El sexo anal es más antiguo de lo que muchos creen. Hay registros de su práctica desde los tiempos antes de Cristo y según datos antropológicos no solo los griegos se lo tomaban en serio, también destacan la civilización moche, originaria de Perú y los pobladores de la antigua Babilonia.
De hecho, en Babilonia los hombres podían tener sexo anal con otro hombre un día y con una mujer al día siguiente. Retratos en arcillas indican que los antiguos habitantes disfrutaban de su sexualidad a plenitud.
En cuanto a los moches, se creía que optaban por sexo anal como método anticonceptivo y, por supuesto, por placer. Como dato curioso, los griegos estaban conscientes de la necesidad de usar lubricante y en aquel entonces usaban aceite de oliva.
Con el tiempo, todo el sistema religioso se encargó de condenar esta práctica.
La palabra “sodomía” hace referencia al término “relaciones sexuales antinaturales”. Se cree que los residentes de Sodoma, estaban dispuestos a violar a los ángeles y por esta razón se asoció la “sodomía” con el sexo anal.
Y aunque la Biblia no menciona las palabras “sexo anal” ni “oral” durante años sacerdotes, legisladores y conservadores han asegurado que está prohibido.
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En la actualidad, la sexualidad es más abierta y esta práctica no está solo limitada a parejas homosexuales, ya que los heteros también se permiten disfrutar de este placer que muchos describen como “diferente”.
Más orgasmos
Hay estudios que demuestran que las mujeres que practican el sexo anal son capaces de experimentar orgasmos con más frecuencias que otras.
Par algunas personas el sexo anal es considerado “asqueroso” por el hecho de que por ese agujero sale el excremento, pero para otros se ha convertido en una necesidad de explorar un mundo desconocido.
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Incluso, en los últimos años se ha popularizado y la muestra son las estadísticas de PorHub, desde el 2009 hasta el 2015, la búsqueda del término aumentó 120% y de acuerdo a los números en el 2019 todavía se mantenía entre las categorías más buscadas por los usuarios.
¿Existe algo indispensable para el sexo anal?
Para Alejandra De Paz, 25 años y casada, esa experiencia cambió su manera de ver el sexo. “Es que se siente muy diferente al sexo vaginal y pude sentir cosas que jamás había sentido”, confiesa.
Cuando su esposo le planteó la idea, ella simplemente lo rechazó. Pensó que era una locura intentarlo, hasta que decidió dejar los prejuicios de lado y simplemente se entregó.
Cuenta que el proceso no fue sencillo, pero sin duda recomienda tener un buen lubricante como cómplice.
Al principio sintió como un pequeño punzón, pero casi no lo percibió porque estaba muy excitada y entregada. Una vez adentro logró venirse al menos dos veces.
“Sentí como una electricidad que me recorría todo el cuerpo y ni siquiera puedo describir cuánto tiempo duró, pero me encantó”, expresa.
Además, agrega que su esposo estuvo pendiente en todo el momento de que el placer fuera recíproco. “Tanto para él como para mí era importante que los dos nos sintiéramos plenos”.
No sabría saber si le gusta más de forma tradicional o anal, sin embargo, se siente bien en dejar los prejuicios de lado y sumergirse en las olas de la pasión anal.
No todas son buenas
Es importante mencionar que no todas las experiencias anales son “extraordinarias” y hay chicas que no desean repetir la experiencia.
María Gómez, soltera y de 23 años, confiesa que siempre sintió curiosidad por el sexo anal y en su exnovio se lo propuso y ella aceptó.
“Al principio estaba emocionada, pensé que me gustaría por todo lo que me habían contado algunas amigas, pero no resultó ser así”, alega.
Gómez explica que una vez en posición, su novio introdujo su pene y el dolor fue horrible. “Después de eso, le dije a mi novio que no podía continuar. El dolor fue tal que fue inevitable que salieran mis lágrimas”, comunica.
Admite que no está cerrada a la posibilidad de volverlo a intentar y que para la próxima se asegurará de estudiar más el tema.
“Si me permiten dar un consejo, para las chicas que tienen interés no olviden que se trata de una práctica que debe ser muy limpia y en la que sí importa tener una teoría básica”, finaliza María.
En realidad, así como da a entender Gómez, sexo vaginal resulta ser más fácil y natural… Pero con el sexo anal, todo es cuestión de saber en qué te estás metiendo.
Para los principiantes, según las recomendaciones, el sexo anal consta de algunos pasos básicos: la preparación, el preámbulo, lubricante y no rendirse en el proceso.
“Es medio normal”
Diliannys Luna probó el sexo anal casi sin pensarlo. Estaba en pleno acto y su compañero se lo propuso y aunque nunca lo había pensado, en ese momento estaba tan eufórica y emocionada que pensó que no tenía nada que perder.
“La verdad es que es medio normal. No sentí gran excitación, pero tampoco estuvo mal. Creo que sí lo volvería a hacer, pero no creo que sería algo recurrente cada vez que tenga sexo”, precisa.
Lo que sí recomienda (basándose en su experiencia) es asegurarse de que las zonas estén limpias y usar preservativo.
However, hay chicas que dicen que el sexo anal es como su opción number one. No se trata de un simple “plato fuerte” sino del plato principal, tal como lo menciona Geraldine Montilla, quien –aparte de defenderlo como un método anticonceptivo- dice que de alguna manera se siente poderosa de poder tener la posibilidad de experimentar su sexualidad.
“Siento que no hay manera en la que no me guste. Gracias a mi ano he podido sentir una ligera satisfacción al dolor y es que es algo que nunca he sentido por la penetración vaginal”, concluye.
Aunque el sexo anal continúe siendo un tabú entre cierta población femenina, hay muchas chicas que están dejando esos estigmas de lado y están cada vez más abiertas a vivir otras experiencias.
No “para llevar”, pero sí para el placer
Sé que el enunciado de estas líneas es confuso, pero es que siempre escuchaba a la gente decir que “el culo no se hizo para llevar” porque, obviamente, es un conducto destinado para la expulsión.
Con el tiempo me alejaba de la curiosidad y caminaba por el sendero del morbo hasta que me dio un arranque de locura y decidí probar. No recomiendo hacer esto si es tu primera vez y hay alcohol en tu organismo.
Puedo decir que no he podido experimentarlo lo suficientemente bien, pero sí gocé en el calor del momento (que fue bien efímero) y también me iluminé. De entrada pensé que aunque el ano no esté hecho para llevar, sí que lo está para el placer.
Y hablando de placer, tocaba el tema con un amigo, Eduardo Pinto, que me dijo que el sexo anal es algo que va más allá del mero acto carnal, el cual es llevado por la curiosidad y lo placentero. Pero, a su juicio, el morbo es el factor clave para “romper el hielo”, porque el sadismo se eleva a otro nivel.
Pero Aris Sandrea, por su parte, cree que el sexo anal destaca en la euforia por la sensación de penetrar algo angosto. No obstante, cree que hay que ser paciente, cuidadoso y complementar con estimulación extra para disfrutar mejor y llegar al clímax.
Basic things
Ahora bien, en resumidas cuentas y, basándonos en todos los testimonios, podemos decir que hay cosas que se debe tener presentes antes de “darle play al sexo por Detroit”:
- La higiene es imperativa.
- Las dos personas deben querer hacerlo. Deseosos, apasionados y cuidadosos.
- Hay que aprender a estimular. Disfrutar del proceso antes de penetrar.
También es importante escucharnos, comunicarnos y conocer qué es lo que nos gusta y cómo nos gusta. El sexo en sí, hacer el amor, conectarse sexualmente, como quieras llamarle, es un universo hecho para el disfrute y la deshibición.
Finalmente, no hay otro modo de decirlo, si piensas en tener sexo anal, entonces tiene que seguir los consejos de Benito AKA Bad Bunny, es decir, este es un llamado a dar el beso negro, o como dice él: mamar el culo.
Yosimar Rodríguez (@inafelina) colaboró con la elaboración de este reportaje .