El narcotráfico es un problema que tiene muchos años incrustado en México y terminar con él es una fórmula que todavía los gobiernos no han encontrado. El crimen organizado ha dejado miles de víctimas en el país y millones de desplazados.
Según datos del diario El Español, durante el primer trimestre de gobierno de Andrés Manuel López Obrador se contabilizaron 12.776 homicidios, lo que representa un aumento del 60 % con respecto al período del expresidente Enrique Peña Nieto.
El Estado mexicano ha demostrado que no puede combatir el narcotráfico solo y esto de alguna manera ha obligado a U.S. a intervenir.
La Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA), de acuerdo a sus siglas en inglés, es un organismo que ha estado muy presente en la denominada “guerra en contra el crimen organizado”.
Pero, más allá de los problemas sociales en México, ¿existe otro interés por parte de Estados Unidos?
Cooperación contra el narcotráfico
Tal como argumenta Infobae, son cada vez más los estadounidenses que consumen la droga que proviene de México. Y entonces, mientras un país lucha por combatir las muertes violentas en las zonas controladas por el narcotráfico, la otra nación observa cómo sus ciudadanos están muriendo por sobredosis.
La manera en la que interviene Estados Unidos es por medio de la DEA y por eso es que la agencia suele tener mucha relevancia en tierras aztecas.
Javier Oliva, especialista en seguridad, explicó a Infobae que “Recordemos que el crimen organizado es transnacional, entonces hay que enfrentarlo de manera multilateral”.
Sin embargo, ¿cuándo fue el inicio de esta “cooperación”? Los registros indican que en 1979, los gobiernos de ambas naciones acordaron un pacto de extradición para que la justicia estadounidense pudiera juzgar a los narcotraficantes mexicanos.
La muestra más reciente de esta alianza fue la condena de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien fue condenado a cadena perpetua.
El narcotraficante fue capturado por tercera vez. Se le acusó por los delitos de narcotráfico y lavado de dinero.
Culiacán
Desde que “El Chapo” fue capturado el liderazgo del Cártel de Sinaloa quedó en mano de sus hijos, estos son conocidos como los “chapitos”.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a Ovidio Guzmán y su hermano mayor Joaquín Guzmán López por conspirar entre abril de 2008 hasta el 2018 en la distribución de cocaína, marihuana, metanfetamina desde México hacia Estados Unidos.
Debido a esto, se presume que la DEA estuvo detrás de la captura de Ovidio en Culiacán, capital de Sinaloa el 17 de octubre. Este hecho desencadenó unas horas de terror en la ciudad y un enfrentamiento entre los militares y los miembros del cártel.
Guzmán fue liberado horas más tardes por las autoridades mexicanas. En esa oportunidad, AMLO expresó al país “No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de unas personas”.
Visita a México
Días antes de este suceso, se conoció que agentes de la Administración para el Control de Drogas visitaron el estado ubicado en el norte de México, en conjunto a funcionarios del Departamento de Justicia, ¿el objetivo? Tal como lo explica BBC era “ver, escuchar y oler” cómo opera el narcotráfico en esta zona.
El director de la DEA, Uttam Dhillon, se reunió con el gobernador de la entidad, Quirino Ordaz, y también con otros miembros del gobierno local con la finalidad de recabar la mayor cantidad de información posible.
“Nunca se había dado una reunión de este nivel y de este tipo en una entidad. Que el director de la DEA haya venido a un estado, a reunirse con un gobernador, es una cuestión muy rara”, confesó el periodista Ismael Bojórquez, director del semanario Ríodoce de Sinaloa, a BBC Mundo.
¿Presión?
Aunque, aún queda la incertidumbre ¿la DEA tuvo que ver con la captura de Ovidio Guzmán? Es una información que ni el gobierno mexicano ni tampoco la agencia ha revelado, but algunos datos indican que sí.
Desde que inició la “guerra en contra el narcotráfico” Estados Unidos ha presionado a México para que capture a los grandes capos mexicanos.
Edgardo Buscaglia, experto en seguridad de la Universidad de Columbia (EE.UU.), indicó a BBC que “Que hayan puesto presión para la captura de Ovidio Guzmán, claro está. Lo han hecho muchas veces en las capturas de todos los capos de la historia mexicana”.
Lo que puede significar que la DEA sí tuvo que ver con el operativo para capturar al “Chapito”.
Luego de la visita de los agentes, los medios mexicanos pusieron sus ojos en el gobernador del estado de Sinaloa y este solo se limitó a decir que habló con Uttam Dhillon sobre “todo lo que se ha hecho para estar como estamos en materia de seguridad”, dijo a la emisora Radio Fórmula.
Aunque, en realidad, las labores, operativos y otras acciones relacionadas al narcotráfico recaen sobre el gobierno federal.
La DEA regularmente viaja a México para “buscar información” y según señaló Buscaglia “nunca se sabe a ciencia cierta» qué hacen y dónde se mueven”.
Cabe destacar que el rol de la agencia se limita a solo investigación y apoyar a las instituciones policiacas en sus capacidades institucionales, los agentes no pueden portar armas.
La Constitución Política de México prohíbe que los agentes y militares extranjeros entren al país con armas de fuego.
Guerra en contra el narcotráfico
México declaró la “guerra en contra los cárteles” desde el año 2006. Enrique Peña Nieto después de encargó de continuar el legado del expresidente Felipe Calderón y uno de los mayores logros de su administración fue la segunda captura de “El Chapo” Guzmán.
Aunque, en realidad estos esfuerzos no han hecho que disminuya la delincuencia en el país. Sino que al contrario ha aumentado. Estimaciones muestran que 150.000 homicidios intencionales desde 2006 estuvieron relacionados con el crimen organizado, de acuerdo a un informe publicado por Servicio de Investigación del Congreso de 2018.
By the way, los cárteles mexicanos obtienen ganancias desde 19.000 millones hasta 29.000 millones de dólares por la exportación de droga a Estados Unidos y esta es una realidad que el gobierno de U.S. quiere cambiar de forma frenética y por ello su ímpetu de eliminar o apaciguar el crimen organizado.
