La prohibición de relacionarse sexual y emocionalmente con un compañero de trabajo suele ser una política de empresa. Sin embargo, a raíz del surgimiento de #Metoo, denominado movimiento que denuncia el acoso sexual en grandes compañías, la normativa se ha acrecentado.
Y no es para menos. A partir de 2017, estrellas de cine, magnates, senadores, legisladores, deportistas, financieros, entre otras figuras de renombre en la sociedad, se han visto envueltos en casos de violación a mujeres de su entorno laboral, incluso fuera.
El movimiento #Metoo muestra lo común que es la violencia sexual con la finalidad de hacer un cambio social, de acuerdo a la Universidad Marville.
Su fundadora, Tarana Burke, comenzó a usar la frase en la red social Myspace en 2006. El objetivo era resaltar la concurrencia del acoso sexual, especialmente a afroamericanas.
Burke argumenta que trabaja en el empoderamiento a través de la empatía para denunciar que el problema abordado es común.
En 2017, la actriz Alyssa Milano se unió. Convirtió la consigna en el popular #MeToo. Aún suele ser tendencia en redes sociales como Twitter e Instagram cuando sale a relucir un caso.
Las acciones de Milano se produjeron en respuesta a una ola de denuncias en Hollywood. Diferentes actrices sufrieron de acoso sexual a manos del conocido productor de cine Harvey Weinstein.
Aunque aquella noticia fue en 2017 pero sigue siendo una fuente de solidaridad para las víctimas.
¿De qué se ocupa #MeToo?
El movimiento se ocupa principalmente de dos tipos de comportamiento: acoso sexual y agresión. Las definiciones legales precisas de estos términos varían. Generalmente se refieren a comportamientos inapropiados específicos, especialmente en el lugar de trabajo o en la escuela.
Según la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo, consiste en «avances sexuales no deseados, solicitudes de favores con fines lascivos y otras conductas verbales o físicas de la misma naturaleza».
Legalmente, el acoso sexual en el lugar de trabajo está cubierto por la Ley de Derechos Civiles de 1964.
Sin embargo, no todos los casos son lo suficientemente graves como para calificar como agresión. De acuerdo a la Red Nacional de Violación, Abuso e Incesto (RAINN), sí se toma en cuenta cuando hay contacto sin consentimiento. Esto podría incluir violación o intento de violación.
#MeToo apoya a los sobrevivientes de violencia sexual y sus aliados. Su premisa es conectar a sobrevivientes. Pues ofreciendo recursos en comunidades.
También es una una plataforma de políticas que reúnen a investigadores para encontrar a los culpables, acompañados de un escrache.
Discusión en el entorno digital
El entorno digital es uno de los espacios predilectos. Por ejemplo, el hashtag se ha usado más de 19 millones de veces en Twitter desde la fecha del tweet inicial de Milano hasta el 30 de septiembre de 2018, año en que Pew Research Center hizo una encuesta al respecto.
Eso resulta en un promedio de 55,319 usos del hashtag por día. El día con el mayor número de menciones fue el 9 de septiembre de ese año, cuando Leslie Moonves, presidente y director ejecutiva de CBS, renunció en medio de acusaciones de conducta sexual inapropiada.
La mayoría de los tweets en períodos de gran volumen han sido en inglés, pero el interés abarcó varios idiomas. Aproximadamente siete de cada diez tuits #MeToo (71%) durante estos cinco períodos de alto uso se escribieron en inglés.
Pero el movimiento ha despertado el interés de las redes sociales en todo el mundo, y el análisis muestra que el 29% de los tweets #MeToo durante estos períodos se escribieron en otro idioma, como afrikaans (7% del total), somalí (4%) y español (3%).
Impacto en el entorno laboral
No obstante, otra encuesta de Pew Research Center revela que, cuando se trata de acoso sexual en el lugar de trabajo, los estadounidenses creen que el mayor enfoque plantea nuevos desafíos para los hombres.
Aproximadamente la mitad (51%) dijo que los acontecimientos recientes han dificultado que los hombres sepan cómo tratar a sus compañeras. Por otro lado, los entrevistados indicaron que ven «pocas» ventajas para las oportunidades laborales de las mujeres para evitar el acoso.
La investigación también indicó que el 59% de las mujeres y el 27% de los hombres dijeron haber recibido personalmente acercamientos sexuales no deseados, acoso verbal o físico de naturaleza sexual, ya sea dentro o fuera del contexto laboral.
En general, el género femenino es más propenso a sentir miedo hacia el problema porque los casos quedan impunes. Esta opinión alcanzó un 52% en comparación con el 39% de los hombres.
Acuerdo de confidencialidad
A pesar de todo, en enero de este año entró en vigencia solo en California la llamada ley #MeToo, que restringe los acuerdos de confidencialidad, que como su nombre, lo indica, es un recurso legal basado en el objetivo de silenciar la denuncia.
La mayoría de los estados requieren que los fiscales presenten cargos penales contra un sospechoso dentro de un período de tiempo específico, conocido como «estatuto de limitaciones».
Aunque la intención es promover procedimientos oportunos, estas limitaciones de tiempo también han impedido que las víctimas busquen justicia por reclamos más antiguos.
Por ejemplo, a pesar de que 60 mujeres acusaron a Bill Cosby de conducta sexual inapropiada, solo fue procesado por agredir sexualmente a una porque era el único reclamo que estaba dentro del estatuto de limitaciones.
El movimiento #MeToo también ha resaltado la capacidad de los sobrevivientes de usar los tribunales civiles como otro lugar para presentar sus reclamos.
No todo queda en California. La National Women’s Law Center publicó un informe sobre los cambios recientes en las políticas relacionadas con el acoso laboral en todo el país.
El estudio indicó que quince estados, entre ellos Oregon, Nueva Jersey, Illinois y Nueva York– han aprobado nuevas leyes que protegen a los empleados.
«Cuando el movimiento despegó en el otoño de 2017, nos inundaron las solicitudes de varios grupos que querían encontrar una manera de canalizar la energía del momento hacia un cambio significativo», dijo Andrea Johnson, directora de Política Estatal de NWLC y co- autora del informe en una entrevista a Vice.
Al parecer este es el inicio. Las consecuencias de las reformas de la ley impactan a empresas y organizaciones, prohibiendo a aquellas personas que ocupan puestos de envergadura, mantener una relación con subalterno.
Un ejemplo es el de la ex congresista Katie Hill, quien renunció luego de que se descubriera su relación con una integrante de su equipo de campaña. En otras palabras, no hay excepciones.