Desde finales de febrero, Latinoamérica es visitada por el COVID-19. Doctores, científicos y presidentes procuran hacer frente a a este virus; es sumamente contagioso y avanza de forma dramática, al punto de tener actualmente más de 24.500 casos confirmados en Hispanoamérica.
Todo comenzó en Wuhan, China, el 14 de diciembre confirmaron el primer caso, y desde ese momento se extendió a todo el mundo. No fue sino tres meses después que pisó la región hispana, donde la inversión en sector salud está por debajo de lo esperado. Así lo afirma la Organización Panamericana para la Salud.
Luego de la llegada de esta pandemia, Suramérica se encuentra expectante y cautelosa, así lo afirma el Doctor Daniel Samano en la cadena CNN en Español. A excepción de México y Brasil, casi todas las naciones de habla hispana paralizaron sus actividades.
Brasil fue el primer sudamericano en confirmar un caso positivo el 26 de febrero. Cuentan con el mayor componente sanitario de la región, pero invierte apenas un 3% del PIB en la salud, como lo menciona la OPS. Este número no es suficiente y el número de casos se multiplicó en dos semanas, superando los 8.000.
Victor De Abreu, periodista residenciado en Río de Janeiro sigue de cerca la propagación del virus en ese país, se mostró preocupado. “El ministro de salud brasileño, Luiz Enrique Mandetta, anunció la compra de 10 millones de sistemas de detección rápida, la instalación de campamentos municipales similares a los de Corea del Sur».
El presidente Jair Bolsonaro, pidió «volver a la normalidad» el pasado martes 24 de marzo. “Sigue el paso de Donald Trump, la prioridad es que vuelvan a trabajar. Que la economía no se detenga, es alarmante”, aclara De Abreu.
“El Covid19 es inédito,
Víctor De Abreu
ni los países más avanzados están
preparados para contener el Covid19”
Siguiendo con las líneas “antiparalización”, el presidente de México, Manuel López Obrador, aseguró su país no sufriría. Hasta finales de marzo, el país azteca contaba con 20 víctimas fatales y más de 1000 infectados. Los reclamos por parte del gremio funerario y una población revuelta en la incertidumbre no se hicieron esperar.
De acuerdo con la Secretaría para Salud Mexicana, un 10% de cada 100 contagiados, lo han contraído de forma comunitaria, por aglomeración. Aseguran que la clase productiva es la más afectada con la falta de atención.
Desde la Ciudad de México, el periodista Luis Enrique Guarimán, indica que el país el está mal manejado en relación al COVID-19. Según Guarimán, se podría convertir en una debacle sin precedentes. No se cuentan con centros asistenciales para albergar una gran magnitud de contagiados.
“No hay apoyo del gobierno, por ende, las empresas asumen que todo sigue funcionando normal. Hacen llamado a que se realicen trabajos presenciales. Hace tres semanas, con casos confirmados, no suspendieron un festival que reunió a miles de personas que hoy están infectadas”, sostuvo con preocupación Guarimán.
En Ecuador, la cantidad de víctimas crece y parece que el aislamiento no fue suficiente. En el país meridional rige el toque de queda total, los casos superaron los 2000 en tan solo 15 días. La población se muestra alarmada, demandan que no existen suficientes camas, ni hospitales y poco personal médico capacitado para atender a los afectados.
Un caso aterrador se pudo ver en la publicación de un usuario a través de Twitter: Antonio Velasteguí, (@antoniomoises_v). Este joven aseguró que tenía el cuerpo de su padre fallecido y envuelto por más de 10 horas. Hasta ese momento sin respuesta del sistema sanitario para retirar el cadáver.
Tengo a mi papá encerrado y envuelto en unas sábanas por más de 10 horas, ya que Medicina legal no está disponible y no pueden venir a llevarlo. ¿Qué solución me pueden dar? @Lenin @Salud_Ec @PoliciaEcuador #ActivadosPorLaSalud #COVID19Ecuador #JuntosEcuador
— Antonio Velasteguí (@antoniomoises_v) March 27, 2020
El Gobierno ecuatoriano, informó que se invierten más 115 millones de dólares en la compra de equipos de bioseguridad; pruebas o test de diagnóstico, equipamiento para unidades de cuidados intensivos y un hospital móvil, pues el riesgo de contagio masivo es inminente.
El sistema de salud ecuatoriano colapsó y es el único en Suramérica al momento; cadáveres en las calles y una población sumida en la desesperación, son de los datos menos alentadores en la región. Oficialmente se han declarado 79 muertes, pero en las redes sociales los periodistas afirman que no se está entregando información real.
En Colombia, la médico cardiólogo Anaís Reyes, visitador médico del Centro de Telemedicina en Bogotá, asegura que no se cuenta con la infraestructura para dar cobertura a los pacientes graves. «El resto de las patologías siguen su curso y necesitan ser atendidas, lo que representa otra gran preocupación en el ámbito médico”.
Al igual que la mayoría de los países de Suramérica, las personas se pueden comunicar telefónicamente si presentan algún síntoma, “pero no es suficiente, en casos de pacientes jóvenes son asintomático».
Dentro de los países que reaccionaron más rápido ante la llegada de la pandemia, está Venezuela. Nicolás Maduro ordenó el cierre de fronteras y decretar un toque de queda “total”, a fin de evitar que el virus se esparza en los ciudadanos. Medida que se califica como correcta por la Organización Mundial de la Salud.
Pese al aislamiento, el alarmante estado de precariedad de su sistema de salud, mantiene en vilo a la sociedad; así como La fuerte crisis social, política y económica que sufre ese país. En caso de un avance de la enfermedad, significa un colapso, como lo dejan ver en su informe las especialistas Tamara Taraciuk Broner y Kathleen Page para el portal La Nación.
Gremios y políticos contrarios a la presidencia, dicen no creer los números oficiales ofrecidos por el mandatario Nicolás Maduro. En un artículo de El Tiempo, Andreina Itriago informa que en Venezuela, no se cuentan con insumos, infraestructura ni camas para la contención del virus. Sería impredecible ofrecer información sin voceros oficiales que ofrezcan datos concisos.
Más al sur, Argentina decretó una cuarentena obligatoria, paralizando casi en su totalidad la economía del país. El presidente Alberto Fernández, dejó claro que la prioridad es la vida, “puesto que la economía se puede recuperar, pero la vida no”. Este ha sido su discurso a medida que avanza la creación de hospitales de campaña, compra de respiradores y equipamiento de unidades de cuidados intensivos.
Son 35 mil reactivos para diagnosticar coronavirus los que se distribuyen en toda Argentina. Esto permitirá reforzar y completar la descentralización para agilizar el proceso de diagnóstico y poder dar respuesta de la mejor forma al virus COVID-19.
Chile mantenía una férrea actitud en contra de la toma de medidas para frenar la propagación del COVID-19. Fue de los últimos países en decretar cuarentena y toque de queda.
El presidente Sebastián Piñera, dio lugar al estado de excepción constitucional de catástrofe desde el 24 de marzo. Por 90 días habrá restricción de reuniones, se garantiza la distribución de servicio y asegurar la reserva de alimentos. Cierre de todos los centros comerciales, adicionalmente fronteras y aeropuertos.
“Colombia, está tomando las medidas que la economía, la infraestructura y el personal de salud permiten” dice la doctora Anaís Reyes. Asegura que adicional a la enfermedad, los gobiernos luchan contra la ignorancia electiva, elemento que según sus palabras es el peor enemigo ahora.
“No creo que hoy en día exista una persona que pueda decir que no sabe. La información está desplegada desde todos los medios posibles, los países dejaron de respirar por esto. Si aun así la gente actúa como si nada, solo hará este trance más largo”.
Anaís Reyes.
“¿Cómo es posible que una persona; cuyo único rol es estar en su casa, mantener distancia, no tocarse la cara y lavar sus manos decida no hacerlo? La negación no logra nada acá, se pregunta con alarma Reyes.
Karin González, enfermera que ejerce sus labores en la Unión Médica del Norte en República Dominicana, mantiene esta misma versión. “El problema sigue siendo que la población que no colabora, aún y con todas las medidas que se implementan hay 100 contagiadas por día. Los hospitales no están preparados, no hay suficiente infraestructura, entre otros detalles como que no hay material necesario para atender esta pandemia”.
Las desobediencias a las medidas tomadas se repiten en casi todos los países de Latinoamérica. “Como dicen en lenguajes coloniales, aquí no se nos pega nada y no es así, todos somos vulnerables”, dijo González.
Desigualdad
Karin González; Víctor de Abreu y Anaís Reyes, concuerdan en que Latinoamerica mantiene una migración altamente activa, lo que lleva a un alto porcentaje de desigualdad social. En Latinoamérica y Caribe hay 21,4 médicos y 15,8 enfermeras cada 10.000 habitantes, revela en sus informes la OPS.
La economía informal, trabajos a destajos y precarias condiciones en algunos casos, facilita la labor de contagio. América Latina está a tiempo de aplanar y coordinar una mejor atención para salvar vidas.