Pese a que Donald Trump se niega a aceptar el resultado de las elecciones, el demócrata Joe Biden es reconocido como el presidente electo de los Estados Unidos. La fórmula Biden-Harris está lista para comenzar un tortuoso proceso de transición, pero antes deben contemplar los grandes desafíos que deberán enfrentar.
Biden ya comenzó a trabajar y una de sus primeras acciones fue presentar un plan para “derrotar” al coronavirus. El lunes, 9 de noviembre, explicó detalles sobre su proyecto y los expertos que se encargarán de hacerle frente.
Su posición sobre la pandemia fue decisiva durante el proceso de campaña, lo que significa que es importante que actúe y los resultados sean rápidos. Ese es, tal vez, uno de sus mayores retos.
Corte Suprema conservadora
Otro desafío es una Corte Suprema conservadora. Una semana antes de las elecciones, Donald Trump presionó para que se cumpliera la juramentación de Amy Coney Barrett como la novena jueza del máximo tribunal del país.
Dentro de la Corte están seis jueces de tendencia conservadora (tres escogidos por Trump) y el resto son liberales.
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¿Qué quiere decir esto? El tribunal continuará siendo la fuerza más poderosa del país y algunas ideas de Biden puede que no se cumplan.
Morgan Marietta, profesor de política de la Universidad de Massachusetts Lowell explicó a The Conversation que la filosofía judicial dominante de la mayoría conservadora es el conocido “originalism” y ven los derechos como poderosos, pero limitados.
Marietta prevé que durante los próximos cuatro años la protección de los derechos reconocidos por la Constitución como: libertad de prensa, expresión, religión y portar armas es probable que se fortalezcan.
Pero la protección de los derechos expansivos como los derechos de privacidad o reproductivos, podrían contraerse.
Se cree que la administración Biden-Harris no estará de acuerdo con los futuros fallos de la Corte, sobre todo en materia de los derechos de los homosexuales, derecho al voto, los derechos religiosos y derechos no ciudadanos.
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El temor más grande es lo que pueda hacer este órgano independiente con la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, mejor conocida como ObamaCare.
Aunque un nuevo reporte de The New York Times pudieran disipar ese miedo. El diario indicó que el presidente conservador de la Corte, John Roberts, y el juez Brett Kavanaugh señalaron que rechazarían los intentos de los republicanos y la administración de Trump de acabar con el ObamaCare.
Estos dos jueces se unirían a los tres jueces liberales (Stephen G. Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan) que tampoco apoyan la idea de eliminar la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio.
Otros tres miembros del ala conservadora, Clarence Thomas, Samuel A. Alito Jr. y Neil M. Gorsuch, argumentaron que sí estarían dispuesto a derogar dicha ley.
Aún no se sabe la posición de la nueva jueza Amy Coney Barrett, sin embargo, el Times dice que en el pasado “ha criticado públicamente fallos anteriores que sustentan disposiciones clave de la ley”.
El lado izquierdista del partido
Durante el primer debate entre Donald Trump y Joe Biden, el presidente repúblicano aseguró que Biden era un “izquierdista radical” y también lo ha tildado de socialista. En un intento de desmentir dicha información, el excompañero de fórmula de Barack Obama afirmó que él representaba al partido demócrata y no una corriente en específico.
Incluso, el presidente electo enfatizó que no estaba de acuerdo con el Green New Deal, un plan impulsado por Sanders para combatir el cambio climático. Aunque, muchos creen que sus ideas sobre el asunto se asemejan.
Sobre esto, el “Tío Bernie” declaró en el programa Jimmy Kimmel Live “Siendo político, tienes que ser táctico. No es decir ‘No estoy de acuerdo con Biden, no voy a votar por él’. Por favor, comprendan que la esencia misma de la democracia estadounidense está en juego en estas elecciones”.
En los últimos años, dentro del partido azul, las ideas de izquierda están tomando más fuerzas: Sus principales representantes Bernie Sanders, Elizabeth Warren y Alexandria Ocasio-Cortez y el llamado Squad.
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De hecho, se cree que el ala más progresista del partido presionará a Biden para que cumplan ciertos temas de la agenda como el cambio climático, impuestos y programas sociales.
Waleed Shahid, del grupo activista Justice Democrats, le dijo a NBC News: “Sé que a Joe Biden le gusta verse como un negociador, pero esto ya no es la década de 1970”.
Más adelante añadió que “Cualquier especie de trato tóxico con Mitch McConnell probablemente desmovilizará al electorado demócrata”.
Esta referencia es porque McConnell es el líder republicano del Senado y a menos que en Georgia ganen los dos candidatos demócratas, él será encargado de dirigir la Cámara Alta del Congreso.
Otro obstáculo para Biden, si los deseos republicanos se cumplen, se convertirá en el primer presidente desde 1989 en asumir el cargo sin tener control total del Congreso.
Biden y el Congreso
¿Cómo sería para Biden gobernar con un Congreso republicano? Todavía falta para conocer si sucederá así, puesto que los resultados de Georgia del Senado darán a conocer en enero, ya que se debe esperar a la segunda vuelta electoral, según lo indicado en las leyes estatales.
Contar con una mayoría demócrata en el Senado ayudaría a Biden a elegir un gabinete y no verse en la obligación de negociar con el líder de la mayoría republicana.
No obstante, el presidente electo es conocido por su reputación de “negociador” y de acuerdo a CNN este año reveló lo siguiente:
“Si soy elegido presidente, lo primero que haré (…) será tomar el teléfono, llamarlos (republicanos) y decir: «Reunámonos. Tenemos que averiguar cómo vamos a avanzar aquí». Porque hay tantas cosas en las que realmente estamos de acuerdo”.
A esto se suma la diversidad del partido demócrata, es decir, la división entre centristas y liberales.
División dentro del partido
Semanas antes de las elecciones, la representante de Virginia, Abigail Spanberger, denunció a sus colegas liberales en una llamada telefónica la semana pasada y destacó que no necesitaban usar la palabra “socialista” o “socialismo” nunca más.
Estas declaraciones alertaron a la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, quien por medio de Twitter aseveró que “No se puede simplemente decirle a los organizadores juveniles negros y marrones que se acercan para salvarnos en cada elección que se callen o que sus representantes no los defiendan cuando nos necesiten”.
Incluso, los más liberales podrían impulsar que Biden escoja a alguno de los más populares dentro de su gabinete de gobierno y una de las candidatas más destacadas para el Departamento del Tesoro es Warren.
So, en el caso de ganar en Georgia, los republicanos tendrán 51 de los escaños y según plantea el portal prospect.org, Biden tendrá que dialogar con tres republicanos moderados del Senado y estos son: Lisa Murkowski de Alaska, Mitt Romney de Utah y Susan Collins de Maine.
Esto sería crucial para saber en qué ocasiones romperán la disciplina republicana y le darán su voto al presidente electo para aprobar una legislación crucial y confirmar a los nominados en el caso del gabinete presidencial.
Es importante que los demócratas se esfuercen para conseguir los votos en el estado de Georgia, de esta elección dependerá el futuro de Biden en la White House.