El capitalismo ha sistematizado a potencias como Estados Unidos, Francia, Alemania, Inglaterra, entre otros países que a su vez han influido al resto del mundo en materia tecnológica, científica y económica.
No obstante, el impacto ambiental no es positivo. Un análisis del portal Climate and Capitalism, manifiesta que ejecutivos corporativos, economistas, burócratas y políticos coinciden al respecto.
«Los océanos están muriendo, las especies están desapareciendo a ritmos sin precedentes, el agua se está agotando y el suelo se está erosionando más rápido de lo que puede ser reemplazado», indica la organización.
Esta visión es similar a la del ambientalista George Monbiot, quien escribió un artículo para The Guardian. A su juicio, los jóvenes que salen a la calle para la huelga climática tienen razón: su futuro está siendo robado.
La economía es un esquema piramidal ambiental, que descarga sus responsabilidades a los jóvenes y a los no nacidos. Su crecimiento actual depende del robo intergeneracional, manifiesta.
«En el corazón del capitalismo hay una suposición vasta y poco examinada: tiene derecho a una parte tan grande de los recursos mundiales como su dinero puede comprar».
De acuerdo a Monbiot, el sistema compra determinada cantidad de tierra, de espacio atmosférico, minerales, carne y pescado como pueda permitirse, independientemente de quién se vea privado.
«Si puede pagarlos, puede poseer cadenas montañosas enteras y llanuras fértiles. Puedes quemar tanto combustible como quieran. Cada libra o dólar asegura un cierto derecho sobre la riqueza natural del mundo».
Egoísmo humano
El jurista William Blackstone en el siglo XVIII, sostuvo que el derecho de un hombre al «dominio único y despótico» sobre la tierra fue establecido por la persona que primero lo ocupó, para producir alimentos.
«Es el fundamento subyacente del gran esquema piramidal. Y no tiene sentido», manifiesta Monbiot.
En este punto arbitrario, una persona podría pisar un pedazo de tierra, mezclar su trabajo con él y reclamarlo como suyo. El activista advierte que Estados Unidos es un ejemplo de la pizarra en blanco sobre la cual las personas podían establecer sus derechos.
«La tierra se convirtió en una pizarra en blanco solo a través del exterminio de quienes vivían allí».
¿La avaricia persiste?
Para el activista, cuando se trata de elegir entre proteger el futuro de la humanidad y maximizar las ganancias, los corporativos y dueños de capitales, eligen las ganancias.
«Como ejemplo, considere los gases de óxido de nitrógeno, monóxido de nitrógeno y dióxido de nitrógeno, que se producen al quemar combustibles de petróleo, especialmente por motores diesel».
No reciben tanta atención de los medios como el dióxido de carbono, pero son potentes gases de efecto invernadero y son directamente perjudiciales para la salud humana.
Causan enfermedades de la garganta y los pulmones, y aumentan la gravedad de enfermedades como el asma.
¿Habrá un cambio?
Un artículo de la Millennium Alliance for Humanity and Biosphere (MAHB) , sostiene que el único cambio es reestructurar el sistema económico.
«Esto solo ocurrirá cuando suficientes de nosotros estemos listos para deshacernos de los valores de los consumidores que nos impiden la cultura dominante».
Para ello, se necesita encontrar otras fuentes de significado como disminuir el consumo, construir comunidades y volver a conectar con el mundo natural, se lee en el texto.
«Sobre esa base, estaremos mejor equipados para unirnos en la lucha por salvar a la humanidad, y al resto de la tierra, del saqueo previsto por el perpetuo frenesí de crecimiento del capitalismo corporativo global».
De hecho, el artículo de Climate and Capitalism cuestiona a aquellas personas que priorizan las necesidades del capital. A juicio del autor, los grandes puestos de compañías están hechos para «tiranos ecológicos».
«Si un CEO tiene un ataque de conciencia inconveniente, él o ella no durarán mucho en esa posición».
«Los planes bien desarrollados para evitar el colapso climático incluyen una vía estado por estado y nación por nación para alcanzar el 100% de energía renovable para 2050, y un Plan de Victoria de Movilización Climática para reestructurar la economía de EE. UU.», indica la ONG Environmental News.
Los grandes bancos, fondos monetarios y multimillonarios invierten en corporaciones como Volkswagen para recuperar más dinero. Realmente no les importa si Volkswagen fabrica automóviles o ropa y golosinas, siempre y cuando obtengan un retorno de su inversión.
«Las corporaciones son máquinas sociales gigantes para convertir el capital en más capital. Eso es lo que los accionistas esperan y quieren, y eso es lo que los gerentes y ejecutivos deben cumplir».
Advertencias
Hace veinticinco años, en 1992, mil 700 científicos enviaron una advertencia a los líderes gubernamentales de todo el mundo.
En tonos de llamada, pidieron un reconocimiento de la fragilidad de la tierra y una nueva ética derivada de la constatación de que «todos tenemos un solo bote salvavidas».
En 2017, la comunidad científica volvió a manifestarse. Esta segunda advertencia contiene una serie de gráficos que muestran cuán completamente los líderes mundiales ignoraron lo que les dijeron 25 años antes.
Ya se trate de emisiones de CO2, cambio de temperatura, zonas muertas de los océanos, recursos de agua dulce, especies de vertebrados o cobertura forestal total, las sombrías cartas prácticamente indican un impulso continuo hacia el día del juicio final.
Luis Felipe Hernández, Author at Hypertexto | Página 7 de 10
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