de diciembre de 2020.
Los investigadores examinaron las respuestas de más de 16 mil personas de todas las razas.
Descubrieron que en lo que va del año, aproximadamente 1 de cada 10 estadounidenses de origen asiático había experimentado crímenes de odio o incidentes de odio.
En general, más de una cuarta parte de los estadounidenses de origen asiático y un porcentaje similar de habitantes de las islas del Pacífico informaron haber experimentado incidentes de odio en algún momento de sus vidas.
Pero cuando se les preguntó qué tan cómodos se sentirían al denunciar ante las autoridades policiales, el 30% respondieron que se sentían «muy cómodos».
Otros grupos, incluidos los afroamericanos y los latinos, informaron tasas más altas, del 45% y del 42%, respectivamente.
Los encuestados blancos tenían el porcentaje más alto de sentirse cómodos con informar a las fuerzas del orden, con un 54%.
Los incidentes que constan de rechazo, insultos y ataques físicos, han sido en su mayoría hacia mujeres, según Stop AAPI Hate.
De acuerdo al informe, ha habido 503 incidentes ocurrieron solo en 2021. El acoso verbal y el rechazo fueron los tipos más comunes de discriminación, representando el 68,1% y el 20,5% de los informes, respectivamente.
La tercera categoría más común, la agresión física, representó el 11,1% del total de incidentes.
Más de un tercio de los incidentes ocurrieron en negocios, el principal lugar de discriminación, mientras que un cuarto tuvo lugar en la vía pública.
La ola de violencia dirigida a las personas mayores asiático-americanas a principios de año, en particular los ataques gráficos que se han capturado en video, probablemente hayan provocado más atención tanto de la comunidad como de los medios de comunicación.
Aaron Long fue acusado de matar a tiros a ocho personas, incluidas seis mujeres de ascendencia asiática, en spas en el área de Atlanta.
Los investigadores dijeron que era demasiado pronto para determinar un motivo.
Después del arresto de Long, este negó haber albergado prejuicios raciales y dijo a las autoridades que llevó a cabo los disparos como una forma de venganza por su «adicción sexual».
Los tiroteos de Atlanta y otros ataques recientes han dejado al descubierto cuestiones difíciles relacionadas con la prueba de un motivo racista.
¿Los asaltos involucraron a víctimas asiáticas? ¿O los atacantes señalaron deliberadamente a los asiáticos de una manera tácita que nunca puede presentarse como prueba en un tribunal?
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¿Odio real?
Muchos estadounidenses de origen asiático se han quedado preguntándose cuánto influyeron los estereotipos culturales que los proyectaban, especialmente a las mujeres, como débiles o sumisas.
El aumento de los delitos de odio denunciados en los Estados Unidos durante los últimos años ha estado acompañado por el resurgimiento de un debate polarizador: ¿cuántos de esos delitos son reales?
Los argumentos de algunos comentaristas conservadores de que la mayoría o todos esos incidentes son falsos se han vuelto más fuertes, especialmente desde la elección del presidente Trump en 2016.
Wilfred Reilly, un científico político de la Universidad Estatal de Kentucky y autor de El engaño de los delitos de odio: cómo la izquierda está vendiendo una guerra de razas falsas, cree que menos de 2 de cada 10 delitos de odio denunciados son fabricados.
Reilly estima que hasta el 15% de los delitos de odio denunciados a la Oficina Federal de Investigaciones son falsificados.
Otro investigador que ha examinado de cerca el tema, Brian Levin, del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo de la Universidad Estatal de California en San Bernardino, calcula que la tasa de engaños es mucho más baja, menos de la mitad del 1%.
Levin y Reilly discrepan sobre lo que debería clasificarse como un engaño.
Levin, un criminólogo, cuenta los delitos de odio que se denuncian a las autoridades, como la policía o los funcionarios del campus universitario, y luego se demuestra que fueron falsificados deliberadamente.
Reilly argumenta que ha casos como el del derrumbe de lápidas en un cementerio judío en las afueras de Filadelfia, incidente que en primera estancia fue confundido por un acto vandálico.
También el descubrimiento de una soga en un sitio de construcción en Ivy City, Washington D.C.. Este objeto suele ser utilizado como símbolo de odio. La policía determinó que era simplemente una cuerda para mover el equipamiento del área.
Pronunciamiento de Biden
La violencia ha continuado hasta el 2021, y el presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva denunciando la discriminación contra los asiáticos poco después de asumir el cargo en enero.
«Nuestro silencio es complicidad. No podemos ser cómplices. Tenemos que hablar. Tenemos que actuar», dijo Biden.
Biden y la vicepresidenta Kamala Harris viajaron a Atlanta para reunirse con líderes estadounidenses de origen asiático tras el tiroteo.
El demócrata instó al Congreso a aprobar la Ley de crímenes de odio Covid-19, que, según dijo, aceleraría la respuesta del Gobierno a los delitos de odio que han aumentado durante la pandemia, apoyaría a los gobiernos estatales y locales para mejorar la denuncia y haría que la información sobre los delitos fuera más accesible a las comunidades asiático-americanas.
Por otro lado, China espera que Estados Unidos pueda cumplir con su compromiso de proteger los derechos humanos y tomar medidas enérgicas contra la discriminación y la violencia de odio contra las minorías étnicas, en especial la asiática.
El portavoz, Zhao Lijian, se manifestó al respecto. Zhao dijo que los últimos años vieron un aumento constante en los casos de delitos de odio contra las minorías étnicas, incluidos los estadounidenses de origen asiático en los Estados Unidos, lo que resultó en muchas tragedias.
Al fin y al cabo un grupo racial se siente aludido por un problema que azota a la humanidad. El odio real o falso varía de acuerdo al contexto y la investigación objetiva al respecto. La condena de ambos es ineludible.