La única forma de poder controlar el Coronavirus COVID-19 es a través del aislamiento social pero esto generará otra crisis, la crisis económica.
Incontables medidas se han tomado desde el sector público y privado para evitar mayor propagación del virus.
Las escuelas han cerrado en la mayor parte del país, incluyendo las públicas y privadas, para evitar el contacto entre estudiantes. Lugares públicos y turísticos también han sido cerrados.
Las empresas han cedido de forma casi obligatoria a dejar que sus trabajadores cumplan sus funciones de forma remota.
Otras han cambiado sus horarios de atención o definitivamente cerrando sucursales.
Algunos estados han tomado la decisión de cerrar establecimientos comerciales como restaurantes y bares y prohibiendo reuniones de más de 50 personas como Illinois, según anunció el gobernador JB Pritzker.
Aunque todas estas medidas son en pro de contener la propagación del COVID-19, precisamente se necesita lo contrario cuando se trata de la economía global. Por eso el Covid ha generado una crisis económica.
En el año 2008 el gobierno de los Estados Unidos apaciguó los efectos de la crisis al inyectar 29 trillones de dólares en la economía a través del llamado Bank Bailout según el Levy Economics Institute of Bard College.
En esta ocasión las cosas podrían ser diferentes.
Con mas 6.500 casos confirmados en 50 estados y más de 100 muertos, el Gobierno sigue intentando controlar la situación a nivel sanitario y económico.
La Bolsa de Valores ha venido perdiendo valor vertiginosamente, incluso con el anuncio de la Reserva Federal de reducir los enteres a casi 0% y el plan de “estímulo fiscal coordinado” de $1 billón de dólares que el Fondo Monetario Internacional dispone para ayudar a sus países miembros, lo que puede significar que los inversores no están convencidos de que la ayuda sea suficiente.
Los tres índices bursátiles más grandes también han caído. El día lunes el Dow Jones Industrial cayó a su punto más bajo desde 1987. El S&P500 cayó 8.7% y el Nasdaq también cayó 9%.
Todo esto crea un efecto dominó en una economía que depende del contacto. Decenas de millones de americanos podrían enfrentarse a la falta de ingresos por meses, esto en un país donde más del 50% de adultos no posee ahorros superiores a $1.000.
El efecto comenzaría a verse en partes de la economía cerrando, lo que a su vez se transformaría en pequeñas y medianas empresas cerrando sus puertas, despidiendo trabajadores lo que aumentaría las tasas de desempleo y bancarrota.
Esto crearía una recesión en las compras en una economía en la que el 70% del Producto Interno Bruto es impulsado por el comprador / consumidor. Así que el probable espiral de desempleo traerá un descenso en los ingresos fiscales del país.
En Illinois, luego del anuncio del gobernador Pritzker de cerrar bares y restaurantes hasta el final del mes de marzo, algunos restaurantes se han manifestado en redes sociales.
Expresan que estas medidas los ponen (a los restaurantes), a sus empleados y la familia de los empleados en un tremendo riesgo y piden algunas exenciones para ayudarlos a solventar esta crisis y mantenerse en el rubro.
Esto a pesar e que está permitido el servicio de pick up, deliveries y drive-through.
El escenario es particularmente similar en todos los lugares donde se han implementado tales medidas de cuarentena.
Con las ciudades prácticamente desoladas otra industria que se ve afectada es el transporte. Los servicios de taxis y rideshare que dependen de la cantidad de personas en movimiento verán drásticamente afectadas sus operaciones debido a la poca demanda. Por consecuencia sus operarios y conductores verán disminuir sus ingresos afectando todos los ámbitos de su economía.
Jesús L. quién es un rideshare driver en la ciudad de Chicago comenta que «dependemos del movimiento de las ciudades, del flujo constante de personas para ir a los colegios, a trabajar, a disfrutar.»
«Comprendemos que esta es una situación terrible, pero las consecuencias económicas también lo serán porque nos enfrentamos a la posibilidad de no poder hacer dinero, estamos parados, pero los gastos no se detienen, las deudas aumentarán y sin la posibilidad de pagar»
No sólo los meseros y meseras de los restaurantes necesitan de nuestra ayuda, básicamente todas las ocupaciones que no pueden trabajar de forma remota necesitan de la colaboración del colectivo para juntos poder apaciguar las consecuencias de la pandemia.