El aborto se ha convertido en un tema de índole mundial. Las mujeres están luchando para que la sociedad entienda que ellas tienen derecho a decidir sobre su cuerpo y en estados como Alabama en Estados Unidos están dejando sin opciones a la población femenina.
En el año 1973 el Tribunal Supremo de los Estados Unidos aprobó la histórica sentencia conocida como “Roe vs. Wade”, esta ley reivindicó el aborto como un derecho constitucional y quedó protegida bajo la enmienda 14 de la Carta Magna. Sin embargo, hasta ahora 16 estados están desafiando este precepto, si bien aprobando nuevas normas o en camino a ello. Primero fue Kentucky, Georgia, Mississippi y en mayo Alabama.
El senado de este estado aprobó una de las leyes más estrictas sobre el asunto. Prohíbe el aborto en casi todos los casos, sin importar que se trate de una violación o incesto. Para muchos es un claro índice de retroceso a nivel de materia de derechos humanos.
By the way, la resolución fue aprobada con 25 votos contra 6 y ese mismo día fue firmada por la gobernadora Kay Ivey. Aunque, la mayoría de los demócratas del senado de Alabama intentaron que se aprobara una enmienda que permitiera el aborto en caso de violación en menores de edad o incesto fue rechazada. En este sentido, solo se permite el aborto en casos de que corra peligro la vida de la madre. La senadora republicana, Terri Colins se encargó de promover esta ley. Y luego de que la norma fuese aprobada, el 16 de mayo, declaró “He rezado todo el tiempo que ha durado la creación de esta ley, porque así es cómo logramos que sucedan las cosas”, así relató el diario El País de España.
Cuba VS Alabama
Comparar la situación de Estados Unidos y Cuba it’s complicated. El primero es una de las naciones más poderosa del mundo y el segundo una isla, cuya población tiene más de 50 años viviendo bajo un régimen comunista.
No obstante, un dato importante es que en esa nación el aborto es legal y gratuito. De acuerdo al diario digital, CiberCuba, en el país caribeño se despenalizó en 1965, gracias a la petición de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
Las razones principales para permitir su práctica fueron: salvar la vida de la madre, por una violación o incesto, o evitar la transmisión de una enfermedad grave al feto.
Asimismo, la interrupción voluntaria del embarazo se institucionalizó en Cuba sobre cuatro principios básicos: “Es la mujer quien decide, debe realizarse en una institución hospitalaria, ser practicado por personal experto y gratuito”, según reseñó la agencia de noticias Inter Press Service (IPS), el 1 de septiembre de 2017.
De no cumplir con estos preceptos, se considera ilegal y los implicados podrían ir a la cárcel.
El camino
En cuanto a legislaciones sobre el aborto, Cuba se convirtió en una nación pionera en América Latina, después le sigue Uruguay.
Este ordenamiento va alineado a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), puesto que el organismo asegura que los países deben garantizar, en el momento de la práctica de un aborto, protección y los derechos a las mujeres, además de cumplir con el deber de corroborar que sea una decisión informada, voluntaria y confidencial.
Así como lo señaló Bela Ganatra, científica del Departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS, en un informe en el año 2017 “Cuando las mujeres y las niñas no pueden acceder a servicios eficaces de anticoncepción y aborto seguro, hay graves consecuencias para su propia salud y la de sus familias”.
“Cuando me enteré que estaba embarazada a los 14 años, el mundo se me vino abajo. No sabía qué hacer, cómo reaccionar y tenía muy pocos conocimientos sobre el tema. Gracias a una amiga que me guió supe que podía interrumpir mi embarazo y no lo pensé mucho para tomar esa decisión”, relató para Hypertexto, N. Morales, una joven cubana de 25 años.
Morales expresó que el proceso fue rápido y sin dolor, nunca se detuvo a pensar que corría peligro porque el médico se encargó de informarle el procedimiento. En el momento del hecho, ella tenía menos de 12 semanas.
“Después de tantos años, me doy cuenta que fue la decisión correcta. Hubiese sometido a ese pequeño a una vida miserable y lo hubiese culpado de no poder culminar mis estudios”, culminó.
¿Por qué ahora?
La llegada de Donald Trump a la presidencia y el nombramiento de dos jueces conservadores ha contribuido a que los sectores más conservadores, a nivel social, se atrevan a desafiar las leyes proaborto.
Un hecho clave ha sido la salida de la organización Planned Parenthood del programa Title X. Voceros de la organización admitieron que prefieren sacrificar los fondos federales que dejar que el gobierno de Donald Trump les impida ofrecer información sobre abortos y los lugares donde lo realizan.
En un comunicado publicado el 19 de agosto, la directora ejecutiva de Planned Parenthood Federation of America, Alexis McGill Johnson, enfatizó que “Nos rehusamos a dejar que la administración Trump-Pence nos amenace para ocultarle información sobre el aborto a nuestros pacientes. La ley mordaza es antiética y peligrosa y no vamos a dejar que nuestros pacientes sean sometidos a ella”.
That’s right, las organizaciones tales como Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y Planned Parenthood, además de activistas están comprometidos en presentar demandas judiciales en varios estados para frenar estas leyes que prohíben la interrupción voluntaria del embarazo.
Por su parte, Eric Johnston, fundador de la Coalición Provida de Alabama, explicó en la radio pública NPR, el 15 de mayo: “La dinámica ha cambiado, los jueces han cambiado, mucho ha cambiado con el paso del tiempo” y luego agregó que este es el momento justo para actuar y dar un paso audaz para frenar esta ley que se ha convertido en la más estricta en Estados Unidos.
Muertes y lesiones
A lo largo de la historia, se ha demostrado que las leyes anti-abortos no disminuyen los mismos, sino que influyen a su aumento y que sea un procedimiento peligroso. El miedo de los activistas es que las mujeres pongan en riesgo su vida.
Para el año 2011, según un informe de World Health Organization en el mundo son hospitalizadas más de cinco millones de mujeres cada año, principalmente por complicaciones de aborto y de esta cifra mueren 47.000 por esta misma causa.
Hasta este momento, Estados Unidos es uno de los países desarrollados con la tasa más alta de mortalidad materna, estos datos fueron revelados en un artículo ProPublica e indican que ocurren 26,4 muertes maternas por 100.000 nacimientos.
Pese a estas cifras, cada vez son más las leyes que restringen el aborto, lo cual podría representar una grave crisis a nivel de salud y pone en riesgo la vida de las mujeres de escasos recursos en esta nación del primer mundo.
Nowadays, la mayoría de los estadounidense se oponen a que revoquen la sentencia Roe vs. Wade y opinan que el aborto debería ser “legal” y “seguro”, esos datos fueron arrojados en una encuesta independiente publicada en junio de 2019 por Marist College, National Public Radio y PBS NewsHour. El PEW Research Center también apoya estos datos, según una encuesta conducida entre una población de 4.175 adultos, desde el 22 de Julio al 4 de Agosto de 2019, muestra que la mayoría de Americanos (61%) creen que el aborto debería ser legal en todos (27%) o en la mayoría (34%) de los casos, un pequeño grupo de encuestados cree que el aborto debería ser ilegal en todos (12%) o en la mayoría (26%) de los casos.
La interrupción voluntaria del embarazo continuará siendo un tema global y las mujeres continuarán movilizándose para que se convierta en un derecho constitucional en gran parte del mundo.