El aborto continúa siendo un debate muy presente entre demócratas y republicanos en Estados Unidos. El año pasado la administración republicana logró, desde su perspectiva, grandes cambios importantes en algunas entidades como la aplicación de la “Ley del latido” en Iowa, Luisiana, Misisipi, Georgia, Kentucky and Ohio.
Esta nueva regla prohíbe el aborto después de las ocho semanas de gestación. Sin embargo, en otros estados la interrupción del embarazo se prohibió en todas sus formas como en Alabama.
Una encuesta de Centro de Investigación Pew asegura que tres de cada diez republicanos y demócratas no están de acuerdo de lo que opina su partido sobre el aborto.
Sobre esta ley, que es legal en Estados Unidos desde 1973, el Congreso se encuentra divido. La mayoría de los republicanos están en contra del aborto, mientras que casi todos los demócratas apoyan la interrupción voluntaria del embarazo.
Aun así entre la población las opiniones son divididas y no son tan marcadas. El estudio destaca que 35% de las personas que se identifican como republicanos están de acuerdo con la posición del partido demócrata sobre el aborto.
Otro 23 % de los encuestados del partido conservador apuntaron no estar de acuerdo con ninguna de las dos posiciones.
Por otra parte, aquellos que se consideran demócratas o independientes (7%) indicaron que están de acuerdo con lo que profesan en el partido republicano sobre la “protección de la vida” que aún no nace.
Matices de opiniones entre demócratas
Entre los demócratas el tema del aborto ha dado lugar a debates importantes. Durante las primarias Bernie Sanders, se identificó como “proabortista” y en una oportunidad afirmó que esta era una “parte importante de ser demócrata”.
Sanders con sus ideas progresista se convirtió en el candidato predilecto de los millennials. En Twitter recalcó que la decisión de abortar recae en las mujeres y en los médicos y no del gobierno.
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No obstante, el actual candidato para derrotar a Trump en las elecciones presidenciales, Joe Biden, ha cambiado su opinión sobre la interrupción voluntaria del embarazo.
Biden se considera “católico”, esta religión se opone a la práctica del aborto sin importar las circunstancias, ya que la Biblia dice que “todas las vidas son sagradas”.
Aunque ha dicho apoyar la ley Roe v. Wade, en otras declaraciones admitió que el “aborto siempre está mal”, pero que no está dispuesto a imponerle ese pensamiento a otros.
El exvicepresidente también ha revertido su opinión sobre la Enmienda Hyde, que prohíbe que los fondos federales financien a organizaciones pro aborto. Ahora apoya la financiación para la interrupción voluntaria del embarazo.
Esto no significa que todos los políticos demócratas tengan una posición similar sobre el aborto. La senadora del estado de Minnesota, Amy Klobuchar, sostuvo que los “demócratas pro-vida son parte de nuestro partido y necesitamos construir una gran carpa”.
Klobuchar ganó popularidad en los últimos debates demócratas e incluso el consejo editorial del diario The New York Times le proporcionó su apoyo.
Hechos sobre el aborto
Dejando de lado del partido azul, Donald Trump también ha cambiado su posición al respecto. En 1999 cuando competía por la candidatura presidencial del Partido Reforma comunicó que era “proabortista en todos los aspectos”.
Pero durante su presidencia se han aprobado las leyes más restrictivas sobre el aborto, lo que conlleva grandes cambios que van en contra de los derechos de las mujeres.
Y en este 2020 se convirtió en el primer presidente en participar en marchas pro-vida y alegó que “Los niños no nacidos nunca han tenido un defensor tan fuerte en la Casa Blanca”.
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Esta posición también le ha traído una fuerte alianza con las iglesias evangélicas, cuyos principales líderes apoyan su presidencia.
Pese a la posición del Presidente, en una encuesta ejecutada por el Centro de Investigaciones Pew en 2018, señaló que la mayoría de los estadounidenses alegaron que esperan que el aborto continúe siendo legal en gran parte del país.
De los entrevistados, 22% opinó que debería ser legal sin ningún tipo de restricciones, mientras que 55% dijo que era mejor que tomaran en cuenta algunas normas con el fin de regular la interrupción del embarazo.
Solo 16% puntualizaron que tiene que ser ilegal en todos los sentidos.
¿Moralmente incorrecto?
Sobre la pregunta de ¿Es moralmente incorrecto abortar? 55% indicó que “sí”, 20% dijo que era moralmente aceptable y un grupo (31%) expuso que no se trata de un problema moral.
Las respuestas también varían según la corriente religiosa, puesto que 77% de los entrevistados evangélicos dijeron estar en desacuerdo con dicha práctica y 24% de los individuos que no estaban asociados a ninguna religión.
Seis de cada diez adultos creen que el aborto debería ser legal en la mayoría de los casos (58%), en comparación con el 38% que precisó que debería ser ilegal la mayor parte del tiempo.
El Instituto Guttmacher informó el año pasado que el aborto en Estados Unidos había alcanzado una de sus tasas más bajas en los últimos 46 años, tomando como años de estudio desde el 2011 al 2019.
Este número histórico es revelado en medio de una disminución de los embarazos, mayor acceso a los anticonceptivos y mayor número de restricciones en los estados conservadores, indicó Los Angeles Times.
Hasta la fecha, en los estados en donde aplicó la “ley del latido” hay clínicas que cerraron y no creen volver a abrir, limitando cada vez más las opciones de las mujeres de elegir sobre su propio cuerpo.