El mes de octubre terminó con el Sínodo Amazónico, es una especie de reunión especial de la Iglesia Católica. Tal como lo define el sitio web: sinodoamazonico.va, se trata de un proyecto eclesial, cívico y ecológico, cuyo principal objetivo es redefinir las líneas pastorales para así adecuarlas a los tiempos contemporáneos.
Esta zona está comprendida por los siguientes países: Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Venezuela, Surinam y Guayana Francesa. Todas estas naciones comprenden un fuerte oxígeno para toda la tierra.
In fact, es una de las mayores reservas de biodiversidad del mundo y 20 % del agua dulce no congelada se encuentra en esta zona. Es considerado “el pulmón” del mundo.
Casi dos años duró la preparación de esta asamblea. El papa Francisco anunció que se prepararon para esto el 18 de enero de 2018, en una visita en Perú. En esa oportunidad dijo:
“Probablemente, los pueblos originarios amazónicos, nunca estuvieron tan amenazados como ahora. La Amazonía es una tierra disputada desde varios frentes”.
¿Qué temas se trataron?
Durante tres semanas 185 sacerdotes sinodales discutieron importantes temas como: la ordenación de diáconos casados, diácono femenino y el pecado ecológico.
Como dato curioso, los diáconos tienen el tercer puesto en la línea de jerarquía de la Iglesia Católica después del obispo y el presbítero, así como lo explica la página web Desde la Fe. En la actualidad, no existen diáconos mujeres.
El tema central del Sínodo Amazónico estuvo relacionado a un asunto que les preocupa a muchos: El cambio climático. En la reunión también participaron como auditores los líderes de las comunidades indígenas.
Este debate puso a la iglesia en una posición incómoda por tocar temas que por años, prefirieron omitir.
Sin embargo, el énfasis del sumo pontífice en los temas ambientales los impulsó a discutir sobre cambiar algunas normas de la “casa común”, como es conocida la Iglesia Católica.
Así como expresó el secretario del sínodo, Lorenzo Baldiseri, “Una ecología que no trate las cuestiones solo mirando al ambiente, sino que comprenda la dimensión humana y social. Una ecología que tenga presente la esencia del hombre”.
¿Participación femenina?
La toma de decisiones más importantes siempre recae en los hombres, pero durante el encuentro de pudo observar una variación a esta “tradición” ¿por qué? En el Sínodo Amazónico participaron 35 mujeres.
De este número se suman dos invitadas especiales, cuatro expertas y el resto eran auditoras, de las cuales 18 son monjas.
Aunque, en realidad esta participación no supera ni mucho menos iguala a los 185 sacerdotes que asistieron, incluso estos fueron los únicos con derecho al voto.
By the way, mientras se estaba llevando a cabo reuniones previas en el Vaticano sobre el sínodo, también se ejecutaba una meeting convocada por las miembros de “Voices of Faith”, un grupo de mujeres que se cuestionan el liderazgo de la iglesia y la poca participación del género femenino en asuntos referentes a la fe.
¿Silenciadas?
“En la Iglesia se producen abusos de todo tipo, sexuales, económicos, de poder” y también “de silencio a las mujeres”, destacó
“No se nos permite compartir nuestras interpretaciones de fe, estamos silenciadas (…). No suplicamos poder, el poder siempre corrompe, solo pedimos ser respetadas”, criticó la monja sueca Madeleine Fredell.
Mientras tanto, el secretario del sínodo comunicó que en los últimos años se ha “cuadriplicado” la participación de las mujeres.
“El sínodo es un organismo, no un derecho divino. Así que hay que ceñirse a la norma establecida. Un código de derecho canónico firmado por el Papa”, agregó Lorenzo Baldiseri.
Por otro lado, al finalizar el sínodo invitó al Vaticano a realizar un “estudio” profundo sobre el diácono femenino en la Amazonía. Es decir, la decisión final queda en mano del papa Francisco.
Es de recordar que un diácono es un clérigo católico y tienen la potestad de ser los “terceros” en la toma de decisiones importante con respecto a la casa común.
Tienen la potestad de bautizar, evangelizar, asistir al sacerdote en la iglesia, dar testimonio cristiano a los más necesitados, entre otras funciones.
¿Qué quiere decir pecado ecológico?
Los obispos llegaron a la conclusión de que era el momento idóneo para condenar el hecho de destrozar la naturaleza. Además de que consideran que deben luchar y defender el “corazón biológico” de la tierra.
En este sentido, también propusieron crear un “fondo ecológico” con la finalidad de reparar los daños que causó el incendio en la Amazonía.
“Proponemos definir el pecado ecológico como una acción u omisión contra Dios, contra el prójimo, la comunidad y el ambiente.
Es un pecado contra las futuras generaciones y se manifiesta en actos y hábitos de contaminación y destrucción de la armonía del ambiente”, indicó el documento firmado por 82 obispos antes de que se llevará a cabo el sínodo.
El arzobispo de Las Palmas, Brasil, Pedro Brito Guaimaraes comentó que los pecados ecológicos son algo nuevo para la Iglesia, pero que aun así es importante confesarlos.
Cabe destacar que durante más de un mes los obispos se encargaron de escuchar los testimonios de monjas, indígenas y expertos, personas que denunciaron su preocupación por la contaminación del agua con mercurio, al igual que la violencia que ejercen en contra de las mujeres.
Lucha cambio climático
Luego de la votación, el papa de origen argentino reconoció la importancia de la lucha en contra del cambio climático e incluso mencionó la labor que está realizando la joven sueca, Greta Thunberg y los otros jóvenes.
Por último, al mismo tiempo también discutieron la ordenación de diáconos casados en la Amazonía. Una mayoría de dos tercios votó por permitir este hecho, solo en caso de “enormes dificultades” puedan celebrar Eucaristía, confesar a los fieles y ungir a los enfermos, esto solo sey que se ejecute en zonas remotas y de poco acceso.
La reunión del Sínodo Amazónico abre el debate sobre si más adelante, la Iglesia Católica esté dispuesta a debatir estos temas a escala mundial y permita que las mujeres tengan un rol más importante, así como que los diáconos casados se puedan ordenar y se deje de lado el celibato.