Nayib Bukele asumió la presidencia de El Salvador en junio de 2019, llegó con la promesa de reducir el índice de crímenes y una encuesta reciente reveló que su nivel de popularidad es de 97% en El Salvador.
El año pasado el país cerró con 1.000 homicidios menos, en relación al 2018. Sin embargo, entre el 24 y 27 de abril se registraron 74 muertes, producto de la violencia ejercida por las pandillas.
De acuerdo al Ministerio de Seguridad la disminución de los homicidios en 2019, forma parte de los objetivos del Plan Control Territorial implementado en el gobierno de Bukele.
“Atrás quedaron los pactos oscuros y treguas que gobiernos anteriores establecieron con pandillas, permitiendo su fortalecimiento y el control de los territorios por parte de estos grupos a nivel nacional”, publicó el Ministerio en Twitter.
Aún se desconoce cuál fue el motivo de estos 74 asesinatos. No obstante, se le atribuyen a una de las pandillas más peligrosas, los Mara Salvatrucha o MS-13, se cree que actuaron desde la cárcel.
En este sentido, algunos expertos coinciden que el incremento de los homicidios “desmiente el éxito, muy publicitado, del plan Control Territorial, y evidencia que grupos del crimen organizado (de los que forman parte las pandillas), no han perdido su presencia en comunidades ni sus capacidades de acción y control territorial”, dijo Celia Medrano, directora de Cristosal, una organización de derechos humanos en El Salvador, al diario La Reforma de México.
¿Bukele viola los Derechos Humanos?
El repunte de la violencia pandilleril hizo que el Presidente de 39 años, quien goza de cierta popularidad, tomará “contundentes decisiones”. El gobierno dio un mediático paso y se publicaron imágenes de pandilleros hacinados en las cárceles, se observan sin camisas e incluso sin mascarillas quirúrgicas.
“Vamos a hacer que los pandilleros que cometieron esos homicidios, se arrepientan toda su vida de haber tomado esa decisión”, admitió el mandatario millennial en su cuenta de Twitter.
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Entre las medidas adoptadas están aislamiento total, sin posibilidad de ver la luz del sol y la mezcla entre pandilleros rivales. En El Salvador existen tres pandillas principales (todas enemigas) los Mara Salvatrucha, Barrio 18-Sureños y Barrio 18-Revolucionarios.
Estas medidas han recibido muy fuertes críticas por parte de las Organizaciones de Derechos Humanos dentro y fuera del país. Bukele, conocido por ser irreverente en las redes sociales, expresó en Twitter “Es increíble el apoyo internacional que tienen las maras. Organizaciones que callan al ver cómo descuartizan salvadoreños, ponen el grito en el cielo porque les quitamos privilegios”.
Más adelante el mandatario sentenció que “Guardan total silencio ante actos de barbarie; pero desatan toda su furia si se intenta poner orden en centros penales, que fueron controlados por las maras durante décadas. Está claro para quién trabajan y cuáles son los intereses de sus financistas”.
José Miguel Vivanco, conocido por ser el director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), condenó las acciones del Presidente. “Si no hay una reacción internacional fuerte esto puede realmente terminar con la democracia de El Salvador”, enfatizó.
Además, insinúo que si no se tomaban otras medidas El Salvador está en camino de convertirse en una dictadura. Estas palabras fueron dichas por Vivanco a una entrevista que le concedió a BBC Mundo.
Popularidad
Pese a las fuertes críticas del gobierno de Bukele y su inestable relación con el Poder Legislativo de país, la popularidad del mandatario continúa en aumento.
El líder también ha recibido malos comentarios por sus medidas para enfrentar la pandemia del COVID-19. Las personas que desobedecen las órdenes tienen un solo destino: la cárcel.
La cuarentena es obligatoria en El Salvador, excepto a los empleados de la salud, hospitales, farmacias y otros sectores como el alimenticio. Aquellos que salen por otro motivo que no sea adquirir comida pueden recibir hasta 30 días de prisión.
Mientras que la Corte Suprema dictaminó que estas órdenes son inconstitucionales, el Ejecutivo ignoró a la Corte Suprema y continuaron aplicando fuertes reglamentos.
“Si ellos no quieren salvarse de la muerte, los tendremos que salvar nosotros”, dijo Bukele a través de Facebook.
Sin importar lo que digan otros organismos de El Salvador, la popularidad del mandatario está en alza. En una encuesta publicada por CID Gallup reveló que el 97% de los salvadoreños aprueban sus acciones para hacerle frente al coronavirus.
La firma consultó a 1200 personas entre el 13 de abril y 19 de 2020. Esto demuestra un respaldo “rotundo” en las políticas gubernamentales ejercidas desde el Poder Ejecutivo.