La religión ha sido inherente a la humanidad. Los preceptos se resumen al amor hacia un ser divino y hacia los demás. Y es que creer en algo superior a la realidad para muchos es un estilo de vida, uno que de hecho debe estar marcado por los buenos valores y la moral.
En una encuesta en 34 países, el Pew Research Center indica que hay una división entre quienes consideran a Dios necesario para ser una buena persona y quienes opinan lo contrario. Los resultados variaron según el desarrollo económico, la educación y la edad.
Los porcentajes más altos se dan en las economías emergentes que mantienen la importancia del teísmo. En general, una mediana del 45% dice que creer en Dios es vital para ser moral y tener buenos valores.
De hecho, los encuestados en naciones con un producto interno bruto más bajo tienen más probabilidades de decir lo contrario.
Ese es el caso de Kenia, que tiene el PIB per cápita más bajo de las 34 naciones incluidas en el análisis del Pew. ($ 4,509 en 2019). Más de nueve de cada diez encuestados (95%) expresan tal opinión. En Brasil y Túnez la visión es similar.
Por el contrario, la mayoría de los países de Europa occidental no establecen una conexión entre la creencia en Dios y la moral. Para los ocho países de esta región, una mediana del 22% de las personas dijo que sí es necesario.
Nueve de cada diez encuestados en Suecia informaron que Dios no tiene nada que ver con los buenos valores.
Los investigadores señalaron que el país nórdico tiene uno de los mayores PIB per cápita de todas las naciones encuestadas ($ 55,815 en 2019).
Por otro lado, la mayoría en Francia (84%) y el Reino Unido (79%) piensan que creer no es parte integral de la moral, como lo hacen los 13 países encuestados en la Unión Europea.
Aunque sorprendente para algunos, este patrón es consistente con investigaciones previas que han encontrado que los europeos tienden a ser menos religiosos.
Más sorprendentemente, tanto Rusia como Estados Unidos han visto una evolución de opinión sobre la correlación entre la creencia en Dios y la moral, pero en direcciones opuestas.
Rusia ha visto un aumento del 11% desde 2002 en la proporción de quienes creen que la moral va asociado a la creencia en Dios, mientras que Estados Unidos ha experimentado una caída del 14%.
No es de sorprenderse que cuanto más laico sea un país o una persona, mayor serán las posibilidades de no creer necesario a Dios para sentirse una persona con principios.
Entre los 34 países encuestados, Estados Unidos exhibió la mayor disminución en las personas que sienten que necesitan una relación con Dios para ser morales.
La oración sigue siendo importante, con el 53% de las personas de acuerdo en que juega un papel importante en su vida.
La encuesta también mostró que la religión es «muy» o «algo» importante para el 62% de las personas, mientras que el 34% dijo «en absoluto» o «no demasiado».
«En la mayoría de los países europeos y norteamericanos encuestados, las personas con más educación tienen menos probabilidades de decir que creer en Dios es necesario para ser moral», manifestó el Pew.
Este patrón sigue de cerca la conexión entre los niveles de ingresos y la forma en que las personas responden a esta pregunta, porque hay una correlación significativa entre el nivel educativo y los ingresos.
Pero los autores encontraron que las culturas orientales «son colectivistas o comunitarias, lo que significa que el valor, la dignidad, la integridad y la identidad de cada persona se derivan de cómo la comunidad lo percibe».
En las culturas orientales, ir contra la corriente de una norma cultural es un gran pecado; los autores escriben que en occidente rara vez puede ser un problema. De todos modos, para el Dr. Miroslav Volf, de la Yale Divinity School es posible ser una buena persona sin necesidad de creer en Dios.
«No creo que sea posible justificar, legitimar ser moral, por así decirlo, dar razones para ser moral a menos que creas en Dios», dijo Volf. «Creo que la fe en Dios es una condición».