El Senado de Estados Unidos, cuya mayoría son republicanos, tomó la decisión de absolver a Donald Trump de los cargos: Abuso de poder y obstrucción al Congreso. Es decir, el Presidente podrá continuar con sus funciones con normalidad.
La votación quedó estructurada de la siguiente manera: 52 senadores votaron en contra de la primera acusación y 48 a favor.
Los demócratas tampoco lograron la mayoría en el segundo cargo, ya que 53 parlamentarios consideraron que el Presidente era inocente, so 47 votaron para condenarlo.
Una de las actuaciones sorpresivas fue la del republicano Mitt Rommey, quien sí votó a favor del cargo «Abuso de poder».
En Hypertexto hemos hecho seguimiento del proceso de impeachment y explicamos que el Congreso de Estados Unidos está dividido en dos: La Cámara Baja y la Cámara Alta, la primera instancia es dominada por los demócratas y la segunda por los republicanos. La culminación del juicio político depende del Senado.
La portavoz de la White House, Stephanie Grisham, señaló en un comunicado que el resultado del juicio político es una «total reivindicación y exoneración del Presidente». Insunúo que se debe haber un «castigo» para el fiscal Adam Schiff.
Trump tampoco se ha quedado callado y afirmó que mañana hablará sobre lo ocurrido este miércoles. Ha catalogado el proceso como una «farsa».
A la Cámara de Representantes, liderada por Nancy Pelosi, aunque les costó iniciar el proceso de investigación y señalar los cargos en contra del presidente no fue menos difícil cuando el caso pasó a la Cámara Alta.
Primero los demócratas y republicanos no lograban llegar a un acuerdo al respecto. Mitch McConnell, líder del partido rojo del Senado, se tardó en exponer las reglas del impeachment esperando los artículos acusatorios en contra de Trump por parte de Pelosi.
Pelosi no quería enviar los artículos esperando que los republicanos tomaran la decisión de incorporar nuevos testimonios en el caso. Después de la presión, la presidenta de la Cámara de Representantes envió los documentos.
Este lunes el Senado escuchó los alegatos de la defensa y la parte acusatoria. Por su parte, los demócratas declararon que el Presidente debía ser condenado por la necesidad de «plantar cara a la tiranía».
El 3 de febrero la jornada inició a las 11 de la mañana y el partido de Nancy Pelosi defendió la idea de que Donald Trump «es un peligro para la seguridad nacional», que no siente ningún remordimiento por lo sucedido con Ucrania y que la Cámara Alta tiene el deber de condenarlo.
Sylvia García, senadora demócrata, recalcó una frase que dijo Pelosi al anunciar el proceso de investigación. «Nadie está por encima de la ley (…) Ni siquiera el presidente».
Trump aprovechó la oportunidad para expresarse por medio de Twitter, entonces preguntó por qué no asistió el informante anónimo que desencadenó toda la investigación por parte de la Cámara de Representantes.
«¿Por qué el político corrupto Schiff (el senador por California que lidera la acusación) se inventa mi conversación con el presidente de Ucrania? ¿Por qué la Cámara no ha hecho su trabajo? Y mucho más».
Luego de largas reuniones y especulaciones por parte de los medios de comunicación estadounidenses, el Senado tomó una decisión inminente: No incorporar nuevos testimonios al impeachment.
La votación se llevó a cabo el viernes, 31 de enero, el resultado quedó ajustado: 51 votos en contra de 49. Los demócratas pedían además de los nuevos testigos, agregar nuevos documentos al caso.
Y faltando pocos días para celebrarse el veredicto final, los senadores republicanos parecen tener un concepto claro: El escándalo con Ucrania, no amerita una destitución.
En el calendario lo siguiente es la presentación de la parte acusatoria y la defensa, mientras que el miércoles a las 4:00 de la tarde todo se dará por terminado.
Los demócratas Bernie Sanders, Elizabeth Warren, Amy Klobuchar y Michael Bennet, quienes son senadores, pausaron momentáneamente sus obligaciones con la campaña electoral para asistir a la importante cita del 3 de febrero.
Uno de los testimonios más esperados era el del ex asesor de seguridad de la White House, John Bolton, este declaró que sí el Senado lo llamaba él declararía todo lo que sabía con respecto al caso Trump-Ucrania.
Aun así, los republicanos del Senado decidieron no incorporar a los nuevos testigos. La semana pasada apareció un manuscrito del libro de Bolton que, supuestamente, rectifica la acusación de abuso de poder en contra del Presidente.
En dicho documento Bolton aseguró que, tiempo antes de Trump llamar al presidente de Ucrania, él le pidió que lo ayudara con su campaña de presión para extraer información que pudiera perjudicar a los demócratas que tenían relación con Ucrania: Así fue como apareció Joe Biden.
Fue así que Trump le dijo a Bolton que se comunicara con Volodymyr Zelensky, recién electo como mandatario de Ucrania, para que Zelensky se reuniera con el abogado personal del presidente, Rudolph W. Giuliani, con la finalidad de conversar sobre las investigaciones que Trump estaba buscando.
Después de que el New York Times publicara lo dicho en el manuscrito de Bolton. El inquilino de la Casa Blanca expresó que «Nunca le ordené a John Bolton que organizara una reunión para Rudy Giuliani, uno de los mejores luchadores contra la corrupción en Estados Unidos (…) para reunirse con el presidente Zelensky».
De la misma manera, Giuliani continúo la misma línea de Trump y comunicó que «Es absolutamente, categóricamente falso».
Esta información fue publicada el mismo día que el Senado decidió no admitir nuevos testigos, por tanto, Bolton no tuvo la oportunidad de exponer su versión de esta historia.
Incluso miembros del partido de Donald Trump piensan que el Presidente no actuó bien con respecto a Ucrania.
Algunos senadores como, Lamar Alexander, Marco Rubio y Pat Toomey admitieron que el proceder del líder de la Casa Blanca no fue el mejor, sin embargo, anunciaron que no votarían en su contra el miércoles.
Alexander indicó que «Creo que no debería haberlo hecho (…) Creo que su forma actuar fue inadecuada».
Creo que estuvo mal. Inadecuado su forma de actuar, yo fue inapropiado y cruzó la línea».
Por otro lado, el Senado argumentó que el interés personal del Presidente en la reelección podría ser de interés nacional y por esa razón, CNN argumenta que esta instancia le otorgó el poder al Presidente al absolverlo.
Con respecto a esta aclaración, Adam Schiff, el gerente principal de juicio político de la Cámara de Representantes, llamó a esto «un descenso a la locura constitucional».
Para destituir a Donald Trump se necesita un total de 67 votos, conociendo que los demócratas tan solo cuentan con 45 miembros, el panorama no es favorecedor para este partido.
De hecho, algunos senadores republicanos señalaron este domingo, de acuerdo a The Guardian, que la mayoría votaría a favor del Presidente y eso fue justo lo que sucedió este miércoles.