El nuevo feminismo se está introduciendo cada vez más dentro de políticas sociales de diferentes países. Hace días se hizo viral la nueva “batalla” que libra Francia en contra de los certificados de virginidad, un papel necesario para efectuarse los matrimonios religiosos tradicionales.
“La dignidad de las mujeres no se negocia”, expresó la ministra francesa para la Ciudadanía, Marlène Schiappa, principal responsable de esta nueva legislación.
Emmanuel Macron desea incluir esta nueva norma en su futura ley del separatismo religioso, la cual está centrada en especial en el islamismo.
Aunque todavía no se ha debatido con los diputados franceses, plantea un año de cárcel y una multa que oscila los 15.000 euros para cualquier personal de la salud que emita un certificado.
Por su parte, Schiappa también sugiere que sean castigados los padres o novios que soliciten este documento.
Te puede interesar:
Se estima que en Francia a 30 % de los médicos se les ha pedido un certificado de virginidad y la mayoría de ellos se niega.
En el 2003, Consejo de la Orden de Médicos del país instó a los médicos a rechazar la redacción de dicho certificado, una práctica “que no tiene justificación médica y constituye una violación del respeto a la personalidad y la privacidad de la joven (en particular menor) obligado por su séquito a someterse”, según cita el diario francés LCI.
La Organización de las Naciones Unidas también condena las pruebas de virginidad, además alegan que el hecho de inspeccionar el himen visualmente o con los dedos no prueba que una mujer no haya tenido relaciones sexuales, además que viola sus derechos humanos.
Una práctica extendida
Los certificados de virginidad son una práctica común en al menos 20 países. Sin embargo, son más populares en naciones del norte de África y Medio Oriente, además de India, Afganistán, Bangladesh y Sudáfrica.
En el caso de las mujeres musulmanas pueden ser rechazadas por su familia y la comunidad local por no ser “vírgenes”.
“Antes de su boda, algunas se prueban un vestido blanco, otras un anillo o hacen la lista de invitados… pero para otras, los preparativos de la ceremonia son menos alegres. Para algunas, casarse significa sufrir lo que se llama una prueba de virginidad (…) para que un profesional la examine y ‘certifique’ su virginidad. Como uno se asegura del pedigrí de un animal, de la ‘pureza’ de su sangre, antes de comprarlo”, denunció Schiappa la semana, cuando Macron pronunció su discurso en contra del separatismo islámico.
Pese a esta “victoria feminista”, la Asociación Nacional de Centros de Aborto y de Contracepción de Francia (Ancic) envió un comunicado que argumenta que las demandas de esos certificados constituyen una violencia contra la mujer y añade “Sabemos cuánta hipocresía social demuestran esos certificados y que ningún profesional puede certificar la virginidad de una mujer”.
“Al mismo tiempo, somos conscientes de que en algunas situaciones extremas, las mujeres corren un peligro real. Es entonces cuando rechazar la redacción de un certificado constituye una nueva violencia, y los profesionales toman la decisión que les parece más ética: hacer ese documento para protegerla”.
No son oficiales
Los certificados no suelen ser oficiales ni mucho menos están registrados, lo que significa que en muchos casos los médicos lo hacen para “salvar la vida” de las jóvenes. Esta información fue confirmada por Ghada Hatem, médico ginecólogo y jefe de la Casa de mujeres de Saint-Denis, en septiembre de 2020 para LCI.
Te puede interesar:
Para Hatem el proyecto de ley no tiene fundamento, ya que “Creo que sería mejor castigar a los padres que exigen eso que al médico que intenta ayudar a su paciente. Creo que tomamos el problema al revés”.
La ginecólogo obstetra afirmó que al mes atiende a una o dos mujeres que vienen por dicha solicitud.
“Sí, a veces le doy un certificado a una joven que ni siquiera examino. Si necesita un papel que diga que es virgen para salvar su vida (…) Yo lo hago. Le explico que lo siento, que lamento que tenga que pasar por esto”, expresó Hatem.
Insiste que más allá de castigar al personal médico, el gobierno debería invertir en campañas de educación.
En los titulares
En el 2019, las pruebas de virginidad se convirtieron en tendencia en Estados Unidos después de que el rapero T.I. admitiera en un podcast que sometía a su hija a pruebas de virginidad de forma anual.
Esto desató una ola de críticas y después aseguró que lo dijo en tono “bromista”, pero en seguida esto tuvo una reacción en la política del país. En New York se introdujo una legislación para prohibirles a los médicos hacer certificados de virginidad, según NPR.
Muchos países de Medio Oriente los derechos de las mujeres son casi inexistentes, pero uno de los más estrictos es Afganistán.
Perder la “virgnidad” en este país antes del matrimonio se considera un “crimen moral”. En dicho territorio las mujeres carecen de derechos, por ejemplo, no suelen ser llamadas por sus nombres en público porque se considera una “deshonra”.
