Cinco ex ministros de Salud en Nicaragua enviaron una carta a la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y plantearon la inacción por parte del gobierno dirigido por Daniel Ortega ante la pandemia del COVID-19.
En la misiva plantearon que “en Nicaragua dicho llamado ha sido ignorado, poniendo en gravísimo riesgo la salud de la población”.
El documento fue firmado por Margarita M. Gurdián (2004-2007), Dora María Téllez Argüello (1985-1990), Martha McCoy (1999-2000), Lea Guido (1980-1985) y por Lombardo Martínez Cabezas (1997-1999).
En marzo la OMS declaró el COVID-19 como una pandemia y casi todos los países del mundo tomaron previsiones para evitar el contagio entre la población.
Sin embargo, en Nicaragua la realidad es otra y las autoridades no han tomado ninguna medida para evitar la propagación del coronavirus.
Las acciones del gobierno de Ortega han sido tildadas como “irresponsables, preocupantes, temerosas y riesgosas” por parte distintos entes como lo son Amnistía Internacional y Human Rigths Watch.
Después de 34 días sin aparecer en televisión nacional, el Presidente de 74 años alabó su estrategia frente la pandemia.
Afirmó que “hemos estado librando la batalla” y dijo que su país es el que tiene menos casos en la región.
El Ejecutivo no ordenó el cierre de fronteras, tampoco cerraron las escuelas ni se prohibieron los actos masivos.
Sobre esto Ortega comunicó que “Sí, lo hemos administrado. No salimos en estampida (…) sino que de manera ordenada hemos venido adoptando una serie de medidas y guiándonos por las normas internacionales, pero aplicándolas de acuerdo a nuestra realidad, a nuestras posibilidades”.
«Aquí, si se deja de trabajar, el país se muere, el pueblo se muere. ¿Y si mandamos a la policía a aislarse, y al ejército a aislarse, y a los campesinos a aislarse, y a dejar de producir? Desaparece el país», destacó.
Sencillamente desaparece. Así que hay que hacer una combinación de cuidado para poder ir lidiando con esta peste”, continúo el mandatario.
Según cifras oficiales hay 16 casos confirmados, siete recuperados y cuatro fallecidos por el brote. Para paliar los efectos del coronavirus, el gobierno de Ortega ha recibido al menos $15.3 millones de dólares, según informa el diario nicaragüense El Confidencial.
El diario informa que tanto el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el Gobierno de Taiwán y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han otorgado dinero a Nicaragua.
Pese a esto, dentro del país no se están tomando las medidas necesarias y se cree que tampoco están invirtiendo en el sistema de salud.
El Observatorio Ciudadano COVID-19 reportó en la nación un número de 1000 de casos sospechosos por coronavirus.
Esta cifra está muy alejada de las aportadas por el gobierno.
Este organismo es un “esfuerzo colaborativo realizado por un equipo interdisciplinario, con información suministrada por la sociedad civil y redes territoriales, activistas digitales y familiares de personas afectadas en 17 departamentos y zonas caribe norte y sur de Nicaragua”, explica CNN.
De acuerdo al gobierno, en Nicaragua no hay contagios comunitarios.
Sobre esto, el partido opositor Unidad Azul y Blanco en un comunicado advirtieron que “el contagio comunitario está en pleno ascenso y el sistema de salud iniciando a colapsar. Hay claros brotes en varios departamentos de país como Chinandega, Estelí, Matagalpa, Masaya y Managua. En definitiva estamos iniciando la fase crítica”.
Sumado al hermetismo de las autoridades, hay especialistas en el área de la salud que decidieron renunciar por no contar con las condiciones médicas necesarias.
Mientras que hay otros que fueron despedidos por criticar la gestión de la administración de Ortega frente a la pandemia.
En los hospitales la situación es incierta, pero los nicaragüenses están en la calle. Se están llevando a cabo partidos de fútbol y otros eventos deportivos.
El 25 de abril celebraron una velada de boxeo y a diferencia de muchos países del mundo no decidieron posponer la Liga Primera de Fútbol, el Campeonato Nacional de Primera División, el Torneo de Baloncesto Carlos Ulloa, entre otros, así informa BBC Mundo.
En cuanto a las actividades escolares tampoco fueron suspendidas y continúan promoviendo las reuniones masivas.
En medio de la incertidumbre de cuánto son –en realidad- el número de muertos por coronavirus en el país, la administración de Ortega está ordenando entierros sin aglomeración y de una forma rápida, tal como lo indica el protocolo del COVID-19 del Ministerio de Salud de Nicaragua (Minsa).
Hay varias denuncias similares dentro del país.
En las últimas semanas se han llevado a cabo sepelios con las mismas características, esto según las denuncias por medio de las redes sociales y medios de comunicación internacionales.
La vicepresidenta Rosario Murillo, a la vez esposa de Ortega, arremetió contra los defensores de derechos humanos y dijo que son unos “cerebros deformes” y que “buscan afanosamente calumniar y difamar”.
Esta reacción de Murillo es producto de que los críticos del gobierno aseguran que el Ministerio de Salud no realiza el número de pruebas recomendado, para corroborar que las cifras oficiales coincidan con lo que viven los nicaragüenses, además de que han guardado silencio frente a los “entierros express”.
Al mismo tiempo, más de 600 profesionales de la salud han denunciado al Ortega de violar los derechos humanos de la población y no ser consecuente con la magnitud del virus.
En el documento acusan al gobierno de promover eventos como la “Marcha de amor en tiempos del COVID”, Plan Verano, Jornadas de boxeo, partidos de béisbol o las Fiestas de bienvenida Mayo ya; además que su campaña educativa ha sido extraordinariamente tímida, con el agravante de exponer a los profesionales de la salud al riesgo de infección».