Los deportes son unas de las disciplinas preferidas en el mundo. La industria abarca una dimensión económica que ofrece a sus consumidores productos y servicios.
Algunas actividades, a pesar de no formar parte de un mercado, involucran especies animales precisamente por ser consideradas como actividades deportivas.
A pesar que hay una Liga en contra de deportes crueles parece no ser suficiente.
Pues de acuerdo a la organización, «una gran cantidad de maltrato y crueldad animal se produce fuera de la vista, ya sea en una caza ilegal de zorros en un páramo ventoso o una pelea de perros en un almacén abandonado».
El diccionario de Cambridge define el deporte como un juego, competencia o actividad que requiere esfuerzo físico y habilidad que se juega o se realiza de acuerdo con las reglas, para el disfrute o como trabajo.
A su vez, establece que el concepto de los derechos de los animales es el de ser tratados bien. Por ejemplo, aplica si no son utilizados para pruebas científicas o cazados.
Para los cazadores, se trata de un deporte tradicional que pone a prueba sus habilidades y destrezas. No se trata del acto de matar sino de sobrevivir y burlar a su presa.
Quienes apoyan la caza deportiva también enfatizan que cada año deben comprar licencias e incluso pagar para cazar en la tierra específica que les gustaría explorar.
Su dinero va al Estado para la conservación de la tierra y el hábitat. Los cazadores no solo creen que su dinero va a una buena causa, sino que también el acto es en nombre de la conservación.
Al reducir el número de especies superpobladas, la tensión en el ciclo también. De lo contrario se agotarían lentamente las fuentes de alimentos y refugios para los animales.
Para la organización no gubernamental (ONG), PETA, no hay nada deportivo cuando se involucran «participantes» no dispuestos.
«Para los animales que se ven obligados a participar en ellas, estas actividades no son un juego: se trata de la supervivencia. Incluso los ganadores emergen marcados física y emocionalmente, y los perdedores pagan con sus vidas».
Algunas actividades
La ONG destaca que en el mundo se siguen practicando actividades en nombre del deporte donde se maltratan y asesinan a animales. Uno de esos casos es el de las corridas de toros.
«Se debilitan deliberadamente (los toros) antes de las peleas al ser drogados. A veces se cortan los cuernos para desorientarlos. Se frota la vaselina en los ojos para nublar su visión. Los toros torturados nunca tienen una oportunidad contra el matador, que intenta matarlos lentamente con puñaladas repetidas».
En España, país de origen de esta tradición, se está luchando para erradicarla a través del marco legal.
Otra práctica es el de las peleas de perros. Según Humane Society International, están prohibidas en 55 países del mundo, incluyendo Estados Unidos.
«Generalmente (los perros) se mantienen encadenados al aire libre en condiciones horribles con poco o ningún refugio. Están hambrientos, drogados y golpeados para hacerlos agresivos», manifiesta PETA.
De acuerdo a la ONG, si las especies no mueren en el ring de combate, los perdedores son asesinados por sus entrenadores. A menudo electrocutados, ahogados, ahorcados, quemados o fusilados. Muchos otros son abandonados
En Tailandia, se incita a orangutanes a pelear literalmente en un ring de boxeo. Una foto que refleja tal práctica, ganó el LUMIX People’s Choice Award for Wildlife Photographer of the Year, en diciembre de 2019.
«Los orangutanes se ven obligados a participar en estos terribles simulacros de boxeo día tras día, lanzando golpes imaginarios y patadas el uno al otro durante unos 30 minutos cada vez. Lamentablemente los turistas sólo ven a orangutanes jugando, no entienden el dolor del que son parte», alega World Animal Protection.
Prácticas crueles
La ONG Animanaturalis, señala que los rodeos, también de origen español, son una práctica cruel. «En el rodeo estadounidense, el cowboy debe intentar montar un caballo, un toro, una vaca o un becerro y atarle una cuerda al cuello. La espectacularidad del rodeo se basa en el patético intento del atemorizado animal de librarse de su montador, a través de movimientos violentos».
«Los productos eléctricos, las espuelas y las correas de seguridad se usan para irritar y enfurecer a los animales, todo para diversión de la multitud. Innumerables especies han sido gravemente heridas y asesinadas en rodeos», indica PETA.
LA ONG además añade que la llamada pesca deportiva es otra actividad “innecesaria y violenta”. Así como las carreras de caballos y perros, entrenados para competir drogados con la finalidad de paliar enfermedades y lesiones.
Llevados al matadero
Generalmente están confinados la mayor parte del día a puestos o cajas estrechas con apenas espacio suficiente para dar la vuelta o, en el caso de los perros utilizados para las carreras de trineos encadenados afuera.
«Cuando dejan de ganar carreras, la mayoría de estos animales son sacrificados, disparados, vendidos a laboratorios para experimentos o enviados a mataderos», manifiesta PETA.
Los caballos también mueren dentro y fuera de la pista, revela la ONG. «Son víctimas de una industria con fines de lucro en la que sus vidas son productos para comprar, vender y descartar cuando ya no ganan dinero».
«Los caballos que se usan para las carreras pueden pesar más de 450 kilogramos, pero están soportados por tobillos del tamaño de un humano. Son azotados y obligados a correr en pistas a velocidades vertiginosas mientras transportan a las personas sobre sus espaldas», revela PETA.
Crueldad animal deportiva en el pasado
A pesar de todo, en países como España las leyes han protegido a los animales en materia deportiva. Otro caso es el de Puerto Rico, donde se prohibieron las peleas de gallos. En comparación con el pasado, en el mundo se llevaban a cabo actividades que no corresponden a la concepción de una sociedad moderna.
Por ejemplo, durante el siglo XIX y parte del XX en Estados Unidos un grupo de hombres peleaban con osos, reseña The History Link.
«Una actividad antigua, la práctica persistió tristemente en los tiempos modernos en algunas áreas. La lucha del oso se extendió a Europa a mediados del siglo XIX como un subproducto de una oleada de interés en la lucha grecorromana», indica el sitio web.
La caza de liebres con perros ha sido prohibida en algunos países como Inglaterra y Gales. Sin embargo, de acuerdo a League Against Cruel Sports, de cada 3 cacerías, 1 está destinada a esta especie.
«Desde la prohibición, cuando la caza de liebres se hizo ilegal, la mayoría de estas cazas todavía existen, y aunque afirman participar en la caza rastro, al igual que la caza de zorros y venados, creemos que las liebres todavía están siendo perseguidas y asesinadas en el nombre de deporte», destaca la organización.
Las diferentes organizaciones coinciden en que mientras se utilice un animal que implique su sufrimiento a través de prácticas netamente humanas, se considera maltrato y no deporte.