A días de dejar la presidencia, Donald Trump se está enfrentando a la fuerza demócrata. La coalición de demócratas se propuso destituir al republicano antes de que llegue el final de su período, el 20 de enero de 2021. ¿Podrán lograrlo?
La primera acción contundente por los demócratas fue un artículo presentado el lunes, 11 de enero, la misiva acusa a Trump de “incitación a la insurrección” por los hechos ocurridos en el Capitolio el 6 de enero.
“El presidente representa una amenaza inminente para nuestra constitución, nuestro país y el pueblo estadounidense, y debe ser destituido de inmediato”, expresó la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
El primer step está cumplido. La Cámara de Representantes aprobó el Juicio Político contra Donald Trump. En esta resolución se unieron 10 legisladores republicanos. En total se consiguieron 217 votos (en una mayoría actual de 433 en la Cámara baja). Se le imputa el cargo de “incitar a la insurrección”.
La resolución de impeachment de Trump, asegura que es responsable de alentar a sus seguidores a asaltar el edificio del Capitolio, además indica que eso fue “consistente con sus esfuerzos anteriores para subvertir y obstruir” los resultados de las elecciones presidenciales.
Incluso, los demócratas iniciaron la redacción de este artículo el 6 de enero, el día que se quedaron encerrados en el Capitolio.
«De ese modo, traicionó su confianza como presidente, para agravio manifiesto del pueblo de Estados Unidos”, sentencia el documento.
Pero, ¿realmente hay una lógica detrás de la insistencia de los demócratas? Sheri Berman, politóloga del Barnard College, afiliado a la Universidad de Columbia en Nueva York, le dijo a DW que “El simbolismo es ‘mira, queremos dejar claro que nadie está por encima de la ley”.
«El presidente incitó a la sedición, incitó a la violencia, por lo que es importante que la democracia con el estado de derecho lo responsabilice», expresó Berman.
Más adelante agregó “En caso de ser condenado en el Senado, la idea sería prohibirle que vuelva a ocupar el cargo”.
En Estados Unidos, el presidente puede cumplir dos períodos presidenciales y no es necesario que sean consecutivos. Por tanto Donald Trump si así lo desea, se podría postular para un segundo mandato.
Sin embargo, una de las dudas presentes es que si se aprueba el Juicio Político, ¿es posible que pueda volver a postularse? De acuerdo a lo que explica el portal abc7.com, todavía existen posibilidades para el magnate republicano.
Afirman que “Ni una segunda acusación de la Cámara ni siquiera una votación del Senado para condenar a Trump y destituirlo de su cargo le impedirían postularse nuevamente en 2024 o más allá”.
Si los demócratas desean que no se vuelva a postular, deberán someter esta petición a una votación adicional y “descalificarlo”.
Pence aseguró que no invocaría la Enmienda 25 de la Constitución, sin embargo, si hubiese considerado esta opción, el presidente no estaría descalificado para postularse una vez más.
La cuarta sección de la Enmienda permite al vicepresidente junto a “los principales funcionarios de los departamentos ejecutivos” informen al Congreso que “creen que los principales funcionarios de los departamentos ejecutivo”.
Sin embargo, el presidente puede refutar este argumento, alegando que no “existe ninguna discapacidad”. En esta situación, el Congreso deberá decidir el futuro de la Casa Blanca por medio de una votación.
Serían necesarias dos tercios de ambas Cámaras para lograr la destitución.
Robert Peck, un experto legal del Centro de Litigios Constitucionales, dijo a wkyc.com que un presidente destituido por la Enmienda 25 aún podría postularse para cargos futuros.
“Si lo destituyen, se considera una destitución temporal del cargo”, alegó.
Aun así, la presión sobre Trump aumenta con los días. El partido republicano se enfrenta a una de las decisiones más difíciles: Votar a favor del presidente o abandonarlo y “dar forma a la democracia estadounidense”.
Varios legisladores republicanos de la Cámara de Representante están a favor del Juicio Político en contra de Trump y lo demostraron con su voto este miércoles, 13 de enero.
Liz Cheney de Wyoming, aseveró que Trump “encendió las llamas de este ataque” y lo acusó de “traición” a su juramento como primer mandatario del país.
A Cheney se unieron otros republicanos: John Katko de Nueva York, Adam Kinzinger de Illinois, Fred Upton de Michigan y Jaime Herrera Beutler de Washington.
Todavía no está claro lo que sucederá, puesto que el Senado requiere una mayoría de dos tercios de para condenar a un presidente.
Es decir, se necesitaría alrededor de 17 senadores del partido republicano para lograr la destitución.
Lo que sí está claro es que un momento histórico importante para la política estadounidense.
“Seguro que parece la última mejor oportunidad para enfrentarse al tipo mientras todavía importa”, expuso Liam Donovan, un cabildero y ex agente de campaña del Partido Republicano en una entrevista con NBCNews.
“Los republicanos pueden hablar ahora o pueden seguir el camino de menor resistencia, pero en algún momento habrá un ajuste de cuentas y tendrá un costo político”, señaló.
En la Cámara Alta, el resultado puede depender del líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, un político que desde el principio se mostró como un fuerte aliado de Trump.
“Es imposible que los miembros ignoren el cálculo político, pero si alguna vez hubo un momento, es ahora”, alegó dijo Rory Cooper, consultor y ex asistente de liderazgo republicano de la Cámara de Representantes que critica a Trump a NBC.
El resultado de la Cámara Baja es solo el primer paso, ahora queda todo en manos del Senado. Eso sí será contundente para el futuro próximo del período presidencial de Trump.