Noviembre se acerca con prisa y con él las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Por un lado está el demócrata Joe Biden y del otro el republicano Donald Trump busca su reelección.
Antes de la crisis del COVID-19, Trump tenía la delantera en algunas encuestas nacionales, ahora el panorama juega en contra. Pero, en los últimos días el Presidente ha cambiado su estrategia con ciertas situaciones y entre ellas el coronavirus.
Hace pocos días el mandatario defendió el uso de la mascarilla como un “acto patriótico”, cuando al principio de la pandemia menospreció la gravedad de la enfermedad y se había negado a aparecer con cubrebocas en público.
“Estamos unidos en nuestro esfuerzo por derrotar al virus invisible de China, y muchas personas dicen que es patriótico usar una máscara facial cuando no puedes practicar la distancia social. ¡No hay nadie más patriótico que yo, vuestro presidente favorito!”, señaló en Twitter junto a una fotografía de él con mascarilla.
La percepción de Trump comenzó a cambiar a principio de mes.
Trump a «favor de las máscaras»
En una entrevista concedida el 2 de julio a Fox News comentó que “estaba a favor de las máscaras” y en esa oportunidad admitió que no le molestaría “usarla” y que al probarse una comprobó que se parecía a Lone Ranger, un héroe ficticio con facciones de nativo americano.
Sin embargo, meses había asegurado que no las usaría. “Con una máscara facial mientras saludo a presidentes, primeros ministros, dictadores, reyes, reinas, simplemente no lo veo”, aseguró en el mes de abril.
A medida que el número de contagios aumenta en Estados Unidos, en la actualidad hay 4, 398,994 y más de 150 mil muertes, la preocupación de los estadounidenses aumenta y esto podría influir directamente en su decisión al momento de votar; por esta razón Trump tiene que hallar una manera de recuperar electores.
Inmigración ilegal fuera del censo
Trump en los últimos días no ha dejado de ser noticia y entre sus nuevas estrategias está dejar fuera del censo a los inmigrantes ilegales en este 2020. ¿De qué se trata esto?
Según lo reseñado por Político, el martes, 21 de julio, el inquilino de la White House firmó un documento solicitando al Departamento de Comercio, que se encarga de supervisar el censo, recopilar datos de la población total de indocumentados, pero con la intención final de eliminar esos datos en el recuento final del censo.
El censo tiene el principal objetivo de determinar cuántos miembros de la Cámara recibe cada estado y también cómo se distribuye los censos federales.
Esta solicitud del Presidente es considerada por activistas como ilegal.
Pero, ¿por qué? La respuesta es que la Constitución de los Estados Unidos indica que en el censo deben ser tomados en cuenta todos los ciudadanos que viven en el país.
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Días después de firmar el documento, se presentaron demandas en contra del mandatario y esa nueva “solicitud”.
De acuerdo a lo que indica NPR, la primera demanda fue interpuesta por el grupo “Causa Común”.
La queja fue presentada en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito de Columbia.
El viernes, 25 de julio, una coalición de 20 estados presentó una demanda en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, en el documento los demandantes enfatizan violaciones constitucionales y consideran esta actitud de Trump como “caprichosa”.
Por último, la tercera queja fue de parte de la Unión Americana de Libertades Civiles y la Unión de Libertades Civiles de Nueva York, argumentaron que el memorándum enviado por el Presidente viola la ley administrativa al ordenar dicha solicitud a la Oficina del Censo.
Trump y la inmigración
El republicano llegó a la Casa Blanca con su bandera en contra de la inmigración ilegal y esta estrategia puede ser vista como una manera de recuperar a esos seguidores que le dieron su respaldo en las elecciones de 2016.
No es la primera vez que intenta cambiar las reglas.
En noviembre del año pasado abandonó la idea de agregar una nueva pregunta al censo basada en la inmigración.
Esto después de que enfrentar demandas y el enojo de los activistas de los derechos civiles, funcionarios estatales y municipales.
Política exterior
En cuanto a política exterior, la imagen de Trump también se está debilitando. Ahora en una nueva tensa relación con China tomó la decisión de cerrar el consulado de Houston, Texas.
El Presidente acusó a la potencia asiática de “robar” propiedad intelectual. Antes del anuncio del mandatario estadounidense, personas no identificadas fueron filmando quemando algunos documentos a las afuera de un edificio en Houston.
De hecho, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció la imputación de Li Xiaoyu, de 35 años, y Dong Jiazhi de 33 años, “hackers chinos (que) trabajaban con el ministerio chino de Seguridad”.
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Pese a que la imputación no está directamente relacionada al coronavirus, los hackers sí lograron recopilar información científica de gran utilidad.
China condenó la medida y el Ministerio de Relaciones Exteriores, Hua Chunying, escribió en Twitter que su embajada en Washington había recibido amenaza de muerte.
El martes, 21 de julio, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a la Pekín de patrocinar piratas informáticos para atacar laboratorios que se encontraban desarrollando vacunas para el COVID-19, así lo reportó la BBC.
Por su lado, China también ordenó, el 24 de julio, cerrar el consulado estadounidense ubicado en la ciudad Chengdu.
Asimismo les dieron oportunidad a los diplomáticos de cerrar sus actividades en las próximas 72 horas y abandonar el país en un lapso de un mes.
Mientras tanto, China continúa creciendo a nivel económico y ejerciendo mayor influencia a nivel mundial. Por lo pronto, cabe la pregunta ¿qué pasará con las dos potencias si Donald Trump pierde?
Trump y el «fraude» del voto por e-mail
A medida de que la crisis del COVID-19 se acelera en Estados Unidos, los demócratas están seguros que el voto por correo electrónico puede ser una “buena” y “segura” opción para que se efectúen las elecciones de noviembre y así evitar la aglomeración en los centros de votaciones.
Sin embargo, desde que se dio a conocer estas ideas, los republicanos se mostraron en contra de esto y el 31 de julio, Trump ratificó que puede ser un camino a las «lecciones más corruptas» de la historia del país.
En sus declaraciones desde la White House dijo lo siguiente: “Al enviar boletas por correo, hacen trampa” y enfatizó que “Las boletas por correo son muy peligrosas para este país debido a los tramposos (…) Son fraudulentas en muchos casos”.
Los republicanos, además de rechazar el voto electrónico, también están en contra de algún retraso de las elecciones. Consideran que los estadounidenses deben asistir a las urnas.
Pese a las negativas de Trump, unos estudios han demostrado que los fraudes electorales en Estados Unidos son pocos probables. En el 2018 un panel de expertos descartó alguna evidencia real de fraude.