La sociedad estadounidense cada día consume un poco más de carne de res, según un estudio de Our World in Data, sin embargo, está ocurriendo un fenómeno extraño: menos personas están comprando productos de cuero y la industria peletera está comenzando a sentir las consecuencias.
Durante años, miles de personas anhelaban usar correas, chaquetas y otros accesorios provenientes del ganado bovino, pero ahora “El exceso de pieles de vaca generó que los precios caigan en picada”, como relata Los Ángeles Times en un artículo publicado el 20 de agosto de este año.
Entonces, ¿qué alternativas al cuero existen? Están las opciones sintéticas que pueden “ayudar al medio ambiente” y este hecho ha generado un debate: Mientras más comen carne, menos quieren el cuero y este está terminando en los vertederos.
Consumo de carne
En los últimos 50 años el consumo de carne ha aumentado en todo el mundo. Un reportaje de British Broadcasting Corporation (BBC), 4 de febrero 2019, afirma que en la época de los 60’s una cantidad de 70 millones de toneladas de carne era destinada al consumo humano, mientras que en el 2017 esta cifra ascendió a 330 toneladas.
¿Qué factores influyeron? El primero el aumento de la población mundial, ahora hay más de 7.600 millones en el mundo y en realidad, los incrementos de los ingresos también juegan un papel fundamental, puesto que mientras más dinero perciba alguien más consume carne, de acuerdo a un gráfico publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).
¿Qué países en el mundo comen más carne? En el artículo de BBC titulado “Qué países del mundo consumen más carne”, el primer lugar lo tiene Estados Unidos, el segundo puesto Australia, seguido de Nueva Zelanda y, por último, Argentina.
Los países con más ingresos son los que más consumen carne, mientras que la región de África, en donde se encuentran varios de los países más pobres como Nigeria, Kenia y Ruanda a la realidad es distinta. De acuerdo a los números de la FAO, el promedio en Kenia por persona es de 7 kilogramos, Ruanda 8 kg y Nigeria 9, esto representa un valor de 10 veces menos en comparación a Europa.
Alternativas
En un informe llamado Global Environment Outlook publicado en mayo de 2019, la Organización de las Naciones Unidas argumentó que no consumir carne de res puede salvar el planeta, ¿la razón? Esto podría contribuir a la reducción de las emisiones de carbono en el planeta y también disminuirían los gases provocados por la ganadería, y así se lograría impactar de manera positiva en la generación del efecto invernadero.
Asimismo, organizaciones que ayudan al medio ambiente como la organización GreenPeace cada vez enfocan más su esfuerzo en concienciar a las personas sobre el daño que le hace el consumo de carne al planeta.
Un artículo de GreenPeace España, emitido el 30 de octubre de 2015, informan que para ese entonces 18 % de las emisiones de gases invernadero era responsabilidad de la ganadería y explican que esta actividad produce “ metano” el cual es un peligroso gas de efecto invernadero.
Todo indica que la reducción de la carne de res ayudaría al planeta, pero también a los seres humanos. La ONU recomendó una alimentación basada en vegetales y cereales porque el exceso de carne ocasiona, a largo plazo, enfermedades cardiovasculares.
Los Ángeles Times, dice que hace cinco años el precio del cuero se disparó en el mercado, esto después de una sequía que redujo los rebaños en los Estados Unidos. Con el precio en alza, los diseñadores se obligaron a buscar una alternativa que sustituya este material y al mismo tiempo surgió la opción de “la ropa vegana”, cuya popularidad ha aumentado en los últimos años.
En este sentido, los fabricantes de cuero están preocupados por un posible desastre en la industria peletera ya que las pieles suelen representar 50 % del valor de los subproductos de animales.
“Estamos tirando un producto natural a la basura”, expresó Joe Brannan, gerente de ventas de exportación en Twin City Hide, una procesadora con sede en South St. Paul, Minnesota a Los Ángeles Times.
Aunque una parte importante de la industria se mantiene debido a la demanda de cuero de alta calidad, el cual sirve para la realización de luxury bags and high end furniture. Lo cierto es que la mayoría de los animales no tienen una piel perfecta, esto significa que los ejemplares viejos que se exponen al sol y se manchan ya no sirven para mucho.
Ahora, sobre la ropa vegana ¿cuáles son los materiales usados? Lo primero que debes saber es que cada uno de los materiales son hechos por el hombre. Estos están compuestos por pieles sintéticas, suelen usar algodón, lona, poliéster, nailon, rayón, plástico reciclable, primaloft y otros.
El auge de la ropa vegana tiene mucho que agradecerles a las celebridades que luchan en contra del uso de pieles. Cada vez son más los famosos que cambian su vestimenta para “contribuir” al medio ambiente.
Una de las diseñadoras más famosas es Stella McCartney, hija de ex Beatle Sir Paul McCartney, desde el inicio de su carrera comunicó que está en contra del uso de pieles de animales. Sin embargo, su popularidad ascendió cuando se dio a conocer que diseñó el vestido de novia de la duquesa de Sussex, Meghan Markle.
Desde el inicio de su vida dentro de la monarquía británica, Markle ha modelado piezas que contribuyen al medio ambiente. Uno de los casos más recientes fue cuando visitó Australia en el 2018 y usó una marca conocida como Veja’s Esplar sneakers, estos zapatos están hechos con botellas de plástico y desde ese preciso momento miles de personas comenzaron a comprarlos.
Otras celebridades que se han mostrado su solidaridad con los animales son Leonardo Di Caprio, Pink, quien ha posado en más de una oportunidad para la organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA), al igual que Kristen Bell y la conocida Ellen Degeneres, quien también promueve la dieta vegana.
Aunque el consumo de prendas veganas ha aumentado y cada vez existen más marcas que se dedican a esta industria, todo indica que el consumo de carne no disminuirá y se puede decir que la sociedad estadounidense se enfrenta a una clara ambivalencia. Es una lucha en la que gana el consumo de carne y pierde el medio ambiente.