Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) a nivel mundial son más de 450 millones de personas las que sufren algún trastorno relacionado a la salud mental.
Con la crisis del coronavirus el mundo tuvo que cambiar su dinámica y muchos seres humanos han experimentado diferentes sensaciones como desánimo, rabia y tristeza.
Cada país está atravesando su propio proceso y su población se ha tenido que adaptar a esto, sin embargo, en Estados Unidos –el país con mayor número de casos– la crisis también ha venido acompañada de desempleo, una caída de la economía, protestas en contra de la brutalidad policial y un proceso electoral que no se puede detener.
De acuerdo a un estudio del Centro de Investigaciones Pew, los estadounidenses se sienten cada vez más deprimidos a ver el estado del país. Solo el 12% de los ciudadanos ve favorable la situación actual.
El estudio destaca que la ira y el miedo son dos sentimientos que están muy extendidos entre la población, pero son más frecuencias entre los adeptos del partido demócrata.
En general, 53 % de los estadounidenses revelaron no tener “esperanza” de que el país mejore.
Los comicios electorales se celebrarán el próximo 3 de noviembre. Los principales contrincantes son Donald Trump, Joe Biden y ahora se suma el rapero Kanye West. Desde la pandemia del COVID-19, el apoyo de Trump ha disminuido de forma significativa debido a su manejo de la crisis.
Aunque Biden lidera las principales encuestas del país, Centro de Investigaciones Pew revela en su informe que 67 % de los electores solo lo ven como un voto en contra de Trump.
De hecho, 29 % de los estadounidenses encuestados aseguraron que de ganar sería un presidente “promedio”.
Mientras que 43% opina que sería un mandatario “terrible” en comparación con 53% que cree lo mismo sobre Donald Trump.
De no ganar esta elección, Trump se convertiría en el cuarto presidente en fracasar en su intento de reelección en los últimos 100 años.
Un artículo de opinión escrito por el columnista Paul Waldman para el The Washington Post apunta que actual mandatario no está haciendo nada para volver a ganar.
Waldman cree que Trump está ayudando a empeorar la pandemia y se apoya en datos tales como el hecho de que la administración del republicano le esté retirando el apoyo a organizaciones que se encargaban de realizar pruebas para diagnosticar el virus.
Incluso, Trump se resiste a usar mascarilla en público y desde el primer momento mostró su desaprobación al aislamiento social.
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Por otra parte, la economía continúa descendiendo. El columnista sentencia que Trump está evitando usar todo el poder del gobierno federal para aliviar los efectos económicos de la pandemia.
En la actualidad son más de 33 millones de estadounidenses los que pueden trabajar y no lo hacen, están esperando los beneficios de desempleo y otro porcentaje que sí reciben la ayuda de desempleado.
La posición del presidente en contra del voto por correo electrónico podría poner en peligro su apoyo y exponer a las personas a las largas colas, además de la posibilidad de contagiarse de COVID-19.
El desánimo de los estadounidenses sumado a la propuesta de votaciones por correo electrónico puede resultar ser dos factores importantes para las elecciones.
En otra investigación hecha por el Pew indican que 66% de la población se sentiría incómoda si tuviera que ir a algún lugar para votar.
No obstante, distintos miembros del partido republicano han mostrado su oposición sobre esta medida. El mismo Presidente dijo que si las votaciones se realizan de esta manera “nunca más se elegiría a un republicano en este país”.
Algunos estados de Estados Unidos permiten las votaciones por correo electrónico: Colorado, Hawái, Oregón, Utah y Washington. Se les envía las boletas a cada votante registrado sin necesidad de que las soliciten.
Otros dos estados también permiten dicha modalidad: Arizona y California, la diferencia es que le dan la posibilidad a los votantes de registrarse a una lista permanente de votantes por email.
Pese a la negativa republicana sobre el voto electrónico, expertos aseguran que este método no interfiere en los resultados y que tampoco representa una ventaja para el partido demócrata.
Amelia Showalter, quien fue directora de análisis de datos para la campaña de 2012 del presidente Barack Obama, descubrió en diversos estudios que hablan sobre el tema que en Colorado (2014) y Utah (2016) había muy poca ventaja partidista en los comicios de dichos estados.
The New York Times informa que antes de la pandemia, los demócratas del Congreso habían sugerido ampliar la presencia de las votaciones por correo.
Pero la negativa republicana no dejó avanzar dicha moción.
En cambio, el partido de Trump desea endurecer los requisitos como presentar la identificación y el registro de votantes.
Incluso, Thad Kousser, presidente del departamento de ciencias políticas de la Universidad de California en San Diego, le dijo al Times que en California las votaciones por correo electrónico han supuesto un cambio positivo.
Como por ejemplo, comodidad para los ancianos y la posibilidad de que las personas de las zonas rurales puedan votar sin ningún inconveniente.
En estados como Oregon y Washington la participación en los comicios subió entre dos a cuatro puntos porcentuales.
Estos datos fueron revelados en un estudio publicado por profesores de Yale y la Universidad de California en San Diego.
Por ende, todavía no se cuentan con evidencias sólidas que afirmen que esta modalidad les ofrezca una mayor ventaja a los demócratas.
Aún se desconoce cómo cada estado manejará las elecciones, lo que sí es seguro es que Trump tiene pocos meses para mejorar su imagen y lograr ganarle a Biden.
Más allá de las teorías republicanas sobre la influencia del voto electrónico en las decisiones de los electores, hay otra duda presente sobre esta metodología. ¿Es realmente seguro?
Si se acepta que los estadounidenses voten por medio de correo electrónico, es de suma importancia que los responsables del sistema electoral encuentren alternativas para alejar a los adversarios o hackers.
En el The Washington Post recalcan que los funcionarios deben proteger los smartphones de los ciudadanos, tomando en consideración que ya algunos deben estar infectado por algún malware.
Además es primordial idear alternativas para aquellos electores que están conectados desde la web.
Otro problema presente es verificar si las personas son quienes dicen ser.
Creen que el país debe estar totalmente preparado para este cambio radical.
Por supuesto, tomando en consideración que evitar las aglomeraciones es la manera más segura de evitar la propagación del coronavirus.