La pandemia ha cambiado el ritmo de vida de los estadounidenses. Uno de los países más activos del mundo está atravesando uno de los momentos más complicados de su historia moderna y eso también afecta a los jóvenes.
Algunos están devolviéndose a casa de sus padres y otros se están quedando sin opciones.
Según un nuevo estudio del Centro de Investigación Pew, tres de cada 10 jóvenes no trabajan, ni estudian, esto significa que el índice de “desconexión” ahora es de 28%.
En la investigación con “desconexión” se refieren a ese porcentaje de jóvenes que no trabajan ni estudian.
Los investigadores destacan que se enfrentan a un futuro incierto, en medio de un mercado laboral debilitado y poca certeza de cómo avanzará la educación en los próximos meses.
Este aumento se debe, en gran medida, por la pérdida de empleo entre los jóvenes. Estos datos toman en cuenta a la población entre 16 a 24 años. Hasta abril, el índice se posicionaba en 20% y el porcentaje aumentó en junio de este año.
Son 10,3 millones de jóvenes los que están “desconectados” este año, es la tasa más alta desde 1989.
El Centro de Investigación Pew resalta que “esta tendencia es un indicador de las dificultades a las que se enfrentan los jóvenes en su transición a la edad adulta durante una pandemia mundial”.
Durante el brote del nuevo coronavirus, el gobierno de Donald Trump ha sido acusado de no ser el más consecuente. Pese a que Trump ha cambiado su percepción sobre las mascarillas, sus acciones le han restado seguidores.
Ahora, el Presidente afirmó que quiere que las escuelas reabran.
“Mi opinión es que las escuelas deberían abrir: esto desaparecerá, como las cosas desaparecen”, fueron las palabras del mandatario en una entrevista en el programa “Fox & News”.
De hecho, sus declaraciones causaron un revuelo en las redes sociales porque Trump aseguró que médicos han dicho que los niños son “inmunes” al virus.
Más adelante indicó que “Son prácticamente inmunes a este problema y tenemos que abrir nuestras escuelas”.
Este no es el primer anuncio relacionado con este tema. A principios del mes de julio, el inquilino de la Casa Blanca exhortó a las escuelas y universidades a abrir.
En Twitter señaló que le recortaría el presupuesto a aquellas instituciones de educación que no abran al finalizar el otoño, además sentenció que algunos recintos sirven para “adoctrinar a los niños”.
“Demasiadas universidades y sistemas escolares están enfocados en adoctrinamiento radical de izquierda, no en la educación”, dijo en un primer tweet.
En el siguiente sostuvo:
“Por lo tanto, le diré al Departamento del Tesoro que reexamine su estatus de exentas de impuestos y/o su financiamiento, que será retirado si esta propaganda o ley contra la política pública continúa.
Nuestros niños deben ser educados, no adoctrinados”.
A diferencia de los países menos desarrollados, en Estados Unidos los jóvenes están acostumbrados a independizarse económicamente justo después de terminar la secundaria. Regresar a casa de los padres es visto como una señal de “irresponsabilidad”, sin embargo, durante la pandemia este concepto ha quedado de lado.
Un estudio reciente publicado por Zillow, argumenta que hasta el mes de mayo, 2.9 millones de adultos se habían mudado (otra vez) a casa de sus papás o abuelos.
Las razones están claras: Casi todos los campus universitarios del país cerraron, miles de empresas tuvieron que cerrar sus puertas y eso significa una posibilidad baja de poder mantenerse económicamente.
Dicha situación ha generado una incapacidad de poder pagar alquiler y comida. En un artículo de The Atlantic señalan que este índice probablemente sea el más alto desde la Gran Depresión, ocurrida en 1929.
Jeffrey Jensen Arnett, profesor de psicología en la Universidad de Clark, expresó al mismo medio de comunicación que la juventud es la etapa de la vida en las que se sientan “raíces” para el futuro y debido a la pandemia, muchos jóvenes se sienten estancados por haber tenido que volver a casa de sus padres.
Estados Unidos es la nación con mayor número de contagios a nivel mundial y se cree que la “normalidad” no está a la vuelta de la esquina.
El país tiene 5.44 millones de infectados y el número de muertes es de 170 mil. ¿Existe alguna esperanza de que los jóvenes se repongan pronto?