En los últimos meses un sinfín de manifestaciones han estremecido a Latinoamérica. Chile, Colombia, Ecuador, Bolivia y Venezuela viven diferentes realidades, pero tienen un factor común: Quienes salen a las calles a protestar son jóvenes en su mayoría y según organizaciones encargadas de los derechos humanos los gobiernos suelen responder de una misma manera: con represión.
En el caso de Chile, cuyas protestas iniciaron por el aumento del pasaje de metro de Santiago, los carabineros, la policía militarizada del país, han respondido con violencia, según ONG’s como Víctimas Oculares de Chile.
De acuerdo a las estadísticas proporcionadas por la organización, hasta el momento, el conflicto social ha dejado un poco más de mil heridos y 241 personas con heridas oculares debido a los perdigones.
Debido a estos incidentes los ojos vendados se convirtieron en un elemento de resistencia en las protestas en el país y un símbolo importante dentro de las manifestaciones.
De este número de víctimas dos están completamente ciegas, así lo dio a conocer el Instituto Nacional de Derechos Humanos.
¿Y cómo iniciaron las protestas en Colombia? Colombia se ha convertido en el foco de los titulares de la prensa latinoamericana.
Las movilizaciones en contra del gobierno de Iván Duque cumplen más de una semana y han sido catalogadas como “inéditas” porque desde hace décadas que no se veían protestas de tal magnitud.
Los colombianos piden más empleos, menos desigualdad y violencia, además de que zonas desfavorecidas como en La Guajira, la población pide agua potable y alimentos.
Y después está Venezuela, el país ha vivido varios episodios marcados por la violencia y la represión de los cuerpos policiales del gobierno de Nicolás Maduro.
Desde el 2014 los jóvenes han sido los principales personajes de las protestas. En general, los venezolanos lo que piden es un cambio político, económico y social que les permita tener calidad de vida.
Manifestantes jóvenes
La participación de los jóvenes ha sido clave en cada una de las movilizaciones de América Latina, estos les han proporcionado otro carácter a estas luchas sociales.
En Hypertexto conversamos con algunos jóvenes que han sido partícipe de estas protestas y que defienden la causa de cada una de las manifestaciones.
Yeferson Becerra (25) nació en el departamento colombiano de Caquetá. Cuando le tocó ir a la universidad dejó su ciudad natal, Florencia, para dirigirse a Manizales porque había más oportunidades académicas y laborales.
En la actualidad, Yeferson, se desempeña como ingeniero electromecánico. Ha asistido a las manifestaciones, las apoya e incita a otros a participar.
En el momento que inició su etapa universitaria entendió que no pertenecía a ningún partido político. Su partido era la gente. “En Colombia hay mucha gente pobre y al gobierno no les importa”, expresa.
H: ¿Consideras que los jóvenes tomaron el liderazgo en estas movilizaciones?
Y: Sin dudar te digo que sí. A diferencia de las personas mayores, creo que nosotros perdimos el miedo de salir a las calles. Nosotros no podemos continuar con que las mismas personas sigan gobernando.
Y: Pues la verdad, nunca hemos visto un cambio. Son los mismos de la ultraderecha que tienen al país vuelto nada y es que uno se va cansando. Los adultos ya se acostumbraron a eso, pero estamos en una época en donde nos toca a nosotros asumir esa responsabilidad.
Becerra agrega que lo que esperan es ver un cambio generacional y que las cosas vayan mejorando.
Represión
Uno de los hechos que ha marcado las protestas en Colombia es la muerte del joven Dilan Cruz. En un video que se hizo viral en todo el país se observa como el joven es herido en la cabeza por una bala ¿La culpa? Responsabilizan al Escuadrón Móvil Antidisturbios, (ESMAD).
H: ¿Por qué crees que el gobierno responde con represión?
Y: Lo que pasa es que un gobierno como digo yo, cuando no tiene los pantalones para mandar en un país, ellos quieren seguir en el poder sea como sea. Entonces, como la ciudadanía, sea como sea, está despertando y está exigiendo que este gobierno cumpla lo que prometió en sus campañas. Al ver cómo la gente se está uniendo, no les queda de otra que reprimir y no dejan hacer las cosas bien. No permiten que marchemos y, además, se han notado que las marchas han sido muy pacíficas.
“No siempre los problemas lo inician los manifestantes o los jóvenes, estamos viendo como del mismo gobierno empiezan a persuadir para que esto se acabe”, enfatiza Becerra.
Desde el exilio
Un gran número de jóvenes venezolanos han tenido que dejar su país. Muchos con la esperanza de regresar y otros con la convicción de que el cambio está más cerca de lo esperado.
Aunque Julio Coraspe (27) no vea próximo el cambio considera que salir a la calle es la única manera en la que el régimen de Nicolás Maduro caiga.
Coraspe, abogado graduado en la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho en Sucre, decidió dejar todo lo que representaba para emigrar a México. Desde el segundo año de su carrera comenzó a ser dirigente estudiantil.
En ese tiempo, en conjunto a otros compañeros, crearon el movimiento estudiantil conocido como “Tendencia universitaria”, el cual luego fue creado en otras universidades y también fue dirigente del partido Primero Justicia (PJ).
H: Después de formar parte las protestas en Venezuela, ¿por qué decides emigrar?
J: Es un sentimiento generalizado de desesperanza. Nuestra generación se encontró con un mercado laboral completamente cerrado, después de pasar tanto tiempo en la calle. En las protestas de 2017 fueron más de 150 días en la calle.
J: El ver cómo dejamos todo en la calle y que no se llegó a nada. Eso posicionó a la dictadura venezolana y no terminó siendo esa Venezuela que todos soñamos.
Oposición venezolana
H: ¿Qué opinas del papel que ha tomado la oposición venezolana en estos momentos?
J: En Venezuela se debe hacer una revisión acerca de la lucha que se está emprendiendo. La verdad es que la Mesa de Unidad Democrática para mí no lo está haciendo nada bien. Ha perdido el norte de esta lucha que eran los tres pilares fundamentales que planteó Juan Guaidó: Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres y democráticas.
Coraspe sentencia que el pueblo venezolano desconoce qué se ha logrado y en qué punto se encuentra trabajando la oposición venezolana. Señala que la población no conoce y no sabe qué se está haciendo para lograr alguno de estos objetivos que se propuso el presidente de la Asamblea Nacional.
“Y por supuesto no estamos bien y no vamos bien, definitivamente sino cambiamos el norte o la manera en la que se están haciendo las cosas… No vamos a tener un resultado distinto”, expresa.
En cuanto a las manifestaciones, el joven destaca que la represión es un principio básico del poder y que para que se pueda mantener debe haber una imposición de fuerza.
“No justifico el uso de la represión. En cualquier parte del mundo en donde las protestas se salgan de control va a existir represión por parte del Estado (…) Creo que es importante visualizar desde cualquier ONG’s u organismo es monitorear la cantidad de detenidos y que no se violente el derecho de las personas reunirse de forma pacífica”, enfatiza.
Por otro lado, opina que el derecho es evolutivo y las sociedades siempre van a estar exigiendo y una manera de exigirlo es en la lucha en las calles.
“Lo importante es siempre separar y entender la línea entre un gobierno dictatorial y uno democrático”, indica.
Visión negativa
Durante la entrevista, Coraspe mencionó que no confía o no siente empatía con el liderazgo político de la Mesa de la Unidad. Considera que estos se han convertido en unos “títeres” y que pueden llegar a ser tan corruptos como los miembros del gobierno.
Curiosamente, estas declaraciones de Coraspe guardan relación con una investigación publicada por el portal web Armando Info, en el artículo revelan como diputados de la Asamblea Nacional se habían dejado comprar por miembros del oficialismo y trataron de defender a empresario que compaginan con el chavismo y están ligado con el lavado de dinero de las cajas CLAP.