En redes sociales abunda contenido de perros y gatos que ocasionan ternura y risa. Incluso se aprecian videos de especies exóticas interactuando con humanos o haciendo alguna gracia.
Al menos eso es lo que percibe el público por medio de la humanización de los animales. También conocida como antropomorfismo, se define como la atribución de características y cualidades humanas a la especie animal.
El entorno digital masifica esta experiencia aunque debido al mal uso de las plataformas y la desinformación, la ternura que pueden transmitir los animales podría ser maltrato o simplemente un comportamiento ajeno a la comprensión humana.
Aun así es producto de un juicio de valor. Por ejemplo, en redes sociales circula un video donde aparecen unos niños “jugando” con un cocodrilo. Muchos comentarios de usuarios demuestran su asombro y júbilo pero otros creen lo contrario: el reptil está muerto.
Otras publicaciones como la de un niño interactuando con una cobra sin miedo alguno tampoco pasan desapercibidas. La mayoría de las reacciones son positivas cuando en realidad a esta serpiente le quitan los colmillos.
“Hay una mala información en las redes. Evidentemente la gente al ver que un ser humano convive con animales salvajes, piensa: uy qué tierno, pero se distorsiona al animal”, dice a Hypertexto el veterinario Daniel Araiz.
Al contrario de los humanos, los animales no están conscientes de lo que sucede. Reaccionan en torno a lo que acontece. “Ellos no tienen una sugestión del pensamiento. En teoría desconocen lo que sería bueno o malo, cosa que nosotros vemos”, expresa Araiz.
De hecho, un ensayo publicado en Frontiers indica que cuanto más se considera que los animales son similares o cercanos a los seres humanos, más están dotados de complejidad mental.
Estos resultados concluyen que el uso del antropomorfismo parece estar influenciado por la similitud percibida entre humanos y animales y la medida en que las personas han desarrollado un vínculo afectivo.
Además, los autores consideran que el antropomorfismo es, de hecho, el resultado de un trabajo inferencial: “Sostenemos que el antropomorfismo es un subproducto de la autoconciencia»
Según el biólogo y antropólogo Gregory Bateson, reseña la revista científica, las personas le dan sentido a las plantas o animales cuando pueden percibir el “patrón que los conecta”.
“Conciencia como tal, no sabría decir, pero hay una energía, algo más allá de lo que vemos. Eso nos une, nos mueve. Hay una conexión entre todo, no solo con los animales sino con las plantas. De eso tengo la convicción”, coincide Araiz.
¿Lado bueno?
Para el veterinario no todos los casos son producto de la desinformación sino que son fidedignos.
Dean Schneider, un joven oriundo de Suiza se fue a África para iniciar un proyecto llamado Hakuna Mipaka, un santuario de animales víctimas del maltrato y crueldad.
Desde leones, serpientes, hienas, camellos, entre otras especies, todos merodean por el lugar.
Schneider posa con ellos y a simple vista, parece que la atribución positiva de esta experiencia es real.
“Es un santuario donde él pertenece, es como un Tarzán. Él pertenece al medio donde se crea una simbiosis donde los animales no se sienten amenazados por él y viceversa”.
Estar todo el día con ellos hace que se acostumbren a la persona. Por lo tanto, no se siente mal ni físicamente ni energéticamente, manifiesta Araiz.
“También pasa que los niños al ver videos en redes después le dicen a su mamá que quieren un mono cuando no se debe tener animales exóticos en casa porque está prohibido. Y tampoco lo saben tener. Eso trae malas consecuencias”.
Sin importar la forma y el medio tratan de tener un animal sin importar lo que conlleva obtenerlo y «después no saben qué hacer con ellos».
Araiz informa que el instinto está presente, por lo que en cualquier momento si no se cumplen las necesidades básicas “lógicamente” su entorno se verá perturbado y buscará atacar “desde una forma significativa”.
“También hay que tener en consideración que un animal va a atacar porque tiene hambre y miedo. Necesita hacerlo. Un animal no ataca porque sí”, agrega.
Por lo tanto, determinar qué contenido en el social media pueda ser fidedigno o no dependerá de la situación y el contexto.
¿Humanización de animales o empatía?
Pese a que la ciencia no tiene una respuesta definitiva acerca de la empatía entre diferentes especies, hay algunos postulados que pueden ayudar a disipar la duda.
Jane Goodall una investigadora que la década del 60, atribuyó capacidades cognitivas a los chimpancés al incluir la interacción personal con muchos individuos, lo que le permitió desentrañar las claves emocionales y cognitivas en las interacciones sociales con sus co-específicos y con humanos, reseña un ensayo titulado Empatía, antropomorfismo y cognición animal.
La etología, rama de la biología que estudia el comportamiento animal en entornos libres o no, revela que la empatía y las conductas cooperativas están extendidas entre animales.
“En las últimas décadas se ha acumulado suficiente evidencia de cada uno de estos fenómenos en distintas especies, tales como simios, monos, cánidos, elefantes, delfines, roedores y palomas”, indica la autora del artículo.
Por otro lado, los investigadores sugieren “la fuerte posibilidad de una evolución convergente” o evolución en paralelo entre perros y humanos, en el marco de la “hipótesis de la domesticación”.
De acuerdo al ensayo, los perros poseen habilidades sociales similares a las humanas; no como otros canes o incluso simios. “Esto se habría originado justamente durante ese proceso de domesticación”.
Es decir, no todas las especies son domesticables. Esto parece no importarle a un hombre que fue devorado por dos leones, a quienes tenía por mascotas.
“La desinformación está porque se quiere. Creo que hay mucha información. Todos somos ignorantes pero para dejar de ser ignorantes en muchos temas es importante informarse”, manifiesta Araiz.
A su juicio, cree necesario “influenciar más” el respeto hacia la naturaleza y a los animales.
“Hay que crear esa importancia latente de las especies y de lo que somos. Todos somos importantes. Los animales también son nuestro prójimo”.