Twitter nació para cambiar la manera de comunicarse en internet. La red social apareció en el año 2006 como formato de “micro-blog” con solo 140 caracteres, mensajes cortos y desde entonces su popularidad se ha mantenido en el tiempo con los avances de la tecnología. La relevancia de Twitter radica en que se ha convertido en una fuente de información. Por esto gran parte de los líderes políticos mundiales la usan como “vocería oficial”.
De acuerdo, a un reportaje Theconversation.com, publicado el 4 de junio de 2018, la cercanía de políticos con el Twitter no es una buena combinación. “Los líderes latinoamericanos sienten la necesidad de inventar nuevos mecanismos para el ejercicio de liderazgo: mediado por las redes sociales”, afirman.
Un cambio
Gran parte de estos presidentes cuentan con gran número de seguidores y utilizan el marketing político para “compartir” sus actividades, decisiones e incluso críticas. La pregunta es ¿estas estrategias de marketing digital influyen en la decisión de los votantes?
El diario El Perfil en su artículo Macron, Trump y Obama, presidentes de las redes sociales, publicado en el 2017 asegura que las redes sociales cambiaron –para siempre- la manera de hacer política y que eso se evidencia en las cuentas del expresidente de EEUU, Barack Obama, el presidente de Francia Emmanuel Macron y el actual mandatario Donald Trump.
In fact, hay datos que comprueban que los presidentes del mundo han aumentado su presencia digital. En ese mismo año, la agencia Digital Policy Council reveló que 75 % de los jefes de Estado del mundo tenían un perfil en Twitter. Un índice que aumentó considerablemente, porque en el 2010 era 20 %.
Fenómeno Obama
Esta tendencia de las redes sociales la inauguró Barack Obama, el mandatario fue calificado como “el rey de las redes sociales” por el diario The Washington Post en el 2008, en medio de las elecciones presidenciales de esa época.
Lo cierto es que este hecho marcó un antes y un después en la historia del political marketing. En números Obama cuenta con un poco más de 108 millones de seguidores en Twitter y en Facebook posee una comunidad activa que supera los 55 millones de personas.
Tres simples letras determinaron el éxito de esa campaña: Yes, we can! Sus asesores David Axelrod, Robert Gibbs y David Plouffe idearon una estrategia que se basó en tener presencia en casi todas las redes sociales, aparte de Twitter, en Facebook, Linkedin, YouTube, MySpace y otras.
En poco tiempo Barack Obama se convirtió en el primer presidente de la era del Social Media, puesto que, en lugar de invertir en grandes campañas de radio, televisión y medios impresos, aprovechó la gratuidad de estas.
¿Este hecho influyó en los votantes? La respuesta es sí, porque Obama logró conectar con una audiencia que lo vió como el “candidato perfecto” e hizo que sus contrincantes también se motivaran a tener “presencia” en línea.
The Trump Era
Aunque Trump y Obama no tengan mucho en común, se destaca una similitud: el éxito de Trump también se centró en el uso de las redes sociales.
De acuerdo a El Perfil, la campaña del actual presidente de EEUU estuvo marcada por la controversia. Debido a que los encargados de la estrategia usaron los datos demográficos y electorales disponibles para centrarse en una audiencia exacta, los estados swing. Dicho término se refiere a aquellas regiones que no están denominadas como demócratas o republicanas, sino que la decisión varía de acuerdo a cada elección.
Un contacto personal con los usuarios llevó a Trump a la victoria, por medio de su perfil @RealDonaldTrump se dirigía directamente a su público, sin necesidad de ningún intermediario, además de que plasmó sin mucho esfuerzo su “personalidad” en Twitter.
Trump cambió la forma de hacer política en el partido republicano. A pesar de haber hecho uso de las conocidas “fakes news” para hablar mal de sus contrincantes, entendió lo que su público necesitaba oír o leer.
América Latina
En América Latina las redes sociales también tienen un papel político importante y es válido mencionar el caso del presidente “millenial” de El Salvador, Nayib Armando Bukele Ortez que nació el 24 de julio de 1981. Con 38 años se convirtió en el líder de Estado más joven en la historia de ese país.
El día que fue proclamado mandatario de la nación, su primera impresión fue: “Soy el presidente más cool del mundo”, así lo escribió en Twitter. Y desde ese momento el contacto con sus seguidores no ha cambiado.
La primera decisión como Presidente la comunicó por Twitter y nombró a cuatro mujeres como ministros, una decisión que fue celebrada.
Está marcando una nueva historia en el país centroamericano, puesto que cuenta con el respaldo del 76 % de la población, informó el diario El Siglo de Guatemala el 19 de mayo de 2019.
Desde el inicio de su campaña las redes sociales se convirtieron en su mejor escudo. Cambió los mítines políticos, las ruedas de prensa y las concentraciones por la red social del pájaro y Facebook.
La biografía de Bukele Ortez solo tiene tres palabras “papá de Layla” y comparte videos graciosos, además hace uso de emojis en algunos tuits. Le contesta a sus detractores con ironía y hace Retweet a noticias positivas sobre su país. Todos estos elementos podrían formar parte de su “gran” éxito en Twitter.
Venezuela + Guaidó y Maduro
Otro país de América Latina en el que Twitter es más relevante que la televisión es Venezuela. En medio de la censura que vive esa nación, el presidente interino Juan Guaidó utiliza este mecanismo para dirigirse a sus seguidores.
Desde el 23 de enero de este año, Guaidó se convirtió en un político de relevancia dentro del país sudamericano. Es reconocido como Presidente por más de 50 países en el mundo, desde entonces esta red social ha sido su máximo aliado. Desde allí llama a movilizaciones y comunica sus próximos pasos.
La situación se repite en el oficialismo liderado por Maduro, quien utiliza esta herramienta para desacreditar a la oposición y compartir los logros del gobierno.
Como recalca Theconversation.com, el “Twitter política” resulta ser una buena herramienta cuando los gobiernos actúan conforme a lo planteado, de resto esta estrategia se convierte en una simple obra de teatro.