La tensión entre la Asamblea Legislativa y el Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, está aumentando cada vez más, una situación que pone en peligro la estabilidad política del país centroamericano.
¿Qué originó este desacuerdo? Todo ocurrió cuando los legisladores, la mayoría opositores, se negaron a aprobar los fondos para el plan de seguridad del mandatario.
El principal objetivo del programa es combatir el crimen organizado.
Sin embargo, Bukele tiene la presión internacional en su contra.
Lo acusan de quebrantar la democracia por usar la fuerza militar para entrar al Congreso y exigirle a los diputados discutir la autorización de la suma de dinero que pide.
En este artículo de Hypertexto, explicaremos lo que está aconteciendo y cuáles serían los impactos en la nación salvadoreña.
¿En qué consiste el préstamo que pide Bukele?
El préstamo que solicita Bukele es de US$109 millones que, según él, utilizará para el reforzamiento de las fuerzas policiales y militares. Su objetivo es culminar la tercera fase del denominado Plan Control Territorial.
Desde su llegada a la presidencia, prometió que lucharía contra el crimen organizado.
Por esta razón un paso «importante» para lograrlo es equipar tanto a la Policía Nacional Civil como las Fuerzas Armadas con equipos más modernos.
Los fondos de dicho préstamo vendrían del Banco Centroamericano de Integración Económica.
A principios de este 2020, el plan del mandatario contaba con la aprobación de las fuerzas políticas de la nación pero sucedió lo inesperado.
Todo comenzó a debilitarse cuando los congresistas empezaron a preguntar información adicional sobre el manejo de los recursos.
El choque de poder se produce cuando el poder ejecutivo comenzó a presionar a la Asamblea Legislativa a aprobar el préstamo.
Esto no fue suficiente, puesto que el Presidente también les advirtió a los congresistas que tenían hasta el fin de semana para tomar una decisión.
De lo contrario volvería a repetir la acción.
«Si estos sinvergüenzas no aprueban el plan control territorial los volveremos a convocar el día domingo. Estos sinvergüenzas no quieren trabajar por el pueblo. Una semana les vamos a dar», fueron sus palabras a las afuera del parlamento.
¿Por qué la Asamblea Legislativa se niega a aceptarlo?
Miembros de la Asamblea aseguran que aún hay aspectos del préstamo que «deben revisarse».
Así lo dijo el diputado Jorge Shafik Handal, perteneciente al partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Shafik Handal declaró que «No es con caprichos ni con autoritarismos que se van a hacer las cosas».
Aparte de esto, tal como menciona José María Tojeira, director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana a BBC Mundo, en El Salvador existe una desconfianza «histórica» sobre los presupuestos y este es uno de los principales motivos de este «choque de poderes».
«Los diputados solicitaban mayor información y al presidente le urgía la aprobación.
Siempre en estos proyectos hay discusiones de ‘a quién le van a hacer la compra’ porque hay compañías que tuvieron privilegios y favoritismo de parte de gobiernos», informa Tojeida.
Tomando en consideración el historial de corrupción de El Salvador, el profesor universitario agrega que:
«El trabajo de político suele ser visto como unido a un plan de enriquecimiento individual».
Roberto Rubio, director de la Fundación Nacional para el Desarrollo opina que: «El problema de la oposición política es que tiene los pies hinchados.
Si critican al gobierno por corrupción, su credibilidad está bien cuestionada», dijo al diario Prensa Gráfica de El Salvador.
Señaló que «Aunque tengan razón, porque pueden tener razón en lo que dicen, no tienen credibilidad ni peso, y ese es el problema de la lucha contra la corrupción».
Lo cierto, es que Bukele cuenta con poco apoyo dentro del Congreso.
El actual líder salvadoreño no se postuló con la tarjeta única de su partido Nuevas Ideas.
Ganó la presidencia con Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) y este tan solo cuenta con 10 diputados en la Asamblea Legislativa.
¿Por qué causa preocupación?
Pese a su falta de apoyo en el Congreso, Nayib Bukele goza del 78 % de popularidad y tiene el apoyo de las fuerzas policiacas y militares del país.
Este hecho, hace que diferentes sectores del país sientan preocupación por el futuro político de El Salvador.
Por su parte, el cardenal Gregorio Rosa Chávez sentenció que están al frente de un conflicto evidente porque ambas parten tienen «dos posturas bastante radicales» y pidió que es necesario «bajar los niveles de confrontación y volver a los niveles de la racionalidad».
El miedo de los sectores neutrales del país y de la comunidad internacional es que haya un enfrentamiento en el país, el cual pueda ocasionar un estallido social.
El gobierno de Costa Rica sostiene que «se mantenga el respeto a la institucionalidad democrática», además le recomendó a las partes que deben dialogar.
Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala, mostró su respaldo a Bukele.
En Twitter indicó: «Apoyamos al presidente @nayibbukele en el esfuerzo por brindar la seguridad a través del plan de control territorial y hacemos un llamado al diálogo y al fortalecimiento de la democracia en nuestro hermano país de El Salvador».
La organización Amnistía Internacional condenó el despliegue militar por parte del presidente salvadoreño.
«El ostentoso despliegue policial y militar en la Asamblea Legislativa nos recuerda las épocas más sombrías de la historia de El Salvador y emite una alerta internacional sobre el futuro de los derechos humanos», expresó Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
¿Qué dice la Corte Suprema?
La Corte Suprema del Salvador exigió el 10 de febrero, que Nayib Bukele respete lo establecido en la Constitución, es decir, no hacer uso de las Fuerzas Armadas.
La Sala Constitucional ordenó que «Se abstenga de hacer uso de la Fuerza Armada en actividades contrarias a los fines constitucionalmente establecidos y poner en riesgo la forma de gobierno republicano, democrático y representativo, el sistema pluralista y de manera particular la separación de poderes».
Incluso, el presidente de la Asamblea Legislativa, Mario Ponce, declaró que el parlamento condena lo que consideran un intento de «golpe» por parte de Bukele. Establece que es importante armar una mesa de diálogo.
Sin embargo, no dejó de condenar las acciones del presidente. «La militarización pone en riesgo a la democracia salvadoreña que nos ha costado luto y destrucción», exclamó.
Con respecto a la orden de la Corte Suprema, el mandatario salvadoreño aseguró que sí acatará la sentencia aunque no esté de acuerdo con ella.
«Aunque no compartamos lo resuelto por la Sala de lo Constitucional, en relación a dichas medidas, acataremos la orden emanada», está escrito en un comunicado publicado por la Casa Presidencial.