El homicidio infantil es una realidad en Estados Unidos. También lo es el suicidio. La semana pasada, un chico de 8 años fue encontrado muerto en el closet de su habitación. De acuerdo a la policía, el pequeño acabó con su vida.
Según la ONG (Organización no gubernamental), Children Hospital, esta es la segunda causa de muerte entre niños, adolescentes y jóvenes de 10 a 24 años, y la tercera entre los niños de 12 años.
«Casi uno de cada ocho niños entre las edades de 6 y 12 tiene pensamientos suicidas. La tasa de suicidios es aproximadamente 4 veces mayor entre los varones que entre las mujeres», se lee en su sitio web.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), informó que 1031 niños de 5 a 14 años se suicidaron en 2017.
Causas
Los niños no son inmunes pero las estadísticas muestran que algunos pueden ser más vulnerables. Children Hospital indica que el suicidio de un integrante de la familia puede ocasionar otros.
Los conflictos familiares, el abuso, la violencia, la falta de conexión familiar y los problemas de salud mental de los padres también pueden aumentar el riesgo.
Los cambios que implican las pérdidas, como la muerte de un ser querido o la falta de vivienda familiar pueden poner a un niño en mayor riesgo. Una historia de cuidado, de crianza y adopción también se ha relacionado con un mayor riesgo de suicidio.
La ONG también manifiesta que en el caso de jóvenes, se quitan la vida por su orientación sexual. Especialmente cuando son homosexuales, bisexuales o transgénero.
Un estudio encontró un mayor riesgo de suicidio entre los adolescentes LGBT que experimentaron reacciones negativas o rechazo al proceso de «salida».
Detonantes
Las armas de fuego son la principal causa de muerte entre personas de 15 a 19 años. «Los adolescentes que viven en hogares con armas de fuego tienen más probabilidades de suicidarse».
Los niños que son intimidados, y los que intimidan a otros, tienen un riesgo mayor de pensamientos y acciones suicidas. Esto es cierto, ya sea en persona o en línea.
Una investigación revela que los niños y adolescentes que fueron acosados cibernéticamente eran aproximadamente 3 veces más propensos que sus compañeros a tener pensamientos suicidas.
Claves del suicidio infantil
Un intento de suicidio está vinculado a una muerte futura. Incluso un año completo después, el riesgo sigue siendo alto. «La atención y el apoyo de seguimiento son esenciales para cualquier persona que haya intentado suicidarse anteriormente», indica la organización.
Los síntomas de depresión a veces son obvios, como parecer triste, desesperado, aburrido, abrumado, ansioso o irritable todo el tiempo. «Algunos niños son buenos para ocultar sus sentimientos o no saben cómo compartirlos».
Dado que hasta 1 de cada 5 adolescentes experimenta depresión en algún momento durante la adolescencia.
La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) recomienda que todos los niños mayores de 12 años sean examinados para detectar depresión en sus controles anuales.
Además de la depresión, los trastornos del estado de ánimo, los trastornos alimentarios y otras afecciones psiquiátricas pueden aumentar el riesgo de suicidio. Por ejemplo, las personas con esquizofrenia pueden creer que se les dice que se quiten la vida por una voz (alucinación auditiva), a pesar de que no quieren morir.
Otras enfermedades psiquiátricas
El uso de sustancias es un factor en aproximadamente 1 de cada 3 suicidios juveniles. El acceso a las drogas puede ser la puerta a una sobredosis. Además, el abuso puede provocar un episodio psicótico inducido por sustancias o una ruptura con la realidad que podría incluir alucinaciones y delirios.
Los adolescentes que tienden a enojarse severamente y tienen antecedentes de comportamiento agresivo e impulsivo son vulnerables a terminar con sus vidas. Esto se debe a que tienden a representar sus sentimientos de manera destructiva.
«El riesgo puede ser peor si están socialmente aislados, abusan de las drogas y el alcohol, y tienen hábitos poco saludables de uso de los medios».
El suicidio a veces puede ser contagioso. Se han reportado varios «grupos de suicidios» en comunidades en todo Estados Unidos. Los jóvenes se identifican con el suicida, asumiendo que estaba pasando por lo mismo. Los medios de comunicación también han influenciado.
«En estos casos, la muerte de un adolescente puede desencadenar una reacción entre otros. Los padres deben prestar atención especial a cómo el suicidio de un compañero afecta a sus hijos».
Los suicide clusters están integrados por adolescentes y adultos jóvenes. De acuerdo a Children Hospitals, representan aproximadamente del 1% al 2% de todos los suicidios, pero pueden llegar al 5%.
Prevención
El Centro de la Prevención del Suicidio, indica que quienes experimentan síntomas de depresión u otros trastornos mentales, no reciben servicios adecuados de salud mental.
«Un área particular donde se pueden hacer mejoras es en la sala de emergencias de los hospitales. Los médicos deben estar mejor informados sobre las características de los niños en riesgo y hacer las derivaciones adecuadas a los profesionales de la salud mental».
A menudo, se considerará un accidente y el paciente será dado de alta sin seguimiento para abordar los problemas centrales que rodean el intento, señala el Centro de prevención del suicidio.
La evidencia sugiere que los programas para prevenir los trastornos mentales pueden salvar vidas y tener un impacto duradero en las tasas. De esa manera, el suicidio infantil pudiera disminuir.
