La pandemia del nuevo coronavirus empujó a México a una de las peores crisis económicas de su historia. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no pudo contener el impacto del virus.
Además de la economía, el país vivió marcados episodios de violencia y se le suma un debilitado sistema de salud. Frente a todas estas problemáticas, la pregunta es: ¿Cómo AMLO se enfrentará a estos retos? Tomando en consideración que este sería su tercer año en la presidencia y estaría en la mitad de su período presidencial.
Violencia récord
La violencia representa una promesa que López Obrador aún no ha cumplido. En su campaña presidencial del año 2018, aseguró que su gobierno se encargaría de combatir al crimen organizado.
Dos años después, la violencia aumentó en todo el país y los homicidios se incrementaron en 11 estados del país.
En la última actualización publicada por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en noviembre del año pasado, indican que ocurrieron 32 mil 759 asesinatos en toda la nación mexicana, en esta lista también se incluyen los feminicidios.
De acuerdo a lo que dice el portal Animal Político, esto representa un promedio de 98 personas asesinadas todos los días, lo que es igual a cuatro nuevos homicidios o feminicidios por hora. En comparación al año 2019, se cometieron 122 asesinatos menos que en el 2020.
Sin embargo, si se hace una comparación entre el 2020 y 2018, último año presidencial de Enrique Peña Nieto, el incremento es de 96 mil nuevos crímenes.
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Datos del gabinete de seguridad federal, aseguran que el 60% de los asesinatos que se cometen en México son producto de la delincuencia organizada. Esto significa que, a pesar de los esfuerzos de AMLO, los carteles continúan manteniendo su liderazgo.
Aunque una de las premisas del presidente era no combatir la violencia con violencia, tanto en el 2019 como en el 2020 desplegó un nuevo cuerpo de seguridad conocido como Guardia Nacional en diferentes puntos del país.
Pero esta estrategia tampoco dio frutos y el crimen siguió su curso en el país. En este año, AMLO tendrá que preparar un plan más concreto para disminuir la violencia que aumentó sobre todo en el primer año de su sexenio.
En un análisis de Forbes, destacan que aunque él intente ser diferente a sus predecesores, en cuanto a la violencia ha cometido los mismos errores y es importante que estudie otras vías para enfrentar esta problemática.
La pobreza y la economía
La COVID-19 llevó a 16 millones de mexicanos a la pobreza extrema en el 2020, dicha afirmación sale de un informe publicado en julio de 2020 por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En el estudio aseguran que las causas principales fueron: El desempleo y los bajos ingresos.
“Considerando la peor situación, el volumen de pobres extremos por ingreso habría alcanzado en mayo de 2020 la cantidad de 38 millones de personas, esto es 16 millones más que en febrero del mismo año (22 millones)”, escribieron en el informe.
Al iniciar la presidencia, Andrés Manuel López Obrador presentó su plan de gobierno y en él contempló la erradicación de la pobreza, empleos suficientes, una tasa de desocupación mínima y una mejor distribución de la riqueza.
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“En el último año del presente sexenio, en suma, el país habrá llevado a cabo lo sustancial de su cuarta transformación histórica, tanto en el ámbito económico, social y político, como en el de la ética para la convivencia”, dice el documento presentado por el gobierno dirigido por AMLO.
Por lo pronto, este plan no se está cumpliendo, sumado a la situación de pobreza está la economía mexicana que experimentó uno de sus peores momentos.
López Obrador deberá luchar con la caída del PIB (-9%), provocado en gran parte por el confinamiento impuesto para evitar la propagación del nuevo coronavirus, la falta de estimulación fiscal para la protección del empleo y determinar cómo será su relación con el sector privado, así como indica Carlos Alberto Martínez en El Economista.
Corrupción
La corrupción se ha convertido en uno de los problemas más longevos de México. AMLO llegó a la presidencia con la promesa de erradicarla.
En su discurso de victoria en el 2018, expresó: “Erradicar la corrupción y la impunidad será la misión principal del nuevo gobierno. Bajo ninguna circunstancia, el próximo presidente de la República, permitirá la corrupción ni la impunidad”.
¿La realidad? En el 2020, 53% de los mexicanos afirmaron que la corrupción había aumentado en comparación al 46% de 2019.
Asimismo, López Obrador registró una caída de 19 puntos de aprobación como presidente de marzo de 2019 a marzo del año pasado.
La Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) informó en su estudio de 2019 que 15,732 ciudadanos por cada 100,000 habitantes afirmaron tener algún contacto con un servidor público corrupto.
En cuanto a los actos de corrupción, pasaron de 25,541 en el 2017 a 30,456 en el 2019. Estos números no coinciden con el plan del presidente de eliminar la corrupción.