¿Ser positivos en exceso puede ser perjudicial? Algunos expertos dicen que sí y es que el hecho de desbordar positivismo es conocido como “positividad tóxica”. Estas dos palabras están relacionadas con el positivismo que no se adapta a la realidad del momento y que a su vez no reconoce el espectro emocional de la persona.
Las redes sociales se han convertido en la plataforma para exponer mensajes positivos. De hecho, hay varios especialistas que coinciden que el exceso de pensamientos positivos puede traer consecuencias a la vida de los seres humanos.
En su libro “Sonríe o muere: la trampa del pensamiento positivo” (2012), la periodista Barbara Ehrenreich, denuncia lo que ella denomina la “moda positiva” y critica “la dictadura del pensamiento positivo” que es impulsado por la sociedad.
Dentro de la obra, Ehrenreich menciona una frase pronunciada por su madre que marcó su vida: “Si la vida te pone de rodillas, aprovecha para fregar” y aclara que este refleja un espíritu calvinista y que es un antecedente positivo que le dio paso a los pensamientos actuales.
Para la coach ontológica, maestra reiki y entrenadora de yoga, Kenelma Salgado, es de suma importancia identificar a aquellas personas que son “positivamente tóxicas” porque estas no suelen ser totalmente francos con sus sentimientos.
“Se puede detectar a alguien “positivamente tóxico” cuando percibimos que son personas que parafrasean todo lo que está actualmente en las redes sociales y eso no se compaginan con sus verdaderas acciones, ni con su expresión corporal”, explica.
Salgado manifiesta que son personas que suelen perderse y viven en un mundo de fantasía que no los hace feliz y a su vez intentan ocultar sus verdaderas emociones. Advierte que se convierten en “cautivos” de una aparente positividad y así intentan arrastrar a todos en la misma cárcel de cautiverio.
Como coach ontológica, cree que los seres humanos deben pasearse por todas las emociones y que todo en exceso es malo. No está en contra del concepto de positividad o del hecho de ser positivos, pero asegura que se vuelve tóxica cuando se disfraza o se intenta aparentar sentir emociones que son contrarias a las que se está viviendo.
“Eso es como una copa de un cristal muy delicado que en cualquier momento se va a romper”, enfatiza.
En toda esta “moda positiva” las redes sociales son el principal medio de difusión. Los usuarios suelen hallar frases cargadas de emocionalismo que prometen “ayudarte” a ser una mejor persona, sin embargo, en un artículo de El País afirman que los efectos de la positividad tóxica “son en realidad desempoderantes: aumentan la frustración y la ansiedad a largo plazo”.
Salgado, coach que se encuentra en Nueva York, expresa que las redes sociales son un mundo en el cual las personas muestran lo que quieren que otros vean y rara vez enseñan sus emociones no tan buenas.
“Es un mundo que de una forma u otra nos ha llevado a aparentar ser felices todo el tiempo”, indica.
En algunas oportunidades ella se ha sentido un poco “juzgada” por verse feliz todo el tiempo, confiesa. Pero, en realidad ella profesa que la felicidad es cuestión de elección y eso no quiere decir que no tenga momentos triste, solo que aprendió a manejarlos y entendió que todo es un instante. “La felicidad pasa y la tristeza también”, comenta.
¿Cómo saber diferenciar que se está al frente de mensaje tóxico? En la página web de psicoterapiabilbao.es, recalcan que son aquellos que solo tienen una afirmación, pero no están acompañados de validación o esperanza.
Entre los más comunes resaltan: “Vas a poder con ello”, “Mira la parte positiva a todo”, “Si quieres puedes”.
Estas frases son producto de una sociedad que está acostumbrada a dosis de optimismo diarias.
-H: ¿La sociedad te empuja a ser “optimista” ante los problemas? ¿Tiene algún método para afrontar los problemas?
-K: La sociedad en estos momentos y todo el movimiento que estábamos viviendo de crecimiento personal te van llevando a ser optimista, es como que todo te está llevando.
La mejor forma de resolver los problemas es tomándome un tiempo para reflexionar, para autoevaluarme, para meditar y entender que lo importante no es el problema, sino buscar la solución y si es un problema que no tiene solución no debo preocuparme.
Tomarse un momento en las noches y pensar ¿qué pude haber hecho mejor? Para que no vuelva a ocurrir en el futuro.
A su vez, el futuro puede representar un reto para muchos porque prevalece la ansiedad de saber qué puede ocurrir. Aunque aún se desconoce cuáles son los factores que pueden contribuir a profesar la “positividad tóxica” esta pudiera ser una de ellas.
-K: Pueden optar esta postura de ser positivos todo el tiempo como un mecanismo para ocultar sus verdaderas emociones y poner en evidencia su ansiedad. Es como voltear la mirada, enfocarse en ser positivo en todo momento, ver el vaso medio lleno y diciendo que todo tiene algo bueno y dejas de un lado el pensamiento de qué te deparará el futuro.
Y mientras la “positividad tóxica” inunda las redes, como coach recomienda mantenerse enfocado en el presente y vivir cada momento, así sean malos con la misma intensidad, así como dijo el vocalista de Jarabe de Palo, Pau Donés, “vivir es urgente” y eso incluye los instantes amargos.