Estados Unidos es un país donde los tiroteos masivos y masacres han sido parte de su imaginario popular. Solo en este año de acuerdo a la Organización no Gubernamental (ONG), Gun Violence Archive, ha habido 342.
En 2017, 58 personas murieron y 869 resultaron heridas (413 de bala) en Las Vegas a manos de Stephen Paddock, un hombre de 64 años oriundo de Mesquite, Nevada. El sujeto disparó contra 22 mil asistentes de un concierto desde el piso 32 del Mandalay Bay Resort and Casino entre 10 y 5 minutos según testigos. Paddock se suicidó.
Los familiares de las víctimas han solicitado una indemnización a la directiva del hotel por no haberse percatado de que el huésped era un futuro asesino. La suma podría alcanzar llegar a 800 millones de dólares en un acuerdo judicial preliminar a inicios de octubre de 2019.
Este ha sido el mayor caso de asesinato múltiple en USA, una nación que ha sido el lugar de más 12 mil homicidios en lo que va de 2019, datos revelados por Gun violence archive. Los móviles han sido homicidio, homicidio involuntario y asesinato.
De acuerdo a CNN este año ha habido 2 tiroteos masivos. Uno en El Paso, Texas que cobró la vida de 22 personas y en Virginia Beach City (12). En cambio The Associated Press, la UNiversidad del Noreste y el periódico USA Today indicaron que habido cuatro, un número menor comparado con 2017 (7) y 2018 (10).
“Todo el mundo tiene una forma distinta de contar los datos”, dijo Adam Winkler, profesor de derecho en la Universidad de California. Este comentario se debe a que diferentes organismos definen «tiroteo» cuando se trata de más de cuatro fallecidos, otras cuentan a partir de tres.
De todos modos, la realidad es que la nación norteamericana es violenta. ¿A qué se debe? En Hypertexto planteamos algunas hipótesis:
Estados Unidos es el primer proveedor de armas para civiles, seguido de la India como indica un reportaje CNN. Los estadounidenses son propietarios de la casi mitad de las 650 millones que hay en el mundo (48%).
Para nadie es un secreto que la adquisición no es un proceso burocrático. Se compran en departamentos de tiendas, armerías, ferias especializadas y en internet. Un informe del Instituto Nacional de Justicia (NIJ) de 2009, indicó que hay aproximadamente 300 millones de armas de fuego disponibles.
El porte de pistolas, rifles y metralletas es arraigado en la sociedad estadounidense. La Segunda Enmienda a la Constitución otorga el derecho.
Tres de cada diez adultos poseen personalmente una. La mayoría de estos propietarios dicen que es esencial «para su propio sentido personal de libertad», de acuerdo a una encuesta de Pew Research Center publicado en octubre de este año.
Tanto si poseen o no, los habitantes suelen estar expuestos. Casi la mitad de los mayores de edad (48%) crecieron en un hogar con armas de fuego, casi seis de cada diez (59%) tienen amigos que cuentan con una mientras siete de cada diez (72%) han disparado una en algún momento de sus vidas, incluido el 55% de los que nunca han comprado.
Esta situación ha sido reflejada en documentales como Bowling For Columbine (2003), ganador de un premio Óscar, series como Los Simpson, entre otras producciones audiovisuales o historias literarias que muestran la facilidad con que la ciudadanía puede acceder al armamento bajo la premisa de protegerse.
La protección encabeza la lista de razones por las cuales los ciudadanos adquieren una pistola, según la misma encuesta. Dos tercios (67%) dijeron que esta es una razón importante.
Una cantidad considerablemente menor dice que la caza (38%), el tiro deportivo (30%), la recolección de armas (13%) o su trabajo, (8%) son sus principales motivaciones. Los hombres y las mujeres indicaron (65% y 71%,) que acceden a un arma por seguridad. En el caso de las segundas, son más propensas a comprar una
Las mayores proporciones de propietarios señalaron que la caza (43% frente al 31%) y el tiro deportivo (34% frente al 23%) son las principales razones para poseer.
Independientemente de si viven en un área urbana, suburbana o rural, es mucho más probable que los estadounidenses mencionan la protección como opción.
Sin embargo, los ciudadanos de zonas rurales son más propensos que sus homólogos urbanos y suburbanos a elegir la caza como una causa, siendo el 48% mientras el 34% es representado por los suburbanos y el 27% por los urbanos.
Estos datos permiten interpretar que la sociedad estadounidense se rige por un culto a las armas. ¿Acaso los tiroteos masivos y la violencia en general son una consecuencia de la libertad al porte?
«Es difícil establecer una causa única para un caso particular», le dijo Allen McConnell, profesor de Psicología Social en la Universidad de Miami, Ohio, a BBC Mundo.
Hay múltiples estudios -añadió- realizados en este campo, por ende influyen diferentes elementos desencadenantes.
La psicopatología y factores sociales pueden indicar que una persona normal se sienta frustrada o adopte una conducta agresiva. Por otro lado, la ausencia de oportunidades de superación y crecimiento personal, así como el individualismo y por último, la preferencia de las armas a raíz de los videojuegos y medios de comunicación, son un «caldo de cultivo».
McConnell se refiere así a factores sociales pero también a elementos del dominio de la psicopatología, situaciones que pueden hacer que una persona normal se sienta frustrada o que adopte algún tipo de conducta agresiva.
A juicio del investigador, el sistema de salud mental estadounidense no recibe la atención merecida por parte del Estado. Las regulaciones también entran a la discusión de la opinión pública.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump se ha manifestado al respecto. En agosto de este año dijo que las personas son quienes aprietan el gatillo y no el arma. «Tenemos un problema de salud muy, muy grande y el Congreso está trabajando en varias cosas y lo estaré viendo».
«No puedes matar a alguien con un arma si no la tienes disponible, pero seguramente no es sólo la disponibilidad de las armas, sino una cultura que modela el uso de esas armas como solución a los problemas, lo que fomenta que sucedan estas masacres», opinó McConnell.
Sin embargo, en Florida los maestros, desde el 1 de octubre pueden llevar armas para defender a alumnos a través del programa Guardián, una iniciativa que solo permite a aquellos «guardianes» portar armamento si pasan una prueba de drogas, exámenes psicológicos y experimentar 144 horas de entrenamiento.
Sin embargo, recientemente un entrenador de fútbol desarmó a un alumno que, según un video, estaba a punto de disparar a sus compañeros. No lo hizo apuntándole sino con un simple abrazo. De esta manera se evitó una posible masacre.
La Corte Suprema ha debatido en relación con la segunda enmienda y el acceso a armas aunque aún no está claro cómo actuará el Congreso.
Por otro lado, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), organización importante en cuanto a la política de armas, está activa desde 1871. Tanto tiempo le ha permitido adquirir ventajas estructurales apoyadas por los gobiernos republicanos.
La NRA invierte, según la BBC, aproximadamente 250 millones de dólares anuales en educación, infraestructura, patrocinios y apoyo legal.
A pesar de que el acceso al parecer sea necesario, en Japón y Australia se han llevado a cabo una serie de regulaciones como verificaciones de antecedentes (salud mental, uso de drogas y referencias del solicitante).
En el país asiático tan solo hubo 10 muertes cuando la población es de 128 millones y Australia, ha reducido los homicidios y asesinatos desde 1996 a un 40%.
Estados Unidos no es la única nación con altos índices de violencia, pero mientras no se haga algo al respecto, es probable que los tiroteos masivos sigan siendo parte de la sociedad.