La ciudad de los vientos es la tercera más poblada de Estados Unidos. A pesar de esto, no ha atravesado un proceso de gentrificación ubicuo comparado al de otros lugares. Sin embargo, no deja de ser un problema.
De acuerdo a una investigación de la National Community Reinvestment Coalition (NCRC), una razón clave es que la economía de Chicago en general, no arroja dinero en efectivo a través de su mercado inmobiliario, impulsando la renovación urbana de vecindarios con ingresos moderados.
La metrópoli ocupó el séptimo lugar en el número de secciones censales entre 2000 y 2013, informe donde se identificaron más de 1000 vecindarios en 935 ciudades y pueblos que atravesaron el proceso de revitalización entre 2000 y 2013.
En 230 de esas comunidades, más de 135 mil residentes se vieron obligados a trasladarse debido al aumento de valores de alquileres, propiedades e impuestos. La comunidad de latinos representa un 5%.
La Asociación de Vecinos en Logan Square (LSNA en inglés), compuesta por familias chicaguenses que se manifiestan en contra de la gentrificación, también ha investigado al respecto.
Según un censo que data de la primera década del 2000 hasta 2014, más de 19 mil personas de procedencia hispana se mudaron, representando una disminución de 35.6%. Los residentes afroamericanos disminuyeron 8.2%.
Para Jason Richardson, Bruce Mitchell y Juan Franco, investigadores e integrantes de la NCRC, la gentrificación es una fuerza poderosa para el cambio económico de las ciudades, pero a menudo ocasiona desplazamiento cultural extremo e innecesario.
Una de las primeras experiencias de sustitución social datan de la Inglaterra industrial del siglo XIX pero el proceso se afianzó a mediados del siglo XX. La socióloga alemana, Ruth Glass, a raíz de un estudio enfocado en Londres, dio indicios del término durante 1964.
En 1990 el geógrafo Michael Pacione definió el concepto como el proceso donde se desplaza a un grupo de habitantes de clase baja para introducir otra con el fin de revalorizar el espacio a través de tres fases.
Primero, se abandona el lugar. Segundo, hay una repoblación llevada a cabo por sectores A y B de la sociedad y por último, se inicia una revitalización económica, caracterizada de remodelación de edificaciones e incluso de construcción.
Las comunidades se caracterizan por contar con una historia particular en cuanto a composición demográfica y cultural. Por ejemplo, inmigrantes de Europa del Este poblaron comunidades en la década de los 40.
Luego surgió el vuelo blanco, entendido como el abandono de barrios urbanos por parte de habitantes blancos durante los 50 y 60. Es allí cuando latinos, negros y otras minorías ocuparon los lugares.
Entre 1980 y 1990 se gentrificaron vecindarios como Wicker Park y Humboldt Park. La reubicación de americanos de piel blanca, para el profesor de economía en la Universidad de Washington, Andrew Helms, forma parte de un fenómeno llamado «regreso a la ciudad«, fuerza impulsora que se llevaron a cabo durante los siglos XX y XXI.
Chicago, de acuerdo a al investigador, Douglas S. Massey, Chicago es una ciudad «hiper segregada». Pues hay un trasfondo racial debido a prácticas históricas. No obstante, un artículo publicado por The Journal of Race & Policy, indica que el gobierno de la ciudad ha comenzado a tomar un papel activo para minimizar los efectos negativos.
A pesar de todo, ha habido resistencia. En Humboldt Park los habitantes,la mayoría de procedencia puertorriqueña, se han visto amenazados por los cambios; pues temen sufrir una desestabilización en la comunidad.
Lo mismo ha sucedido en Bronzeville, zona habitada por afroamericanos. La gentrificación condujo a una escasez de viviendas públicas. En Pilsen la situación es similar, salvo que primeramente fue una comunidad compuesta por personas de ascendencia europea, ahora es una mezcla entre esa raza y la hispana.
Los redactores del informe de la NCR consideran que mientras se aumenta el valor de propiedades en áreas afectadas por una desinversión prolongada, también se traduce a alquileres crecientes, valores de vivienda y propiedad. Los costos reducen la oferta de viviendas asequibles.
Esto les impide a los ciudadanos beneficiarse del crecimiento económico y la mayor disponibilidad de servicios que vienen con el aumento inversión. Se trata de un desafío para las comunidades que están tratando de lograr revitalización económica sin la interrupción que viene con el desplazamiento.
El estudio, inspirado en datos de la Oficina del Censo de los EE. UU. indican que la gentrificación es una concentración no solo de riqueza, sino de inversión de creación en solo un puñado de las metrópolis más grandes de la nación, mientras que otras regiones del país languidecen.
Destaca además el desplazamiento cultural que se ha desarrollado en las ciudades estadounidenses, mientras que muchos pueblos pequeños y barrios rurales de bajos ingresos siguen privados de inversiones.
El Centro de prevención y control de enfermedades (CDC en inglés) indica que son diversos los factores que «crean disparidades» en la salud de una comunidad dependiendo del estado socioeconómico, el entorno, al raza, etnia y la injusticia ambiental.
«El desplazamiento tiene muchas implicaciones para la salud que contribuyen a las disparidades entre poblaciones especiales, incluidos los pobres, las mujeres, los niños, los ancianos y los miembros de grupos minoritarios raciales-étnicos», se lee en su sitio web.
Por lo tanto, las poblaciones vulnerables suelen vivir menos. Pues están sujetos a mayores tasas de cáncer, defectos de nacimiento, mortalidad infantil, incidencia de asma, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Los cambios, producto del desplazamiento, influyen en el estrés, la salud mental, la violencia, el crimen y la salud mental. De hecho The Guardian publicó un artículo donde el autor manifiesta que la clase pudiente de Chicago vive 30 años más en comparación con la clase baja.
Parte del texto manifiesta que en el «rico y blanco Streeterville», los habitantes de Chicago pueden esperar vivir hasta los 90 años. En el pobre y negro Englewood, solo 60.