El afro es un estilo que las personas de raza negra han usado a lo largo de los siglos. Aun así, en los últimos cien años, debido a la invención de técnicas, el cabello rizado no es usado al natural.
Sin embargo, una parte de la sociedad se encarga de normalizar los rizos de cualquier textura. El cortometraje Hair Love, historia que ganó un Oscar, es un ejemplo.
Durante los años 1400 y 1500, antes de que los barcos de esclavos europeos llegaran a África, el peinado era muy importante para las mujeres negras. Muchas pasarían horas, o incluso días, en su cabello, usando peines y aceites especiales para formar mechones, trenzas y giros.
Cuando fueron esclavizados, a los africanos les cortaron el pelo para comenzar el proceso de erradicar su sentido de cultura e identidad. Luego se les dio envolturas para la cabeza para usar como protección contra el clima severo y la propagación de los piojos.
Si bien las vendas en la cabeza significaban pobreza e inferioridad para los dueños de esclavos, para las mujeres, se convirtieron en una fuente de identidad comunitaria y personal. El estilo en el que se usaban dependía de la región, y también difería ligeramente para cada una.
Te puede interesar:
En el siglo XIX, los barcos dejaron de traer esclavos de África y el valor aumentó. Ellos dejaban de trabajar los domingos, lo que les daba tiempo a las mujeres para peinarse. Durante la semana, continuarían cubriéndose la cabeza con la envoltura, pero la retirarían para la iglesia.
Sin embargo, todavía no podían regresar a los estilos africanos como los peines que habían usado anteriormente, y el aceite de palma no estaba disponible en Estados Unidos.
En cambio, las mujeres tuvieron que lavarse y acondicionarse el cabello con mantequilla, queroseno y grasa de tocino y cepillarse con los peines de cardado utilizados para las ovejas.
Historia reciente del afro
Una exposición de “fenómenos” ideada por el polémico Phineas Taylor Barnum en 1865, cambiaría nuevamente la historia del afro. El show era mostrar a un grupo de mujeres del Cáucaso que usaban un peinado inusual para ese entonces, ellas eran “valiosas” por su exotismo. Cabe destacar que la identidad del afroamericano era mínima, de hecho, la población era de estrato bajo y, gracias a esto, estaba obligada a no proyectar su naturaleza.
A mediados de la década de los 60 del siglo posterior, diferentes organizaciones comenzaron a ser gestadas y la política tomó un papel importante para la reivindicación identitaria.
Así surge Black Pride, como filosofía del Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, al igual que el Black power, del Black Panther Party. Los pensamientos fueron llevados a la práctica y poco a poco se abandonaron las técnicas estéticas capilares.
El afro se volvió popular cuando la comunidad afroamericana estaba dando el primer paso: enorgullecerse de sus raíces. Se volvió una expresión política y estética, y esto rápidamente transformó la cultura pop de aquel momento.
El guitarrista Jimmy Hendrix, por ejemplo, uno de los artistas afroamericanos más influyentes en la historia, lució su peinado sin pudor. Al igual que la activista política Angela Davis, la banda The Jackson Five, The Supremes, entre otras que aparecieron décadas después.
En los ochenta el estilo perdió popularidad gracias al rapado, la trenza africana cosida, entre otros. Lenny Kravitz fue uno de los que todavía lo lucía cuando todos comenzaban a pintarse el cabello de amarillo.
Hasta no hace mucho, fue olvidado, pero en los últimos años se ha visto un resurgimiento no sólo en Estados Unidos sino en toda Latinoamérica; modelos como Lineisy Montero lo han proyectado en las pasarelas. En el mundo de los libros también, pues Andrea Pippins dio vida a I love my hair, un libro para colorear. También Beyoncé, quien ha lucido en más de una ocasión el afro.
Presión y prohibición
De acuerdo a Usa Today, muchas mujeres negras dicen que se han sentido presionadas durante décadas para usar calor excesivo, relajantes químicos y tejidos con la finalidad de cumplir con los estándares europeos de cabello lacio.
Esto a menudo significa gastar cientos de dólares al mes, e incontables horas, en peluquerías. Según Nielsen, los consumidores negros gastaron 473 millones de dólares en cuidado del cabello durante 2017.
Gran parte de la presión, dicen las mujeres negras, proviene de los empleadores y los funcionarios escolares que no ven los mechones o las trenzas como el peinado limpio y profesional que requieren o pueden ver el aspecto como una declaración política o agresiva, o indican que el usuario no le interesa «encajar».
A pesar de todo, a comparación con el pasado, los afroamericanos cada vez se sienten menos cohibidos de usar su cabello al natural. Otros como Julián Álvarez, oriundo de Barlovento, Venezuela, una zona habitada en su mayoría por personas de descendencia africana, prefieren raparse no porque se avergüence de su identidad, sino que simplemente le queda mejor ese estilo.
Álvarez ahora vive en Miami, donde ve a muchas personas de su mismo color de piel que lucen sus rizos.»Probé con dejarme crecer el afro pero no me quedaba bien. A otros sí les luce. Cada quien hace con su cabello lo que quiera. No debemos permitir que otros nos digan qué hacer con nuestro look».
La ley al rescate
Diversas y numerosas han sido las historias de personas que han recibido comentarios negativos referentes a su estilo de cabello. Tantas, que California se convirtió en el primer estado en prohibir la discriminación por peinados naturales.
Varios estados y ciudades este año aprobaron o propusieron leyes que prohíben políticas que penalizan a las personas de color por usar rizos, rastas, trenzas y otros peinados naturales que abrazan su identidad cultural.
California y Nueva York fueron los primeros estados en promulgar leyes este verano que prohíben la discriminación del cabello basada en la raza. Nueva Jersey, Michigan, Wisconsin, Illinois y Kentucky, así como Cincinnati, Ohio y el condado de Montgomery, Maryland, han seguido con la legislación propuesta.
Un artículo publicado en The Guardian, indica que las escuelas son los lugares donde más se discrimina.»Los maestros rara vez consideran el impacto que esta forma de racismo puede tener en la autoestima de un niño. Para muchos niños, ser rechazado, enviado o excluido por algo tan intrascendente puede ser confuso y molesto», indica la autora.
«En prohibir la discriminación del cabello, se sintió tan necesario y relevante como siempre. Asistiendo a escuelas de mayoría blanca durante un total de 17 años, mis hermanos y yo experimentamos discriminación capilar más veces de las que puedo contar con las dos manos. Desde las trenzas, los carrillos, las cuentas, hasta nuestros patrones de rizos naturales, nada parecía satisfacer los estándares de nuestros maestros blancos. Mi madre era una mujer muy cansada».
De acuerdo a diferentes activistas, aún falta por «conquistar» los derechos de la población afroamericana no solo en este caso.No obstante, numerosos ciudadanos del mundo no se avergüenzan el afro.