Parece difícil creer que a veces, la palabra “justicia” sea sinónimo de “injusticia” y para entender el contexto: Estos conceptos pueden intercambiarse cuando las autoridades se “equivocan” y envían a la cárcel a personas que jamás merecieron estar ahí y un caso conocido es el de los “Tres de Baltimore”.
¿Alguna vez has escuchado esta historia? Se trata de tres adolescentes de Baltimore inculpados por un crimen que no cometieron y que lograron salir de prisión 36 años después.
Más de la mitad de su vida la pasaron encerrados y cuando se enfrentaron a la realidad se dieron cuenta que tenían que buscar una manera distinta de aprender a existir.
So, ¿qué ocurrió realmente? En 1984 un joven conocido como Duckett DeWitt fue asesinado en el pasillo de su escuela. Tenía 14 años y lo mataron para robarle una chaqueta de la universidad Georgetown, muy popular en aquel entonces.
Se trató del primer asesinato en una escuela de Baltimore y, de inmediato tres adolescentes afrodescendiente se convirtieron en sospechocos: Alfred Chestnut, Ransom Watkins y Andrew Stewart.
Al cabo de tres días los condenaron a cadena perpetua.
Luego del disparo que dejó a DeWitt sin vida, la policía de Baltimore se enteró que tres chicos de otra escuela estuvieron cerca del lugar y cumplían con las características del crimen: Dos adolescentes que observaron el crimen y uno que disparó.
Otro hecho que terminó de confirmar a los investigadores que eran los culpables: Alfred Chestnut tenía en su casa una chaqueta idéntica a la DeWitt. Según alegaron los familiares su madre se la regaló.
Nunca dejaron de insistir en su inocencia, aunque después de unos años Ransom Watkins y Andrew Stewart se rindieron, Chestnut siempre lo intentó.
Ahora, 36 años después revelaron los informes policiales que detallan las faltas de pruebas.
David Kincaid, el detective que dirigió la investigación, le mostró la foto de los chicos a varios testigos y las primeras veces no los reconocieron.
Sin embargo, este insistió tanto que logró convencer a estas personas de decir lo contrario.
En el documento también detallan que algunos individuos habían señalado a Michael Willis, de 18 años, como el responsable, but esto fue ignorado por el policía.
In fact, la abogada y defensora pública, Brianna Ford, quien además se encargó de defender a Chestnut explicó que:
“Varias cosas fallaron a la vez, como en muchos casos similares, hubo un mal trabajo policial y problemas con la identificación por parte de los testigos. Los testigos eran niños, que fueron interrogados por la policía, sin sus padres delante, y hemos sabido que les amenazaron para que dieran la versión contra Los Tres”.
Al momento de declarar su inocencia el juez mencionó estas palabras:
“En nombre de nuestro sistema de justicia penal, y estoy seguro de que esto significa muy poco para vosotros, les voy a pedir disculpas”.
Chestnut al salir y en medio de muchas cámaras capturando el momento, describió su paso por prisión como “un infierno” y que fue terrible.
Hace casi 26 años nació Innocence Project, esta organización aparece con el único propósito de liberar a reos que han sido injustamente encarcelados.
El trabajo de ellos no solo es reabrir los casos sino también demostrar la inocencia de los ciudadanos, apoyándose en pruebas de ADN.
En 1992 los abogados Barry Sheck y Peter Neufeld decidieron montar su clínica en Benjamin N. School of Law de Nueva York y luego otras organizaciones del resto del país se unieron a esta red.
Hasta el año pasado, habían liberado 187 personas en todo Estados Unidos. Como explicó Mark Godsey, cofundador de Ohio Innocent Project, al Mundo, que en ocasiones, estos casos de injusticias no se trata de un trabajo mal hecho a propósito por los policías o la fiscalía.
“Lo que ocurre es que básicamente somos seres humanos y somos malos investigando. Tenemos siempre un sesgo, esta estrechez de miras, que puede condicionarnos”, enfatizó.
Con ayuda de defensores adscritos a esta organización, los “Tres de Baltimore” consiguieron su liberación y es un ejemplo de que firmas de este estilo son necesarias.
Otro caso que conmovió a muchos estadounidenses es el de “Los cinco de Central Park”, fueron arrestados injustamente por 13 años. Los acusaron de violar y golpear a una joven.
Antron McCray, Raymond Santana, Kevin Richardson, Yusef Salaam y Korey Wise fueron inculpados por asalto, robo, disturbios, violación, abuso sexual e intento de homicidio.
El hecho se suscitó el 19 de abril de 1989, ese día unos chicos afrodescendientes y de origen latino entraron en tromba en el Central Park de Manhattan.
En ese parque hallaron el cuerpo casi sin vida de Trisha Meili, una mujer blanca de 28 años, había sido violada y estaba brutalmente golpeada. En ese entonces, los chicos tenían entre 14 y 16.
Confesaron a la policía que se unieron de casualidad y que nunca tuvieron la idea de lastimar a alguien. Luego de interrogatorios y mucha presión dijeron que ellos sí cometieron ese crimen.
Aunque, la víctima confesó que no recordaba el rostro de sus atacantes y que solo podía llegar a su memoria que salió a trotar y luego de despertó en el hospital.
However, para inculparlos se basaron en su declaración y dejaron de lado la prueba de ADN que señalaba que el semen de ninguno de los “culpables” coincidía con el encontrado en el cuerpo de la víctima.
Finalmente, en el año 2002 un convicto llamado Matías Reyes aseguró que él había cometido el crimen.
Después de una prueba de ADN se reveló que, en efecto, Reyes era el verdadero y único culpable.
Una vez liberados, el alcalde demócrata, Bill de Blasio, decidió que momento justo para pasar página.
Debido a que este caso dejó una herida profunda en cuanto la discriminación racial en la ciudad, y cada uno fue recompensado con $40 millones de dólares.
Y este año, la plataforma Netflix convirtió esta historia en miniserie.
La directora y guionista Ava DuVernay la tituló como “When They See Us” (Así nos ven) y se ha caracterizado por la manera tan real en la que narran los sentimientos de los entonces adolescentes.