Los años pasan y México continúa sumergido en una batalla interminable con el narcotráfico. Cada seis años un nuevo gobierno llega con la promesa de acabar con esta situación, pero las cifras demuestran que las víctimas siguen aumentando. El último acontecimiento que demuestra la fuerza de los cárteles mexicanos es la liberación del hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán en Culiacán.
Este último incidente se puede registrar como una página más en el historial de violencia que azota al país norteamericano y también demostró la debilidad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
El jueves, 17 de octubre, las calles de CuliacánCuliacán se pintaron de rojo. Un enfrentamiento con el cártel de Sinaloa y los militares terminaron en horas de terror y violencia desatada en la capital de este estado que está ubicado en el norte de México.
Las redes sociales fueron testigos de las armas de alto calibre y de los enfrentamientos, así lo narró El País.
Según la explicación proporcionada por las autoridades, los uniformados estaban realizando un operativo de rutina cuando fueron atacados por los criminales.
Sin embargo, de acuerdo con el diario español, el gobierno mexicano cambió esta versión y aseguró que el objetivo principal era capturar a Ovidio Guzmán.
Después de varias horas de tensión en Culiacán, AMLO ofreció una rueda de prensa y declaró que “No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de unas personas”, justificando la liberación de Guzmán.
El Presidente comunicó que el gabinete de seguridad nacional tomó la decisión de liberar al criminal, “Yo avalé esa decisión porque se tornó muy difícil la situación”, agregó.
Más adelante argumentó que no se puede combatir el fuego con el fuego, además enfatizó que su principal responsabilidad es proteger a los ciudadanos.
El Jefe del Ejército, Luis Sandoval, admitió que fue un operativo precipitado. “En el afán de obtener un resultado positivo, (el comando) actuó de manera precipitada, con deficiente planeación y falta de previsión sobre las consecuencias”, enfatizó.
Y para algunos el hecho fue mucho más grave de lo que el gobierno quiso mostrar, tal como dice Semana la ciudad se convirtió en “un campo de guerra” y los narcotraficantes rodearon a los oficiales con ametralladoras, pistolas y otros armamentos.
El medio mexicano entrevistó al escritor, Esteban Illades, autor del libro “La noche más triste: la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa” sobre la situación del crimen organizado y declaró que para el país es difícil combatir el narcotráfico porque gran parte de la economía depende de eso.
“México produce y envía toneladas de narcóticos a Estados Unidos, año tras año. Y varias regiones del país dependen del trasiego de droga para poder subsistir”, enfatizó.
También comentó que el crimen organizado se ha expandido a otros negocios y ha aprovechado para hacer alianzas con el gobierno, al menos a nivel estatal y municipal.
“Es común escuchar historias sobre cómo a nivel local el crimen organizado no solo está coludido con el gobierno, sino que a veces forma parte de él”, objetó.
By the way, días antes de lo sucedido en Culiacán otro hecho violento atropelló a la nación. El cártel Jalisco Nueva Generación había asesinado a 13 policías en Michoacán.
Y cada año, desde que Felipe Calderón le declaró la guerra al narcotráfico en el 2007, hechos similares ocurren en diferentes partes del territorio y lo cierto es que los gobiernos en turno no han logrado paliar la situación.
Un reportaje de la agencia Reuters publicado este año reveló que el conflicto ha dejado 250.547 muertos y más de 30.000 desaparecidos.
Estos números concuerdan con los dados por El País, el diario contabilizó la cantidad de asesinatos que se propiciaron desde el 2007 hasta el 2016 y fueron en total: 174.652.
Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto no hubo grandes cambios en el país. Y cuando se creía que el 2016 había sido uno de los años más violentos, ya que se registraron más de 20.800 víctimas.
En los años posteriores las cifras aumentaron. El Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) aseguró que en el 2017 fueron más de 29 mil muertos.
Peña Nieto finalizó su mandato en el 2018 y durante el sexenio se contabilizaron 125 mil muertes, de acuerdo a datos aportados por Reforma.
Santiago Roel, especialista en temas de seguridad pública y fundador de la organización Semáforo Delictivo, dijo en una entrevista que la estrategia de Peña Nieto falló en primera instancia porque siguió los pasos de Felipe Calderón y que al final no sirvió de nada.
“Le estás haciendo la guerra al estado de derecho cuando creas una guerra tan absurda contra la prohibición de drogas con un ejército y policías, y pues dejó un daño irreparable”, sentenció Roel.
La guerra contra el narcotráfico es silenciosa y no ha demostrado ser muy efectiva en los últimos años. However, en una rueda de prensa de enero de este año, AMLO dio a entender que había terminado puesto que dijo: “Oficialmente ya no hay guerra. Nosotros queremos la paz”.
But, lo ocurrido en Culiacán es una muestra que la estrategia del presidente de izquierda no es distinta a sus antecesores.
Aunque dejó claro que su estrategia no era ir hacía los capos sino centrarse en la seguridad de la población.
“No se ha detenido a capos porque no es nuestra función principal (…) Eso es lo fundamental, no lo espectacular. Se perdió mucho tiempo en eso y no resolvió nada”, objetó El Presidente.
In fact, en el primer trimestre de gobierno el índice de homicidio aumentó 60 % con respecto al gobierno de Peña Nieto. Se contabilizaron 12.776 homicidios, según relató el diario El Español.