Cuando una persona somete a otra con el fin de asaltarla sexualmente, es juzgada por la sociedad y el sistema judicial de un país. Sin embargo, al ser acusada injustamente, el escrache de la opinión pública no se hace esperar.
A este caso se le llama acusación de violación falsa. De acuerdo a la organización de abogados Seven Legal, representa aproximadamente el 2% de todos los informes de violación.
Datos oficiales relacionados con lo que las autoridades policiales indican que son infundados y contradictorios debido a resultados de diferentes procedimientos locales y políticas.
Pero según la organización de abogados, hay un promedio de 8% a 10% de las denuncias de violación reportadas que las autoridades determinan que no son fidedignas.
«Hay algunos casos en los que no se les cree a las mujeres, se les presiona a retractarse de sus declaraciones o simplemente se las acusa de informar falsamente una denuncia de violación».
Generalmente los hombres son acusados de violación falsas o de violencia de género. En un editorial para el New York Times, el columnista de opinión Bret Stephens, después de interpretar erróneamente una estadística sobre la prevalencia de falsas acusaciones de violación, escribió:
“Acusar falsamente a una persona de agresión sexual es casi tan despreciable como la agresión sexual misma. Inflige daños psíquicos, familiares, de reputación y profesionales que pueden durar toda la vida. Esto no es nada de lo que burlarse».
El «fake rape» a menudo se usa como sinónimo de acusación inventada. Incluso hay factores que dan lugar a acusaciones de ese tipo. Sin embargo, pueden retractarse.
“Si no quieres pasar por una investigación policial, por cualquier motivo, y hay muchas razones por las que quizás no quieras hacerlo, es realmente traumático, entonces la forma más fácil y rápida de salir es retractarte y di que estabas mintiendo”, dice Sandra Newman, una novelista que ha investigado el tema.
La policía también podría considerar una acusación «falsa» si hay detalles que encuentran incriminatorios por parte del acusador.
La socióloga, criminóloga y profesora de la Universidad de Colorado, Joanne Belknap, describió una historia que escuchó de un consejero de crisis de violación, que había hablado con una sobreviviente cuyo asalto se consideró «falso» porque le permitió a su eventual violador quitarse las botas de esquí después de esquiar.
«El hecho de que la policía diga que algo es una violación infundada, porque no creen que sucedió, eso no significa que no sucedió», dice Belknap. «Hay muchos agentes de policía que se están capacitando en esto, y luego hay toda una historia de policías perpetrando violencia sexual, incluso mientras están en el trabajo».
Además, las sospechas cobran gran importancia en la imaginación cultural. Un artículo de la revista Rolling Stone de 2014 contó la historia de una brutal violación en grupo en la Universidad de Virginia, luego quien la escribió se retractó. Las acusaciones de 2006 contra integrantes del equipo de lacrosse de la Universidad de Duke, son algunos casos.
En general, las feministas descartan esta idea argumentando que las acusaciones falsas son «raras»: solo se estima que oscilan entre el 2% y el 10%.
Según el Registro Nacional de Exoneraciones de los Estados Unidos, desde que comenzaron los registros en 1989, en los Estados Unidos solo hay 52 casos en que los hombres condenados por agresión sexual fueron exonerados porque resultaron ser acusados falsamente.
A modo de comparación, en el mismo período, hay 790 casos en los que las personas fueron exoneradas por asesinato.
Por otro lado, un estudio sobre denuncias de agresión sexual realizado para el Ministerio del Interior Británico a principios de la década de 2000, registra 216 que se clasificaron como falsas, solo 126 habían llegado al escenario donde el acusador presentó un queja formal.
Uno de los tipos más comunes de falsos acusadores es una adolescente que les dice a sus padres que fue violada para evitar problemas. De acuerdo a The Guardian, algunas de las denuncias son presentadas por alguien que no es la presunta víctima, generalmente es un padre.
Otro tipo de caso es el de una persona que denuncia falsamente una violación con la esperanza de obtener la atención médica o los medicamentos psiquiátricos necesarios; en un estudio, seis de los 55 informes fueron clasificados como denuncias sin culpable alguno.
Un acusador falso es una persona que inventa una historia para cumplir algún objetivo. Ya sea que el impulso sea una ganancia personal, un desorden ficticio, la necesidad de una coartada o una venganza, es crucial para que su historia se tome en serio. Por lo tanto, no solo afecta su credibilidad sino que incluso podría costarle su libertad.
Un proyecto de ley que tipifica como delito acusar falsamente a alguien de un delito sexual fue leído por primera vez en la Cámara de Representantes de Alabama en 2019.
Presentado por el representante Dickie Drake, republicano de Leeds, una ciudad del estado sureño, convertiría la denuncia falsa de un delito sexual en un delito grave de Clase C y se castigaría con hasta 10 años de prisión.
Si el acusado es declarado inocente, el acusador sería responsable de pagar los gastos legales de la persona acusada.
«No está resolviendo un nuevo problema», dijo Connolly. «Es un problema si alguien denuncia a otra persona inocente, y eso es raro. Es un esfuerzo para silenciar a los hombres y mujeres que se presentan sobre la agresión sexual».