De acuerdo a científicos y voceros el coronavirus se propagó debido al consumo de murciélagos. Esto despertó rechazo por parte de la comunidad occidental hacia la cultura de China.
Más allá de la caza de fauna exótica para habitantes de Europa y América, se critica el proceso que va desde la crianza y matanza.
Pese a que el coronavirus ha detenido el aparato económico del mundo, el sector alimenticio y agropecuario son unos de los que ha seguido en pie.
Y es que desde tiempos remotos la relación del ser humano con otras especies se ha resumido al consumo, cumpliendo con la denominada cadena alimenticia.
No obstante, el maltrato y la explotación también han ido de la mano a cantidades industriales. Tanto, que ha generado incendios como el de Amazonas en 2019. La causa, según CNN, se debe a que «el mundo está comiendo mucha carne». Pues los ganaderos deforestaban para llevar a cabo «agronegocios y mecanizados».
Sector alimentario
La crisis que se vive en el mundo no frena la maquinaria. De hecho, el brote de COVID-19 ha coincidido con una demanda de carne de origen local, dijo el Dr. David Fernández, especialista en ganado y decano interino de estudios de posgrado de la Universidad de Arkansas.
«La pandemia ha provocado que mucha gente comience a buscar carne porque el sistema tradicional de producción y distribución que involucra grandes unidades y su procesamiento está teniendo dificultades para mantenerse al día con la demanda».
De acuerdo al especialista, a medida que los empleados de estas instalaciones se contagian del coronavirus y no pueden trabajar, o cuando se produce un brote en una planta y la planta tiene que cerrarse, se generan interrupciones en el suministro.
Te puede interesar:
Mercados pequeños
Debido a estos desafíos de la industria, los consumidores compran cada vez más en los mercados de agricultores y pequeñas tiendas que obtienen productos cárnicos locales.
«Esto representa una gran oportunidad para que los productores capturen el precio minorista de su carne e incluso cobren un precio superior», expresó Fernández.
«La popularidad de los mercados de agricultores continúa aumentando a medida que los consumidores compran productos locales de calidad», manifestó.
«Al incluir los mercados de agricultores regionales como parte de su plan de comercialización, los productores tienen la oportunidad de desarrollar el reconocimiento de la marca, lo que podría traducirse en ventas confiables año tras año».
Según Fernández, aquellos que desean vender carne en los mercados de granjeros deben sacrificar y procesar sus animales bajo la inspección del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
Te puede interesar:
Un riesgo
Pues la práctica de los mataderos locales es un riesgo si no cumplen las regulaciones del Departamento de Agricultura.
La cadena de suministro y los desafíos de distribución están dejando a los productores varados con animales listos para el mercado pero sin un lugar, indicó Bailey Harsh, profesora asistente del Departamento de ciencias animales, ciencias de la carne y biología muscular de la Universidad de Illinois.
La Ley de Inspección de Carnes y Aves exime a los productores de los requisitos al sacrificar sus propios animales en sus propias propiedades para su consumo. El productor debe ser el «dueño del animal» durante al menos 30 días antes del sacrificio y no puede vender la carne a nadie.
Si se vende el producto las «unidades» deben ser sacrificadas y procesadas en una instalación autorizada bajo inspección del Departamento de Agricultura de Illinois.
El proceso proporciona a los consumidores la garantía de que la carne es segura para comer, aseguró Harsh.
Sacrificios
Es por eso que los animales también han sido afectados por la pandemia, que ha infectado principalmente a los humanos.
Pero el virus sigue imponiendo efectos negativos en las poblaciones de granja en América del Norte, especialmente los cerdos, debido a las exigencias económicas de la cría industrial.
Esta especie no tiene mayor riesgo de contraer que otras, pero los lechones son sacrificados en masa en respuesta al COVID-19.
El coronavirus ha provocado una disminución de la demanda de carne de porcino en los EE. UU. Esto ha provocado una caída significativa en los precios de la carne de cerdo.
Te puede interesar:
La industria había prosperado antes de la pandemia, con las exportaciones estadounidenses alcanzando niveles récord a principios de 2020.
Los cierres nacionales de hoteles y restaurantes han afectado particularmente a los productores, ya que la industria de la carne de cerdo depende de las ventas.
Santuarios
Algunos santuarios animales tampoco han quedado exentos. La pandemia ha afectado particularmente a los santuarios y centros de rescate.
El acceso a alimentos, medicamentos y personal son los problemas principales, así como una caída en el financiamiento por medio de donaciones regulares. Ahora más que nunca, es vital asegurar que estos lugares no sean olvidados.
«De la mano a la boca, así es como vivimos», confesó Agata Rybkowska, de la Fundación Pegasus, un refugio de animales privado con sede en Polonia.
«Nos hemos quedado sin dinero. Las empresas que nos apoyaron han reducido los costos. Los donantes privados todavía nos llaman. Pero eso puede terminar en un tiempo».
Maltrato animal
Mientras tanto, la crueldad sigue presente. Según la Red de Noticias de Bollywood, los casos de crueldad hacia los animales han aumentado en la India durante la pandemia de coronavirus.
Después del asesinato de la elefanta embarazada, un chacal fue asesinado después de ser alimentado con una bomba envuelta en carne. También se han reportado picos en el maltrato de perros callejeros.
En respuesta al aumento de los casos de crueldad animal en el país, inició una campaña digital llamada Justicia para los Animales.
Este tipo de actos han aumentado y pueden correlacionarse con el estrés y la incertidumbre experimentada durante el período de aislamiento social COVID-19 y el aumento previsto de la violencia doméstica y familiar.
Por ahora, no se avista cambio alguno aunque en Wuhan, centro de la epidemia, se prohibió la caza y cría de animales salvajes.
