Los estadounidenses se definen como unas personas sin religión. De hecho suelen decir que no son cristianos, indica el Pew Research Center, organización que compiló un informe sobre las prácticas religiosas de los ciudadanos de Estados Unidos.
De hecho, la cantidad de seguidores se ha reducido a dos tercios, una caída de 12 puntos porcentuales en la última década.
«El panorama de los Estados Unidos continúa cambiando a un ritmo rápido», se lee en el informe completo.
Para Timothy Beal, profesor de religión y presidente del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad Case Western Reserve, estos números no son sorprendentes. Pues a su juicio, ha habido una tendencia descendente durante décadas.
La Iglesia católica está tratando de adaptarse a las necesidades contemporáneas para sobrevivir mientras los estadounidenses quieren que la religión no se inmiscuya en asuntos políticos y en China, el gobierno la reprime.
En el estudio del Pew Research, se descubrió que, en comparación con más del 75% de los Baby Boomers, poco menos de la mitad (49%) de los Millennials se describen como cristianos. Otro 40% se identifica como ateo, agnóstico o «nada en particular». El resto (9%) dice que pertenecen a una fe no cristiana.
Beal dice que hay varios factores diferentes en juego cuando se trata de esas tendencias. Por un lado, hay menos presión social sobre las personas más jóvenes para identificarse como religiosas.
Historia del cristianismo en Estados Unidos
La religión ha jugado un papel descomunal en la historia y la política. El cristianismo en Estados Unidos es, en sus inicios, una historia europea, manifiesta Chris Armstrong, autor del libro The History of Christianity in the United States.
«Con la expansión en curso de comunidades de inmigrantes no europeos y no protestantes en todo Estados Unidos, nos vemos cada vez más desafiados a pensar en cómo Estados Unidos puede ser una nación unificada cuando tantas comunidades étnicas y religiosas diferentes viven aquí».
El autor explora cómo la Iglesia innovó y reafirmó su identidad central ante estos cambios sociales y cómo los cristianos pueden vivir y «ministrar mejor en Estados Unidos y en el mundo de hoy».
Armstrong ofrece una introducción a los principales movimientos, ideas, figuras y eventos en la historia de la Iglesia estadounidense desde la colonización hasta las últimas décadas.
«Estos desafíos incluyeron la colonización, la expansión de la frontera, las guerras de independencia y unificación, la esclavitud, la inmigración, los desafíos intelectuales a la fe y las nuevas realidades políticas y sociales de los siglos XX y XXI».
A pesar de todo, el cristianismo sigue siendo la religión con más adeptos en Estados Unidos, con un 65% de personas identificadas, indica el Pew Research Center.
Los «no religiosos»
El informe del Pew además reveló que menos estadounidenses se identificaron como católicos mientras el 43% de los adultos manifestaron ser protestantes, frente al 51% en 2009; mientras que el 20% dijo que eran católicos, frente al 23% en 2009.
Los «no religiosos» han crecido en múltiples grupos demográficos: blancos, negros e hispanos; hombres y mujeres; todas las regiones del país; y entre los graduados universitarios y aquellos con niveles más bajos de logro educativo.
«Están creciendo más rápido entre los demócratas que los republicanos, aunque sus filas están aumentando en ambas coaliciones partidistas. Y aunque los no afiliados a la religión están en aumento entre las personas más jóvenes y la mayoría de los grupos de adultos mayores, su crecimiento es más pronunciado entre los adultos jóvenes», se lee en el informe.
La proporción de adultos estadounidenses que se identifican con religiones no cristianas ha aumentado del 5% en 2009 al 7% en 2019. 2% de los estadounidenses son judíos, 1% son musulmanes, 1% son budistas, 1% son hindúes y 3% quienes se identifican con otras religiones, incluidas las personas que dicen que acatan sus creencias religiosas personales y las personas que se describen a sí mismas como «espirituales».
Los «no religiosos»crecieron en varios grupos demográficos. Más hombres, mujeres, afroamericanos, blancos e hispanos se identificaron como «ninguno» que en 2009.
Además, el porcentaje de la población que se identificaba sin religión creció en todas partes del país y entre los graduados universitarios y las personas con menos logro educativo.
El futuro de la fe
Entre las identidades no religiosas, los agnósticos, aquellos que creen que no pueden saber con certeza si Dios existe, representaron el segundo mayor porcentaje de adultos estadounidenses, con un 5% de la población. Eran el 3% de la población hace una década.
Según el informe, el 4% de los encuestados dijo que eran ateos estrictos que no creen en ningún Dios, en comparación con el 2% en 2009.
Si bien las dos ramas más grandes de los cristianos parecían estar en declive, y los «no religiosos» y otros grupos no religiosos han experimentado un gran crecimiento, el informe también indicó una fuerte aceptación en el número de personas que se describen como adherentes a las creencias no cristianas .
«Es seguro que esta información encenderá más discusiones sobre el futuro de la fe en Estados Unidos», dijo Billy Hallowell en un análisis de los datos de Pew publicados en Pure Flix Insider.
«Un punto adicional que vale la pena señalar es que la autodenominada lealtad a la fe y, en realidad, vivir la fe puede ser, en la práctica, una dinámica muy diferente», escribió Hallowell.
Por lo tanto, si el cristianismo no quiere seguir disminuyendo el número de adeptos, lo que le queda es emular la estrategia de la Iglesia Católica.